Dicen que la vida sin enfermedades no es vida, pues solo así aprendes a valorar algo que solo nos preocupa cuando estamos enfermos; la salud. Gracias a Dios y a un par de manos médicas, mi salud ha mejorado por lo que estamos de regreso en HOYTamaulipas. ¡Como lo extrañaba!
El día de ayer me enteré del movimiento #YosoyMedico17, surgido en apoyo a los 16 médicos del Estado de Jalisco que tienen orden de aprehensión en su contra por el lamentable fallecimiento de un menor, a ellos se les acusa de presunta negligencia.
En nuestro país, la negligencia médica ha sido malbaratada, y usada para la persecución de médicos sin resolver el problema de fondo del sector salud; carecemos de buenas instalaciones hospitalarias, de los recursos y utilerías médicas, además de los farmacéuticos necesarios para los pacientes y enfermos que muchas veces terminan visitando esas “clínicas”, propiedad de una farmacia, que reduce costos y muchas veces calidad.
Por 15 días estuve internado en un hospital, al cual espero no volver, y en mi opinión personal queda mucho por hacer, pues el profesionalismo y la ética laboral son cosas que se han ido perdiendo; claro, existen médicos impecables, pero también existen médicos que pecan.
En mi anécdota personal, me tocaron buenos y no tan buenos médicos; los primeros me hablaron con la verdad desde el principio, buscando mi recuperación mediante todos y cada uno de los métodos existentes, los segundos venían de estar sentados en un escritorio, olvidando así el tacto, el respeto y la dignidad de los pacientes, respondiendo con gritos mis dudas y peticiones.
#YosoyMedico17 debe ser un llamado para las autoridades y para el sistema de salud nacional, no solo para propiciar y brindar un servicio médico de calidad, debe ser para renovar el prestigio del doctor que parece yaestar al mismo nivel del maestro y el político. Si el enfermo se salvó; fue Dios, si falleció; fue el médico, y si el juez lo encontró culpable; es un criminal.
Considero que se debe dejar atrás la palabrería, pues en los hospitales de nuestra ciudad, Estado y país hay muchos enfermos y familias esperando su recuperación, algunos tal vez sean atendidos por médicos reales, esos que se han trabajado incansablemente, que se han desvelado, que tienen el titulo bien merecido y otros posiblemente sean atendidos por aquellos que desprestigian tal profesión.
Antes de pensar en “universalizar” la salud, debemos universalizar la calidad de los hospitales, el abastecimiento de los medicamentos, la disponibilidad de los recursos y material médico, y lo más importante, devolver el prestigio a los médicos, pues ¿De qué nos sirven grandes hospitales, sino tenemos médicos de verdad?
Mi apoyo y felicitación a aquellos que dedican su vida para salvar la vida de los demás; pues los héroes del día a día no necesitan una capa o una espada, solo una bata; gracias a algunos de ellos puedo escribir estas palabras.
¡Excelente semana!
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