Egidio Torre Cantú y los 1-1-11-1

EDITORIAL DE HOYTAMAULIPAS
 
El primer día del primer mes del año a la una, Tamaulipas entrará a una nueva era de gobernantes, si lo vemos en la parte metafísica o espiritual, es el inicio de cinco unos en una misma circunstancia; en la parte política, debería de considerarse la búsqueda de los cinco primeros lugares para este Estado en beneficio de los tamaulipecos.
 
El 1-1-11 a la 1, Egidio Torre Cantú estará rindiendo protesta como nuevo gobernador de Tamaulipas y con ello, encabezar el sueño de muchos tamaulipecos que están urgidos de cambios de fondo y no de forma en el quehacer gubernamental.
 
Urgidos de un líder que no padezca el mal del avestruz, que en los primeros problemas además de asegurar que “no pasa nada”, esconde la cabeza y se refugia en su mundo, olvidándose de ser el guía, el que marca el rumbo y vela por los intereses más precisados de la que debería de ser su gente y no me refiero precisamente a sus familiares.
 
El primero de enero del 2011, cuando en el Polyforum a las 13 horas, Torre Cantú esté rindiendo protesta, deberá de considerarse el inicio de una serie de transformaciones sociales y políticas que lleven a los tamaulipecos a tener un respiro sobre lo que les inquieta y les preocupa.
 
El primer lugar, de estos cinco unos que forman un pentagrama, deberá de basarse en la seguridad y no solo del gobernante, sino de cada uno de los tamaulipecos que durante este último año, estamos –me uno a ello- cansados, hartos, fastidiados, pero también nos ha generado miedo, incertidumbre, pavor de ser uno más de la lista y no precisamente de muertos, sino que se nos empañe nuestra vida con el cuento de que “solo los que andan mal terminan mal”.
 
Otro primer lugar es el económico, que los más de 3 millones de personas que vivimos en este Estado, podamos mejorar nuestra condición de vida, que la pobreza se logre erradicar y que todos los tamaulipecos alcancemos mejores niveles de bienestar.
 
También como primer lugar deberá de estar la educación, porque solo con ella podremos alcanzar muchos de los objetivos y que va de la mano con el triunfo económico y social. Las cifras ya no se pueden maquillar.
 
En la búsqueda de otro “uno” debe de anotarse el quehacer gubernamental. El gobierno no puede ser una franquicia para unos cuantos, los más allegados, sino que todos tengamos acceso y que independientemente de ser el familiar más querido o el más incómodo, la riqueza no se puede concentrar en unos cuantos.
 
Por último, también Egidio Torre deberá de trabajar a favor de tener un equipo de colaboradores que tengan probada su capacidad y que no solo ocupen un asiento, cobren su quincena y gocen de las mieles del presupuesto, sin tener la visión y el compromiso que requiere el Tamaulipas de hoy.
 
En esto, también debe de anotarse que los tamaulipecos no podemos permitir la simulación, aspiramos que nuestras autoridades tengan la suficiente fuerza para afrontar los retos actuales.
 
No sé, si con el cinco unos del inicio de este nuevo gobierno, habrá de haber una estrella de cinco puntas en medio de un círculo que une todos los aspectos del hombre, cuando une el cuerpo con la mente, lo espiritual con lo profano, que nos recuerda que necesitamos todos nuestros aspectos para satisfacer nuestras vidas como seres humanos.
 
Que nos recuerda también que todo es un ciclo, que no experimentaremos alegría sin dolor, pero el dolor nos llevará otra vez a la alegría.
 
Que represente esa punta hacia arriba, la supremacía del espíritu sobre el cuerpo y el poder que tiene por sobre nuestro cuerpo y que en la parte espiritual significa la introspección que nos lleva a derrotar nuestros demonios.
 
Hoy, Tamaulipas, no puede esperar menos, sino luchar con toda nuestra fuerza por vencer, precisamente, los demonios que nos atan y no nos permiten avanzar, nuestro estado está urgido de un líder real -no creado-, ya no hay más tiempo, es el momento de empezar a reedificarnos como estado, como sociedad, como una gran familia.
 
Dios así lo quiera y que esos cinco unos en el que arrancará Egidio Torre Cantú, sea la señal de que ha llegado los nuevos tiempos para Tamaulipas, para nuestra casa.