Algunos activos que sumó a su proyecto el candidato FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, le han dado buenos resultados, porque entendieron que no se trataba de venir hacer bulto, sino de ponerse a trabajar.
En ese entendido llegó MARIO LEAL RODRÍGUEZ, que ha resultado un buen aliado para ampliar la expectativa de la alternancia en Tamaulipas.
MARIO se puso a trabajar desde el primer día y no sólo buscó fortalecer un proyecto que en otros años representó para él, más que una ofensa la simple presencia del logo azul.
Ahora lejos del PRI, en todos los sentidos, se ha enganchado en la ruta que está trazando FRANCISCO, en un terreno que solo él puede pisar cuando se trata de señalar errores, que han sido bien aceptados.
El talento del sureño como operador político de FRANCISCO se notó de inmediato, al convencer a los enemigos del PRI, para que sumaran su respaldo al proyecto panista y ha seguido trayendo al redil a otros inconformes y no propiamente con los priistas.
MARIO se siente un pez gordo en el proyecto de CABEZA DE VACA, y aunque él diga lo contrario, lo cierto es que tiene toda la razón para sentirse pieza importante después de haber sido casi todo en el sur gracias al PRI, que tanto le dio en otros años tan solo por ser el yerno consentido del gobernador AMÉRICO VILLARREAL GUERRA.
Exiliado del apellido y sus bondades, MARIO ha tomado en serio su papel al lado del candidato a gobernador, que le ha extendido su plena confianza y lo ha integrado sin dificultad a su muy reducido cuadro chico.
Durante estos primeros días de la campaña LEAL RODRÍGUEZ ha dado muestras de ser un buen estratega político y ha preferido tomar parte de los reflectores, a quedarse en las sombras como operador invisible, de hecho en este caso de eso se trata.
De prosperar el proyecto de CABEZA DE VACA, su brazo derecho en la administración seguiría siendo sin duda MARIO LEAL, que llegó para aportar recursos, imagen, y labor de zapa en el todo poderoso partido que aún mantiene lustrosa su hegemonía.
Como quiera que sea, FRANCISCO ha encontrado lealtad fuera de su partido; una lealtad que no encontró cuando la necesitó y creo que ahora, ya no la necesita tanto.
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