No nació en El Mante pero amó a esta ciudad hasta el último minuto de su vida.
Fue comerciante, instaló un establo, planeó y constituyó junto a su hermano Pablo la colonia Moderna a la que de sus propios recursos arregló sus calles, y mejoró el servicio de agua, drenaje y alumbrado, por si fuera poco fue agricultor y ganadero.
Este 18 de abril se cumplen 23 años de la desaparición física de Don Jesús González Montemayor.
Originario de Higueras, Nuevo León, e hijo de don Timoteo González González y María Montemayor, la familia de nuestro personaje se estableció´ en un establo de lo que ahora es el cementerio “Jardín de la Piedad”, allá por la década de los años 30, según datos obtenidos por el entonces cronista de la ciudad Othón Guerra Hinojosa.
Jesús González Montemayor contrajo nupcias con Blanca León González, y juntos inculcaron a sus hijos el amor por el campo, la honestidad y el trabajo diario para conseguir los objetivos de vida.
Le apasionaba escribir, por ello compuso cuentos y poemas a sus hijos, además de ser un fanático de los refranes del Filósofo de Guemes.
El poema “A mi hijo Timmy” de la autoría de don Jesús marcaba un pasaje nostálgico en la vida de quien también fuera por muchos años un Rotario ejemplar.
“Una tristeza infinita
me sale del corazón,
es el recuerdo de mi hijo
el motivo y la razón.
Los años siguen pasando
su imagen no se me olvida,
lo recuerdo con cariño
lo recuerdo con amor
Como que casi era un niño.
Cuando veo a los muchachos
amigos que se fueron de él
el recuerdo se hace grande
como si viniera él.
Mis dos hijos que me viven
me consuelan en la vida,
y es que cuando los veo
es como si estuviera él.
Mi esposa y mis hijos son
el motivo de mi vida
La razón de mi existir
el motivo de luchar.
Su recuerdo es parte mía
forma parte de mí ser
me conforta la esperanza
de que el día que yo muera
lo he de volver a ver”.
Sus amigos le reconocían la virtud del afecto, la sencillez, la claridad para decir las cosas y su interminable vocación de servicio legado a cada uno de sus hijos y en especial a su hijo Pablo González León, hoy presidente municipal de El Mante, sobre quien pesa la confianza ciudadana en las urnas y la satisfacción de estar haciendo bien las cosas.
Amigos entrañables de aquella época como el Doctor Jesús Lavín Toledano le recordaban tras su muerte como un hombre valiente, positivo, comunicador, entusiasta, alegre, buen esposo mejor padre y sobre todo amigo.
Para Eugenio Zermeño Guajardo, su amigo Jesús González Montemayor fue un hombre de mirada transparente que por igual no ocultaba su enojo pero por igual era amistoso, leal, honesto y religioso.
En las páginas del periódico “Matutino” su Director Marco Antonio Coronado escribió lo siguiente: “Hablaremos de ésos que en su esencia etérea dejan marca de la huella de su transitar perenne por este mundo, tan controvertido y a veces matizado de contrastes que ponen en seria evidencia al principio de la creación humana… PERO SÍ EXISTEN VERDADEROS HOMBRES, cuya limpieza y sus característicos dones, los dejan para siempre en la memoria de los gratos recuerdos, que jamás se olvidan pasando a engrosar a la misma historia, que solo recoge a los seres y acciones positivas…
… ES POR ESO QUE LA PARTIDA DE DON JESÚS GONZÁLEZ MONTEMAYOR, amigo personal nuestro, causó consternación profunda en todos los estratos sociales, inclusive en el popular que lo conoció y le trató y coincidimos con el pesar de los mantenses bien nacidos que lamentaron esta irreparable pérdida… EL CAMINAR RÁPIDO, la mirada ágil, su rostro sereno, caballero de porte fino y distinguido, hombre trabajador, honrado sin mácula, buen amigo y ejemplar padre por añadidura, fue a groso modo la singular personalidad de DON JESÚS GONZÁLEZ MONTEMAYOR… QUE DESCANSE EN PAZ Y PARA LA ETERNIDAD NUESTRO DILECTO Y EXQUISITO AMIGO DON JESÚS GONZÁLEZ MONTEMAYOR, ejemplo de honradez y de trabajo”.
Es por todo esto que la historia de vida de don Jesús va de la mano con la de su entrañable ciudad a la que prodigó en elogios por sus bellezas naturales y la bondad de su gente.
Hoy uno de sus hijos tiene la enorme responsabilidad de conducir los destinos de El Mante y dicho sea de paso lo ha venido realizando apegado a los valores que le enseñaron sus padres.
Sobran las razones para que este 18 de abril la familia de don Jesús González Montemayor alce la mirada al cielo para agradecer las miles de historias que dejó a los amigos, a su esposa Blanquita y a sus hijos.