Por: Jorge Lera Mejía10/02/2013 | Actualizada a las 22:28h
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Tiene
prisa el nuevo gobierno en su intención de alinear los precios nacionales de
las gasolinas con los que se registran en el exterior, particularmente en
Estados Unidos, así se aplica con aumentos “justificados pero impopulares”. El
gobierno federal autorizó el tercer aumento del nuevo sexenio y el segundo en
lo que va del año a los precios de los combustibles a partir de este sábado,
las gasolinas magna, premium y el diesel aumentaron 11 centavos por litro,
informó la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas). De
esta manera, a partir de este sábado, la magna costará 11.03 pesos por litro,
la premium 11.59, y el diesel 11.39 pesos. Así, por primera vez en la historia
el litro de la gasolina magna se ubica tan sólo a 56 centavos abajo del precio
de la premium. Las
autoridades financieras del país pretenden homologar los precios de las
gasolinas en México a los que rigen a nivel internacional para eliminar el
subsidio de los combustibles. Esta política fue creada por el gobierno anterior
con el objetivo de igualar gradualmente los precios nacionales con el valor
internacional de estos combustibles. La
dependencia señaló que el subsidio contable a los combustibles fue de 223 mil
millones de pesos, cifra superior a los 176 mil 947 millones de pesos
originalmente programados. La SHCP dijo que adicionalmente es necesario
resaltar que este apoyo es captado principalmente por las familias con mayores
ingresos, ya que en ellos el consumo de combustible es más elevado. De
continuar este ritmo de incrementos de 11 centavos por mes al final de 2013 la
gasolina magna, la de mayor utilización por el parque vehicular en el país,
alcanzará un precio de 12.13 pesos por litro. Uno
de los mayores impactos negativos con esta política, se registra en el caso del
diesel, usado principalmente por el transporte público y de carga, así como por
maquinaria, que ya al mes pasado provocó autorización de aumentos generalizados
en las tarifas del transporte público, en la mayor parte de las entidades del
país. Ante esta disyuntiva, los partidos
políticos aprovechan el hecho de aumentos para fijar posturas, que en el pasado
cercano eran a favor, así el Partido Acción Nacional en la Cámara de diputados,
exigió a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, informe sobre las medidas
que instrumentará para que el tercer gasolinazo de la administración de Enrique
Peña Nieto, impacte el bolsillo de los mexicanos lo menor posible. A decir del coordinador del blanquiazul,
Luis Alberto Villarreal, el segundo incremento en el año, fuerza al Gobierno
Federal a que explique, tanto al Congreso de la Unión, como a todos los
mexicanos, sobre los motivos que tiene para impulsar estos constantes aumentos.
El Diputado Villarreal aseguró que una vez más el partido en el gobierno
demuestra su incongruencia, pues dijo, fueron ellos quienes durante la
administración pasada exigían que los ajustes en el precio de la gasolina
desaparecieran, ya que arriesgaba el futuro del país y hoy son ellos mismos los
que, en menos de 80 días, han promovido tres aumentos. En
su comparecencia del 10 de diciembre en la Cámara de Diputados, el secretario
de Hacienda, Luis Videgaray Caso, fue enfático en señalar que el financiamiento
a las gasolinas es “un subsidio regresivo del que no se benefician los que
menos tienen y que además genera daños al medio ambiente por un consumo
excesivo de combustibles fósiles, particularmente de gasolina.” Y anunció
implícitamente que la autoridad va por la reducción y, aun, la desaparición de
ese subsidio, por el que se diluyen los recursos obtenidos por la vía de la
recaudación tributaria. Al inicio de la
administración de Felipe Calderón (en el 2006) el precio por litro de la magna
era de 6.74 y seis años después cuesta 4.18 pesos más, lo que representa un
incremento de 6.7%. El aumento de 31 centavos que suman los tres últimos
ajustes quiere decir que la actual administración ya le aplicó un aumento de
cerca del 2.6% a la gasolina magna, premium y diesel. Lo que no reconocen
nuestras autoridades hacendarias, de ahí lo “impopular" de la medida, es
que al subir la gasolina todo se incrementa y desgraciadamente los sueldos, con
el pírrico aumento del 3.9% al salario mínimo del pasado mes de enero (poco más
de 2 pesos), este ya se vio rebasado solamente por el efecto inflacionario de
tres meses en las gasolina, al subir también los valores de los productos de la
canasta básica, ya que todo en México se mueve en transporte de combustión a diesel,
gas y gasolina. Los usuarios de
gasolina que usan vehículos de cuatro cilindros antes de aprobarse los
gasolinazos mensuales en la pasada gestión destinaban un promedio de 180 a 220
pesos cada semana para recorridos básicos -de la casa al trabajo y viceversa y
para llevar a los hijos a la escuela. Al mes de febrero de este 2013 son de 320
a 400 pesos semanales para mismos trayectos. La medida de los
gasolinazos fue aprobada en el sexenio de Felipe Calderón, por lo que se debe
considerar la búsqueda de otras opciones para no darle seguimiento después del
2014. Tras el tercer gasolinazo la voz popular sugiere que se busquen otros
esquemas de obtener ingresos para el país, como reducir los sueldos de los
legisladores, federales y de todos los funcionarios públicos. Lo
difícil es reconocer que pese a que es un argumento impopular, el precio de los
combustibles está aún por debajo de lo que deberíamos pagar por cargar un
tanque de entre 50 y 60 litros. De hecho, el subsidio a las gasolinas es una de
las políticas más regresivas que hay hoy en el escenario presupuestal, y si de
verdad queremos apostarle a la cruzada contra el hambre, y la seguridad social
universal, deberíamos pensar en dejar de tirar el dinero como hasta ahora. Carlos
Elizondo Mayer-Serra del CIDE, (http://www.carloselizondo.com.mx/2012/11/06/el-negocio-del-subsidio-a-la-gasolina/),
acaba de probar en su último libro, que el 52% de los recursos públicos
destinados a subsidiar la gasolina, se queda en los dos primeros deciles de
ingreso. Gastamos más del doble en subsidiar unos centavos de gasolina a cada
uno de los mexicanos, que en los programas de transferencias directas para
quienes más lo necesitan. Lo peor del caso es que el subsidio ya ni siquiera es
rentable políticamente para el gobierno, pues de aquí en adelante sólo quedan
ajustes a la alza para disminuirlo. ¿Dónde quedó el
anuncio del pasado sobre la construcción de una gran refinería en el estado de
Hidalgo?, para con ello amortiguar las exportaciones de crudo barato e
importaciones de gasolinas procesadas caras en el exterior (EUA). Aquí está la
verdadera solución de mediano y largo plazo, ya que en México, “…apenas poco
más de la mitad de las gasolinas se produce en refinerías nacionales, el resto
se importa a precio internacional y se vende al público subsidiada…” (Nota de
Elizondo Mayer).
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT). Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas. Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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