A diferencia de otras publicaciones, donde insisto e insistiré siempre que la educación es la base para sacar del atraso a las familias en situación de marginación y pobreza, sean del medio rural o urbano, ahora mi reclamo acerca de la falta de educación va dirigida a la sociedad urbana de Cd Victoria, que afortunadamente, no toda, se expresa tranquilamente con un desconocimiento total de las cosas, en este caso, concernientes la alimentación.
Resulta que al ser expositor en la Feria Tamaulipas, mostrando nuestros proyectos avícolas, nos encontramos con gente reacia, realmente negada al consumo de huevo rojo. Comentarios tan variados como “Ese huevo no me gusta, wacala, hasta “que bonitos pero no” y trasmitir esa expresión hacia sus hijos es francamente un absurdo y un desconocimiento total del origen del huevo y sus características nutricionales.
Sin pretender que este foro se convierta en un salón de clases, si creo conveniente orientar a mis amables lectores en lo siguiente: Las gallinas Rhode Island, de plumaje rojo, ponen huevo rojo y las Leghorn, de plumaje blanco, ponen huevo blanco aduciendo a sus características fenotípicas o exteriores del color de su raza, únicamente; El valor nutricional del producto de estas gallinas, o sea, el huevo, es exactamente el mismo, no tiene más o menos proteína, o cualquier otro componente nutritivo que se pueda imaginar dentro de la estructura del huevo.
Veo en esto una deformación cultural de la gente, causada por la falta de información y de educación y asumir entonces que la gallina roja produce un huevo no apto para el consumo, de sabor u olor diferente, que lamentablemente se transmitirá de padres a hijos y así sucesivamente. Tampoco es conveniente hacer creer a la gente que el huevo rojo que se vende en tiendas de autoservicio es orgánico, de mejor calidad, adicionado con sabrá que cosas se les ocurre a los mercadologos, creando así una falsa expectativa en la gente que se anime a consumirlo, en busca de una mejor alimentación, más sana, pero que a la tienda le conlleva un ingreso mayor.
Sin embargo es reconfortante ver que la gente se anime a acercarse a ver las gallinas, tratar de explicarles a sus hijos que son y que hacen, y cuando no saben preguntar acerca de nuestra labor; también fue muy reconfortante encontrar gente adulta sorprendida de tener huevo de patio como le llaman al huevo rojo y comprarlo en mayor o menor cantidad.
En redes sociales aparecen imágenes tratando de inculcar la necesidad de que desde niños se nos enseñe a producir parte de nuestros alimentos, que se sepa cómo se produce un huevo, de donde viene el tomate, cuales son las ventajas de comer una lechuga, enseñándoles así el valor de la producción agropecuaria y que este sea un paso para modificar sus hábitos alimenticios que hasta el momento nos han llevado a ser uno de los líderes mundiales en obesidad y las enfermedades que este problema desencadenan.
Esperemos que el día que Padres u Autoridades se decidan a caminar por este sendero ilustrativo, no sea muy tarde y podamos aun enseñar a las nuevas generaciones el valor de producir tu comida con tus propias manos.
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