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Sección: Editoriales / Escenario político

Diego, vale más vivo que muerto

Aunque México ya dejó de ser la patria pacífica y soñadora de épocas pasadas, existen métodos o terapias para recordar lo que antes fuimos; y nostálgicamente...

Por: Marco Antonio Torres de León 29/11/2010 | Actualizada a las 08:30h
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Aunque México ya dejó de ser la patria pacífica y soñadora de épocas pasadas, existen métodos o terapias para recordar lo que antes fuimos; y nostálgicamente traemos a la memoria que fuimos, alegres y felices.
 
Fuimos una Suiza en tierras de Latinoamérica, exceptuando el sangriento año del 68 donde DÍAZ ORDAZ ordenó una masacre.
 
Un método para volver a imaginar –y creer- en el México que se nos fue, es meternos o inscribirnos en el asunto de la llamada músico-terapia, misma terapia que nos ayudaría a recordar cómo fuimos.
 
Mire usted amable lector, no es hablar por hablar, ni presumir por presumir, pero en MÉXICO ha vivido y ha nacido lo más selecto de poetas y compositores de todo el planeta tierra. Y así como Colombia tiene a GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ como el más grande sus poetas, México tuvo a su Octavio Paz y a su Juan Rulfo.
 
Tan grande es México que por ejemplo, su mariachi mexicano es admirado en todos los rincones del mundo.
 
Vamos, ni siquiera ESPAÑA, la patria que nos conquistó en los años 1, 500 gozó de la vena artística que tenemos los mexicanos. Y es que nuestros antepasados indígenas, los mayas y los aztecas, eran excelentes de verdad. Bárbaros para eso del arte.
 
Luego una línea familiar maya se iría a ocupar Centroamérica; pero un notorio porcentaje se quedó a vivir en México.
 
Por esa razón en vista de que todo mundo en México habla de muertes, fenecidos, atracos, carreteras desoladas y ensangrentadas, narco-fosas, éxodos de pueblos enteros huyendo de la violencia, atisbaremos en esta presente colaboración a propósito tocando el tema de la música.
 
Es correcto ensalzar lo grandioso. Y por ello hablaremos de la cultura mexicana y su mejor aportación, su música.
 
Advirtiendo que –salvo mejor opinión- los temas musicales a que aquí aludiremos, son chispazos de gloria que aquéllos compositores vieron en México, cuando la violencia y los asesinatos en masa aún no eran modismo.
 
Serán solo tres o cuatro ejemplos musicales.
 
Aclaramos que estas canciones  si son poemas musicales de verdad, no falacias como los 2 goles que anoche anotaría el equipo Monterrey, quien en un juego aburridísimo venció a los Pumas de la UNAM pasando a una final de futbol inmerecidamente.
 
Son poemas musicales de verdad.
 
Nos llamó la atención un tema musical de Chente Fernández llamado La Refinera, que habla de una preciosa mujer presuntamente nativa de Salamanca, Guanajuato, quien a decir de la canción trabajó en varias refinerías del país.
 
La canción la oímos desde chiquillos, sobra decir que era para nosotros un deleite escucharla.
 
Su primera estrofa dice más o menos así. “Era alta y muy bella, de cara morena, que por mal apodo le decían la refinera, era codiciada como el oro negro, y los petroleros se morían por ella”.
 
Conviene aquí hacer una pertinente acotación.
 
¿Quien en estos momentos está pensando en contemplar y en admirar la belleza femenina; o los bellos paisajes de la orografía tamaulipeca o la impotente belleza de la sierra madre oriental? Nadie, salvo raras excepciones. Mal hecho.
 
En lo único que los tamaulipecos piensan ahora es en quedar a salvo de los mandarriazos, metralletas, bazucasos, bloqueos de calles y de balas que dicen llegan a oírse durante las madrugadas.
 
Ya ni siquiera pretendemos –¡nadie, líbrenos Dios!- emular a don Alejo Garza Tamez, quien se echó a 4 casi de un junto en medio de la nocturnal neblina, entre el ruido salvaje y los aullidos de coyotes en aquélla noche aciaga donde fenecieron 5 en total. Dos más quedaron gravemente heridos, en las puertas de su rancho mientras que su cuerpo quedaría bañado en sangre en medio del baño de su casa.
 
Los tamaulipecos dicen que es mejor tener a don Alejo como héroe, incluso como ejemplo moral a seguir; pero nunca cometa alguno el grave error de emularlo.
 
La otra parte de la estrofa de la canción dice así: “Refinera, refinera, de allá de mi Guanajuato, con boca sabor de fresa y ojos como de gato. Salmantina, salmantina, Salamanca, Guanajuato, gózala ahora que puedes, ya la pagarás al rato”.
 
Otra expresión musical dice así: “Llegó hasta Altamira (¡Tamaulipas!) y a Mata Redonda, llegó a Poza Rica, y se fue a Coatzacoalcos, ahí tuvo amores, que mucho la hirieron, rompió corazones llegando a Tabasco”.
 
¿Alguien quiere oír esta canción? Abra el siguiente enlace, lo agradecerá de veras. Es una joya:   http://www.youtube.com/watch?v=xav8m3tRWSk&feature=related
Ahora un paréntesis.
 
La música mexicana antigua solía exaltar la grandeza de la patria mexicana, incluida su orografía y sus mujeres.
 
Hoy no es así, ahora se exaltan los antivalores. Se pone como héroe de la película a la violencia, como el libanés pederasta Kamel Nacif puso al gober precioso MARIO MARÍN como “héroe de la película” en aquélla absurda trama que entrampó a ambos al ser pillados hablando por teléfono.
 
Aun retumba su excelsa frase, cuando le dijo a Marín, por cierto gobernador priista: “Eres el héroe de la película chinga´o”.
 
Existe otra canción tamaulipeca que se clasifica en el privilegiado rubro de canciones llamadas poéticamente, acuarelas.
 
Como por cierto se llama una mexicanísima canción, Acuarela Potosina, escrita por Pepe Guizar, “Pintor musical de México”.
 
Trátase de la hermosa canción que enaltece a Tula, Jaumave y a Victoria juntas, El Cuerudo.
http://www.youtube.com/watch?v=2LbJi-yRHKc&feature=related
 
Su letra es simple, pero significa una oda a la narrativa histórica de la época, que se supone, fue en los inicios del año 1900.
 
 “Yendo de Tula a Jaumave, me encontré con un ranchero, iba en su cuaco retinto, todo vestido de cuero, le pregunté pa´ donde iba, y haciéndose el remolón voy pa´ Victoria me dijo, a darle vueltas a mi amor”.
 
Luego dice: “Alegre se fue cantando, por el filo de la sierra, Tamaulipas es mi tierra, para el que lo ande dudando, y su a alguno no le cuadra, que me venga a reclamar, que el cuerudo de mi tierra, nunca se sabe rajar”.
 
Ufff.  Son canciones sublimes.
 
¿Es el México que se nos fue?
 
Parecería que no, pero por sí o por no, vale más alimentar la esperanza.
 
Por último describimos aquí un tercer ejemplo. Se trata de la canción llamada “Qué bonita es esta vida”, un tema musical exportado desde México hasta Colombia y de ahí al resto del mundo.
 
Fue escrito por tres veracruzanos, que conformaron el grupo musical Tres de Copas. Sus derechos de autor les corresponden y como buenos veracruzanos hacen referencia a cafetales, a playa, al olor de la mañana, al dulce de la caña y al sol asomando por sus ventanas.
 
¿Quiere oírla? Hágalo.
http://www.youtube.com/watch?v=QQWrN4ETI2A&playnext=1&list=PL9357C8097D60AC9F&index=40
Con pánico en los rostros, los tamaulipecos están con los pelos de punta por lo que ven; se les fue aquélla ínsula pacífica en la que vivieron, que sabrá Dios cuándo volverá.
 
Qué Bonita es esta Vida es todo un himno, diríamos, terapéutica.
 
Si no lo creen, ven sus letras,
 
“Me gusta el olor que tiene la mañana, me gusta el primer traguito de café, sentir como el sol se asoma a mi ventana, y me llena la mirada de un hermoso amanecer.
 
Un segundo estribillo dice: “Me gusta escuchar la paz de las montañas, mirar los colores del atardecer, sentir en mi piel la arena de la playa, y lo dulce de la caña, cuando beso a mi mujer.
 
“Sé, sé que el tiempo lleva prisa, pa´ borrarme de la lista, pero yo le digo qué…
 
Ay, qué bonita es esta vida, aunque a veces duela tanto y a pesar de los pesares siempre hay alguien que nos quiere siempre hay alguien que nos cuida”.
 
Mejor aquí cortamos el tema.
 
Hacemos la aclaración que esta colaboración es dedicada a los amantes de la música. Pero también de la política.
 
Cuando secuestraron a DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS hace más de 300 días se dijo que el ex senador y ex candidato presidencial del PAN valía más vivo que muerto.
 
Una vez muerto –esgrimían- nadie cobraría su rescate, así sus secuestradores lloren o pataleen.
 
Entonces sí, adiós  a los soñados 40 millones de dólares que pretendían cobrar por soltarlo.
 
Ayer circularon fuertes rumores, unos que ya fue liberado, otros más trágicos, que ya murió.
 
El Universal de hecho se contradice extrañamente; por un lado asegura que Diego ya fue liberado. Y una contrarrespuesta asegura que es mentira, que aun no hay señales claras sobre su eventual rescate.
 
Ayer uno de los rumores que suelen oírse en corrillos políticos decía:
 
-A mí se me hace que ya se lo echaron, por supuesto, comentarios que se referían a DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS.
 
Otros sin embargo decían: -Diego vale más vivo que muerto; por eso no creemos que quienes lo secuestraron hayan cometido el error de dejarlo morir. Tenían obligación de darle bien de comer”.
 
Así de cruel es el submundo y la industria del secuestro. Es irreal.
 
Hasta mañana.

adadasdas
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