México (Notimex).- Virtuosa, colorida y atractiva fue la primera de cuatro funciones de la ópera “El elíxir de amor”, del compositor italiano Gaetano Donizetti, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, a cargo de jóvenes talentos del Estudio Ópera de Bellas Artes.
En la presentación, el grupo encabezado por más de 80 cantantes del Coro del Teatro de Bellas Artes, así como por cinco jóvenes promesas del bel canto: la soprano Patricia Santos, el tenor Víctor Hernández, el bajo Noé Colín, el barítono Alberto Albarrán y la mezzosoprano Gabriela Flores, tuvieron una gran interpretación arropada por los aplausos de cerca de mil personas.
Con la presencia de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección musical de Juan Carlos Lomónaco y escénica de César Piña, se desarrolló uno de los títulos más populares y divertidos del repertorio lírico italiano, mismo que dejó un buen sabor de boca entre los presentes.
El Estudio, pieza clave para detectar y apoyar a jóvenes talentos, sorprendió con constantes cambios de escenografía en donde la mecánica teatral del recinto se lució, además los cinco cantantes entregaron el alma en el escenario al encarnar a sus diversos personajes: “Nemorino”, “Dulcamara”, “Adina”, “Belcore” y “Giannetta”, .
Sencillos, siempre concentrados y demostrando no solo un buen timbre vocal, sino también presencia en el escenario, los cantantes se ganaron los constantes aplausos de un público, que quedó atrapado en esta obra de dos actos, con libreto de Felice Romani (1788-1865), basado en Le Philtre de Eugene Scribe (1791-1861).
Llena de momentos de inspiración, esta comedia resalta los aspectos mágicos del discurso musical del autor y en ella un merolico, un vividor, un estafador, un doctor, una joven chica caprichosa medio enamorada y un fanfarrón sucumben ante el encanto del chico bueno.
La obra, que atrapó las miradas del foro teatral, se sitúa en un pueblo de la Toscana, en Italia, a comienzos del siglo XIX; se trata de una obra en la que se manifiestan todas las buenas características de Gaetano Donizetti (1797-1848), a la par de que sus tiernas melodías conmueven al oyente en poco más de dos horas.
Entre las arias destaca la del segundo acto a cargo de “Nemorino”, "Una furtiva lagrima", que no es más que una melodía suave agradable acompañada del arpa, que lleva al sentimiento desde el principio hasta el final.
En el primer acto, una muchacha muy bonita llamada “Adina” es pretendida por el sargento “Belcor” y por “Nemorino”, un campesino no muy inteligente y algo retraído. “Andina” coquetea con el militar y esquiva a “Nemorino”. Ella cuenta riendo la leyenda del filtro mágico a partir del cual “Iseo” se hizo irresistible para “Tristán”.
Luego, aparecen en escena el doctor “Dulcamara” y un criado con atuendos moriscos. Ambos anuncian un tónico para el amor, aunque en realidad, es un fraude, sólo se trata de vino. “Nemorino” bebe una botella entera de una sentada. Como consecuencia, embriagado, pierde a “Aldina” que se compromete con “Belcor” que ese mismo día, debe marchar.
En la segunda parte, todo está preparado para celebrar la boda. Pero “Aldina” decide postergarla hasta que lleguen todos los invitados, incluyendo a “Nemorino”. Pero el muchacho está empeñado en obtener otra dosis del supuesto elixir para el amor que vendía “Dulcamara”, pero ya no tiene dinero.
Al final, lo consigue y vuelve a beber. En ese momento entona “Una furtiva lágrima”; pero el falso filtro lleva a “Nemorino” a una imprevisible indiferencia, lo cual, complica a “Aldina” que se encapricha con él y le declara su amor. Ante estos resultados, “Dulcamara” proclama el éxito del tónico mágico, hasta vender todas sus provisiones.
“Elixir de amor” se presentará nuevamente los días 17, 19 y 22 de febrero en el Palacio de Bellas Artes, en esta capital.
