La mujer vampiro de Ciudad Madero

Ciudad Madero, Tamaulipas.- En la zona sur de Tamaulipas se cuentan muchas historias urbanas, pero hay una que causó mucho temor entre la población, pues en la década de los setenta, se decía que una mujer vampiro atacaba durante las noches.

La historia inició en la colonia Árbol Grande de Ciudad Madero, donde el miedo se apoderó de vecinos, pues se corrió el rumor de que una mujer vampiro acechaba las calles.

El miedo era tanto entre la población, que en punto de que comenzaba el ocaso; las calles de Tampico y Madero quedaban solas, pocos eran los valientes que se atrevían a salir.

Jorge de la Peña, narrador de Tamaulipas, relató que todo inició en la colonia Árbol Grande de ese municipio, donde una mujer, esposa de un petrolero, era la más devota y benefactora de las mujeres de la Iglesia San Juan Bosco, una dama de sociedad con facciones delineadas y totalmente entregada a su familia, pero sobre todo al servicio a Dios y su parroquia. 

La mujer, era la organizadora de muchos eventos en beneficio de la parroquia, altruista, junto con su marido, fue uno de los principales apoyos al padre Ignacio Rosiles Namorado para impulsar el templo.

De la Peña, aseguró que tanto era el amor por la iglesia, que pidió al párroco, que le permitiera que al morir, su cuerpo fuera sepultado en el templo, en la zona de catacumbas, a lo que el padre accedió.

Sin embargo, por el trabajo de su esposo, la familia se marchó a vivir a Salamanca, Guanajuato, donde víctima de una enfermedad perdió la vida en el año de 1973 y fue sepultada.

Según los dichos, se dice que fue el propio sacerdote Rosiles, quien pidió y convenció a la familia de exhumarla y traerla de regreso a Madero.

Pero al ser desenterrada, los familiares se sorprendieron que el cuerpo estaba intacto, que le había crecido el cabello, las uñas y los colmillos a desproporción de su fisonomía, por lo que la llamaron la mujer vampiro.

La trajeron al sur de Tamaulipas para ser depositada en el sótano de la iglesia, pero cuando el ataúd era trasladado en medio de la iglesia donde se oficiaba una misa en memoria de la benefactora mujer, un fuerte viento provocó que este se les cayera a quienes lo llevaban en hombros, lo que dejó al descubierto el cadáver; la imagen causó pánico a todos los que ahí estaban, quienes en estampida salieron corriendo. 

Aunque el cuerpo se quedó en la iglesia, se desató el miedo en los residentes de la colonia Árbol Grande, quienes apenas caía la tarde se ocultaban en sus casas que cerraban con aldabas y candados, ya que se decía que la vampiro salía por las noches, levitando para deambular por esa zona.

El miedo colectivo se expandió por muchas colonias, pues las personas aseguraban que la mujer vampiro volaba sobre Ciudad Madero y Tampico, para ir de iglesia a iglesia, incluso en la parroquia San Judas Tadeo de la colonia Cascajal, los vecinos llegaron a capturarla pero logró escapar.

Ante la histeria, se comenta que la iglesia quiso ser quemada, pues había personas que aseguraban que eran atacadas por la mujer, incluso hay quienes dicen que les quedaban las marcas, por lo que las autoridades entraron a las catacumbas, el cuerpo de la mujer vampiro ya no estaba en la iglesia.

Se dice que fue sacado por la noche y sepultado en el panteón de esa misma colonia; otra versión es que el padre Rosiles lo escondió en la parte más oculta del sótano del lugar, y una más que sus parientes lo robaron para esconderlo en su casa. 

Esta historia urbana se ha ido diluyendo en el tiempo y borrándose de la memoria de los residentes de ese sector, siendo pocos lo que recuerdan este pasaje, convirtiéndose ahora sólo en una leyenda más de esta zona tamaulipeca.

scjf