Lo que los caracterizó fue la prospectiva que realizaban; este término tiene su origen en el latín “prospicere” que se refiere a las investigaciones y exploraciones que se llevan a cabo, con la intención de anticipar lo que está por venir.
Pero Manuel y Marcelo se quedaron con las ganas de cruzar la meta, como el maratonista frustrado que se desploma en el kilómetro 40.
Nadie puede negar su capacidad, pero están reprobados en planeación.
Ebrard Casaubón, como dice en su spot, habría sido receptor de votos en el 2012, pero le dio pavor López Obrador.
Se le concedió la designación de su sucesor, y apostó todo al secretario Mario Delgado, pero nunca creció en las encuestas; no tuvo de otra más que colar al procurador Mancera.
El primero es senador, y ahora tiene como legislador moreno, 3 años más de vida con grandes posibilidades de continuar en la carrera. Es más, podría competir por la oficina del Antiguo Ayuntamiento, mientras Mancera tiene prácticamente la candidatura presidencial del PRD.
Intentó dirigir el PRD, los chuchos se pitorreraron de él; vino la embestida de la Línea Dorada, por no entender que el Jefe ya no era él. Entró a la catafixia de una diputación plurinominal, por el Sol Azteca, y los chuchos otras vez se burlaron de él.
Quería entrar por la puerta de atrás, convenció a Dante Delgado, que está muy preocupado en sostener el registro.
¿Por qué no se convirtió en senador, y cumplió con el necesario papel de opositor? ¿Por qué no fue a la Cámara Baja desde el 2012 para convertirse en el gran parlamentario que dice que es? ¿Por qué todo su capital político lo tiró al cesto de la basura?
Las respuestas son sencillas, no le alcanzaba.
Ahora solo le resta decir que el PRI de Peña le niega sus derechos políticos. Adiós Carnal.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx
