“Nuestro sistema fiscal, es una maravilla. Paga más, el que gana más. Y el que tiene menos… también paga más” Perich.
Los resultados de tener en la geografía de Tamaulipas a un Congreso Local itinerante, saltan a la vista. Sumado a la iniciativa de contar con oficinas permanentes de gestoría de todos los diputados que conforman la representación estatal, permea en un mayor contacto con la población. Atrás quedaron los tiempos en que venían a pedir el voto… para no volver. Ahora son gestores permanentes, en la búsqueda de dar resultados a sus votantes –y los que no lo son-. Empleo, becas, temas de salud son algunas de las cotidianeidades que acercan a las oficinas gestoras a la población, que busca respuestas.
Bien por el Congreso. No se habla de colores. Se habla de trabajo.
Y precisamente, redondeando el tema, hoy desmenuzamos un punto interesante.
La sensación de bienestar que tenemos los mexicanos, no tiene precio.
Según el Índice de Felicidad Mundial, al igual que la OCDE que comanda nuestro paisano Gurría, México ocupa el lugar 23 de más de 140 países. Dentro de los cuales, destacan por supuesto los europeos.
Como dicen en Tepito, ‘vámonos por partes’ (con todo respeto).
Los europeos, digamos sobre los franceses y los suecos, su nivel de percepción económica, respecto a su PIB/hab, es 4 veces mayor al de nosotros. Y sin embargo; en reciente encuesta de IPSOS a 34 países, México se posicionó como el tercer país ‘más feliz’, con un 43 por ciento de población que así se manifestó. Los franceses sólo un 15 y los suecos un 20.
No, no es sólo el aspecto económico el que marca la pauta de felicidad; existen otros factores que inciden de manera favorable en el bienestar de las personas.
El estándar de salud en México, ha provocado que la gente de más de 60 años, se multiplique en más de un centenar de veces, comparada con la que existía en la década de los 60’s.
“En México, tenemos una serie de valores en los que radica nuestro bienestar; como la familia, o desempeñar cierta labor cotidiana. Son asuntos que no están relacionados directamente con el ingreso económico” dijo Claudia Garnica, coordinadora académica del ITESM.
El ambiente laboral, donde el individuo encuentre la posibilidad de sobresalir, es un condicionante adicional que se da bien en nuestro espectro económico.
Y sume a esto, que los mexicanos que provenimos de la cultura del esfuerzo –slogan trillado- es precisamente una constante que nos permite aspirar a más. Nuestros padres (a quienes ya frisamos el ‘tostón’) no precisaban en la competencia laboral de una preparación propia académica mayor. Y pudieron darnos a la siguiente generación, la posibilidad de acceder a ese aliciente. A su vez, nuestra descendencia tiene mejores aspiraciones vocacionales y esperanzas (inciertas) de crecimiento personal. Eso es lo que provoca una expectativa buena del futuro. Es más… hasta en la selección del Piojo Herrera creemos.
En conclusión, los mexicanos somos ‘muy felices’, según los estudios de los órganos económicos descritos.
Que no confundamos con la percepción real ni el ingreso de quienes aquí habitamos.
Damos crédito a nuestras propias oportunidades de superación y será ésa posibilidad, digna de ser tomada en cuenta por quienes nos gobiernan. No para hacer escarnio –ni aumentarnos más impuestos-. Pero sí para lograr en conjunto, sociedad y gobierno, las transformaciones como país y como individualidades que México reclama. Aprovechen el buen tiempo que tenemos, para que sin corruptelas ni negocios oscuros vean por el bienestar de todos. No de unos cuantos. ¡Qué feliz soy! Me acaban de hablar del SAT, ¿me irán a regalar algo?
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