El ying y el yang

“La vida es como el yin y el yang. De todo lo malo, siempre hay algo positivo; de todo lo bueno, siempre hay un poquito de lo malo”. Frase popular.

LO MUY CLARO. Es tema que no sólo ocupa a la ciudadanía, que busca a todas luces participar de la toma de decisiones en la gobernanza en general.

Las iniciativas ciudadanas que reclaman transparencia, hace eco en los legisladores de cada entidad del país.

Así, la COPECOL Conferencia Permanente de Congresos Locales se reúne con la periodicidad necesaria para tratar temas que nos atañen a la sociedad.

El Presidente del Congreso de Tamaulipas, diputado Ramiro Ramos, hace referencia a los acuerdos que llevan a efecto; como la Propuesta de crear un Sistema de Información Legislativa. Que se encuentre a la mano de cualquier ciudadano y de ésta manera, demos seguimiento a nuestras propias demandas –planteadas a través de nuestros representantes-.

Del mismo modo, la Transparencia gubernamental es una premisa a priorizar en la agenda legislativa.

Que los funcionarios públicos no sólo sean llamados a cuentas; que en la medida de sus responsabilidades, paguen los daños y perjuicios que ocasionan a los erarios y a la función pública en general.

Así también lo manifiesta el diputado Ramos. Tamaulipas forma parte de los primeros diez estados en promulgar esta Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

LO OSCURO. Sin lugar a dudas. La frase del taoísmo que representa el símbolo del ying y el yang, no le resulta desconocida.

Habla concretamente sobre el complemento en cualquier circunstancia de la vida.

Incluso para que ésta exista, es necesario el día y la noche; el bien y el mal; arriba y abajo; hombre-mujer, Dios-diablo.

¿Hay delincuencia? Más leyes; más abogados, más justicia. Todo se complementa. ¿Obesidad? Dietistas, clínicas, bandas, espejos convexos, psicólogos…

Al grano.

También debe estar al tanto de acontecimientos que han mantenido atenta a la opinión pública.

Sobre casos que quizá no debían existir, pero que su compleja trama sobrepasan la capacidad de análisis de un ciudadano común y que cada día parece complicarse más.

Menos rollo.

Ayotzinapa. El lamentable caso de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Guerrero, que por su ejercicio jurídico, reclamaba la resolución de la justicia estatal. Y del cual –debido a la atracción federal del mismo- también han vertido ríos de tinta (en referencia a las columnas de periódicos).

De nueva cuenta, se reinterpreta la frase “la desgracia de unos, es la oportunidad de otros”.

El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes GIEI, pudo ejecutar el cobro de sus pesquisas respecto al mismo caso de Iguala, en una cantidad igual a 2,5 millones de dólares. Y el resultado… es el mismo. Nada de respuestas sobre el paradero de los muchachos.

605 páginas conforman el escrito –o informe- que avala el trabajo de 15 investigadores más el cuerpo de abogados.

Cada página le costó al erario federal –los impuestos que usted paga- apenas $70 mil 247 pesos.

De mucha ventaja, es que los comisionados para documentar este ‘gran libro’ son reconocidos por la OEA y por la Comisión de Derechos Humanos.

Así que. Resultaron más bien, en una buena inversión.

No aparecen los muchachos, pero crearon fuentes de trabajo en su ausencia.

COLOFON. ¡Y se tomaron la foto con el documento final! En toda guerra, alguien tiene qué fabricar las balas…

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@deandaalejandro