Para atrás, ni para agarrar vuelo

Para aquellos lectores que siguen esta esporádica columna habrán notado que publico acerca de la importancia de la capacitación, de educar a los menores, a los jóvenes, a las señoras, en las prácticas de producción de alimentos, sean de origen vegetal o animal, para autoconsumo, en el afán de mejorar la dieta y la economía familiar, aunado a la excelente terapia y relajación que proporciona esta actividad; La satisfacción de producir con sus propias manos aquello que será llevado a la mesa familiar no tiene precio, aunado al fortalecimiento de lazos que se puede dar en el entorno familiar.

Hacer visitas a las gentes que han sido beneficiadas con proyectos de producción para autoconsumo y ver, palpar, observar y escuchar a las señoras acerca del beneficio que les está llevando el programa específico, es alentador y genera en uno la satisfacción de que al menos en esa parte, la conjunción de esfuerzos entre las autoridades, proveedor y beneficiarios se complementa y llevara al éxito y a la prolongación del proyecto por un año más, buscando con ello que más familias sean beneficiadas.

Sin embargo, también soy de la opinión que para que un proyecto funcione se necesitan tres factores: Primero, aterrizar los recursos económicos a tiempo; Segundo, contratar proveedores confiables y que cumplan en tiempo y forma con lo solicitado, y Tercero, que el o los encargados de dar la asesoría técnica y el seguimiento del proyecto sean profesionistas en toda la extensión de la palabra. Cuando uno de estos tres factores no se presenta a tiempo y en forma hace peligrar el proyecto, retrasándolo, entregando un bien defectuosos o de dudosa capacidad o careciendo el beneficiario del apoyo técnico necesario para la obtención del éxito proyectado.

El Problema realmente se vuelve un foco rojo cuando dos de los factores anteriores se presentan; No es posible que un proveedor tenga un retraso de entrega mínimo de 4 meses, cuando el proyecto fue aprobado a mediados del año pasado; Su incapacidad técnica echa por la borda parcialmente el espíritu del programa, aunado a que los materiales entregados, de dudosa calidad, se están deteriorando antes de ser utilizados; Sumado a esto, los técnicos autorizados se han burlado de los beneficiarios, ofreciéndoles soporte técnico que nunca dieron, al menos a la gran mayoría de los beneficiarios, concretándose la capacitación a platicas de banqueta de 15 minutos, pero eso sí, han devengado un salario, faltando a la ética profesional que un profesionista se debe a sí mismo, y a la entidad que lo contrato, presentando informes de dudosa veracidad, obtenido en entrevistas de banqueta.

Por eso el título de nuestra aportación del día de hoy; insistiremos a través de este medio y ante quien se deba hacer de la conveniencia de apoyar las prácticas de producción para autoconsumo, buscando proveedores confiables y técnicos que realmente estén comprometidos, que deseen hacer un impacto positivo entre los beneficiarios y que puedan ser considerados agentes de cambio. El día que los tres factores antes mencionados se conjuguen, la situación de muchos de los beneficiarios de programas sociales cambiara, el dinero invertido en esos programas se verá reflejado en la economía familiar y la alimentación de los más vulnerables, niños, adultos y mujeres embarazadas mejorara sustancialmente

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