De vez en cuando me encuentro en Bosque Real a Nelson Vargas; bromea conmigo y nos damos un abrazo. Y claro, cada vez que nos saludamos recuerdo aquellas entrevistas que me concedió para mi noticiero radiofónico en medio de la tragedia que vivió con el secuestro y asesinato de su hijita.
Ayer lo leí en el periódico El Universal y como siempre me apretó el alma y corazón por su entereza, fuerza y dignidad como cada vez que narra lo que vivió hace casi 9 años.
Inicia diciendo que no le desea un acontecimiento similar ni a su peor enemigo y ni siquiera a los desgraciados que le arrebataron a Silvita. Después confiesa que todos los días recuerda con gran tristeza ese momento: "es un suplicio con el que tenemos que vivir el resto de nuestra vida, aquellas personas que hemos sido víctimas de una situación tan grave, ya sea directa o indirectamente."
Redactó más adelante que un tribunal colegiado dejó libre a Isidro Solís Medina, implicado en el caso de su hija, justificando que la víctima de otro secuestro lo reconoció a través de la Cámara de Gesell sin la presencia de su abogado.
Aunque usted no lo crea, este secuestrador y violador (sentenciado a 34 años de prisión) perteneciente a la banda criminal de Los Rojos, se amparó, se reinició su caso y el MALDITO debido proceso le dio la razón.
El magistrado federal José Merced Pérez Rodríguez le abrió la puerta por falta de pruebas, y los juristas y estudiosos del derecho nos dirán que ningún proceso puede ser viciado, que todas las veces que se sentencie a alguien debe ser a través de un proceso pulcro, sin errores, ni con las más mínima mancha de la sospecha. ¿Pero las víctimas?
Pregunta el gran Nelson: ¿Qué va a pasar? ¿Algún día me lo voy a encontrar caminando en la calle tan campante? O lo que es peor ¿haciéndole daño a más personas?
Nadie de los que está leyendo estas líneas ni el que esto escribe quisiéramos ser juzgados sin el debido proceso, pero cuando estamos del otro lado, únicamente queda la frustración y la impotencia. ¿Usted tendría la entereza y fuerza que tiene la familia Vargas? Yo no.
Señores legisladores, señores miembros del poder judicial, funcionarios de los aparatos ejecutivos a nivel federal y estatal, que trabajan en las procuradurías, pónganse en los zapatos de las víctimas y juntos intentemos leyes más justas. Está claro que el aumento de las penas no disminuirán los delitos, pero de una vez por todas acabemos con la maldita impunidad.
Por lo pronto Nelson, recibe un abrazo reconfortante, si todavía te sirve de algo.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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