Un sinnúmero de comentarios ha despertado el hecho de que los profesores no se ponen de acuerdo con eso de las vacaciones: los miembros del Sindicato Nacional...
Por: Carlos Santamaría Ochoa15/12/2010 | Actualizada a las 15:06h
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Un sinnúmero
de comentarios ha despertado el hecho de que los profesores no se ponen de
acuerdo con eso de las vacaciones: los miembros del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación -SNTE- liderados por el profesor Arnulfo Rodríguez
Treviño en la entidad –la sección XXX- están solicitando a la autoridad
correspondiente iniciar sus días de asueto a partir de las últimas horas de
este viernes 17, es decir, concluir un día laboral antes de lo pactado, dado
que el calendario oficial marca como fin de cursos el día 20. Nada más
ilógico de los calendarios que alguien supuso que tendrían congruencia: no
entendemos el por qué hay que asistir un lunes, posterior al fin de semana
correspondiente, para luego iniciar su período de descanso. Nada les costaba
hacerlo bien y comenzar como siempre, el período en sábado, aunque oficialmente
se dice que es en lunes. Para que
entienda el lector: los muchachos de todos los niveles están obligados a
asistir el próximo lunes 20 a clases, y en algunas instituciones educativas ya
les han “jalado las orejas” haciendo énfasis en que no permitirán que haya un
día más de holganza. Como si
fuera el único día que se toman los profesores. Todos
padecemos los días en que supuestamente se capacitan y suspenden clases al
menos durante una jornada laboral cada mes, con los “talleres” que nadie sabe a
qué se refieren, pero sí sabemos que los hijos no van a la escuela. Tampoco se
fijan en los múltiples puentes que organizan y que el SNTE solapa. Hoy, piden
un día de descanso, para poder salir el viernes. La solicitud
es lógica, y eso no lo discutimos, aunque el argumento de los encargados de la
grilla magisterial no lo es, porque ya estamos cansados quienes tenemos que
llevar a nuestros hijos a estudiar de tanta flojera, de puentes y clases que no
se cumplen. Arnulfo y
sus colaboradores deberían insistir en los profesores en que no falten; hay
muchas escuelas que padecen el hecho de que los maestros no acuden a su
correspondiente clase, y lo peor de todo es que sucede en las mejores escuelas
oficiales. Habría que imaginar lo que pasa en aquellas donde ni el viento
llega, menos la “excelencia educativa” que tanto alardea el SNTE. El estado de
Tamaulipas ha llevado a las aulas una serie de programas que buscan la
excelencia de los jóvenes de todas las edades, sin embargo, se han topado de
repente con los permisos sindicales y esas cosas que, quienes viven cerca de un
profesor saben a qué nos referimos. Defienden a
los que no tienen mucho que defender, sin embargo, están ahí, dispuestos a
sacar la cara por un grupo de personas que lo único que hacen es cobrar su
salario para medio enseñar. No tienen
idea los muchachos lo que es comprensión lectora entre muchas otras cosas, y
tampoco lo que son las rutinas de investigación, lo que se pone de manifiesto
cuando llegan a las aulas universitarias y padecemos quienes tenemos el
compromiso de orientarles en sus materias: los chicos no saben más que pegar
copias fotostáticas, resolver los cuestionarios que les entregan y memorizar
las respuestas, para poder salir con éxito en las pruebas de Enlace, que no son
más que una justificación multimillonaria de una excelencia que está lejos de
ser cierta. Espejismos
académicos son las mencionadas evaluaciones, para que a nivel nacional el señor
Lujambio se vanaglorie de los éxitos ajenos, mismos que tienen una enorme
distancia entre la realidad y los informes administrativos. Queremos
buenos muchachos, que se formen en un ambiente que les enseñe realmente no a
memorizar preguntas o a pegar copias, sino que les haga estudiantes en verdad,
capaces de razonar por sí mismos sin necesidad de que les estén dictando para
aprender de memoria y sacar dieces de mentiras. La
educación, sinceramente, tiene unos grandes huecos que se deben cubrir, sin
embargo, el primer eslabón es el compromiso de los profesores, que mientras
estén solapados por un individuo que gusta de comisionar a medio mundo para que
cobre sin trabajar, que tiene un Comité Ejecutivo incapaz de resolver
situaciones laborales, que organizan muy buenas “pachangas” pero pocos talleres
de verdadera actualización. Mientras les sigan solapando estas cosas, la
educación en México estará como está hoy: mal y de malas. Hay muchas
razones por las que los profesores quieren el día viernes salir de vacaciones,
e insistimos, se nos antoja una petición congruente, pero no la base de las
demandas del gremio que no tiene, a decir verdad, la capacidad de ser respetado
por los resultados que ofrece a la sociedad. Estamos
cansados, la verdad, de que nuestros profesores, encabezados por una mujer que
ha vivido del presupuesto en forma alarmantemente injusta y se ha dedicado a
mover influencias y ubicar en puestos de importancia a personas que, como ella,
son vividoras del presupuesto magisterial, sigan haciendo de las suyas. El maestro
fue una persona honorable y respetada por generaciones: no perdamos esa
concepción, porque ellos lo merecen, los que sí tienen vocación, los que luchan
a diario por mejorar la Patria. No esos que
son holgazanes, vividores y tramposos. A esos, que se los lleve el frío
invierno de una vez por todas. Comentarios:
entrenos@prodigy.net.mx
Carlos David Santamaría Ochoa,
(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.
Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).
Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.
Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.
Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.
Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.
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