La Federación Nacional de Colegios de Economistas de la República Mexicana, A.C. (FNERM), durante el trienio 2012-2014 fue dirigida por mi amigo Economista, Jesús Alberto Cano Vélez, actual Director General de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), que es la banca de desarrollo y de segundo piso, que respalda al crédito hipotecario de toda la banca comercial.
Cano Vélez se distingue por ser un economista comprometido, que no obstante de ocupar ese importante encargo federal, continúa su labor editorial publicando semanalmente su columna financiera, como el suscrito lo hace con la columna diaria de Opinión Económica en medios locales.
Esta semana (7 de marzo), publicó su respectiva publicación, que hoy me permito (con su permiso) reproducir en este espacio, dadas las interesantes anotaciones sobre perspectivas las económicas de México en este 2016.
(...) Todas las instancias que analizan las expectativas macroeconómicas, para las variables económico-financieras, cerraron la semana pasada con reducciones en sus previsiones para México, que ahora pintan un cuadro menos favorable para el PIB de 2016, el tipo de cambio del peso vigente y la inflación esperada para el año que recién inicia.
La debilidad del mercado externo y la economía mundial son los principales factores que impactan el crecimiento para el 2016 y 2017, aunados al importante recorte del gasto de 132,000 millones de pesos, de ahí que en el consenso de analistas bajaron su proyección de crecimiento del PIB de este año a 2.45 por ciento, desde el 2.69 originalmente proyectado el mes previo. Para 2017 también se redujeron las estimaciones de 3.18 por ciento a 2.98 que se prevé ahora.
Dichas reducciones para 2016 y 2017 fueron fuertes y se atribuyen a la evolución en lo realmente esperado ahora. Ese menor dinamismo proyectado, según algunos, es atribuible a la debilidad en la producción industrial de Estados Unidos. Y en cuanto a la inflación, se debe a una elevación a 3.34 por ciento en 2016, mientras que para el año posterior la proyección esperada es de 3.38 por ciento, siete puntos base superior a la de enero.
La posibilidad de una reducción en la producción del petróleo; que se desacelere el sector manufacturero de Estados Unidos y que se agote el crecimiento del consumo en México, son factores que podrían bajar las proyecciones de aquí en adelante.
El peso recuperó terreno la semana pasada, al registrar un ganancia acumulada de 5.6 por ciento, a partir de la fecha en que el Banco de México hizo su política monetaria más restrictiva, 17 de febrero, fecha en que la cotización del peso interbancario alcanzó el nivel más caro, 19.40 pesos por dólar. Ahora, Las últimas cotizaciones de la semana pasada se situaron en 17.81 en esas operaciones, y las operaciones al menudeo, ventanillas de bancos, concluyeron en 18.15 pesos por dólar.
El peso registró su mejor nivel en dos meses la semana pasada. Según el Banco Base, la recuperación del nuestra moneda es resultado de la decisión del Banco de México de subir la tasa de interés de referencia 50 puntos para ubicarla en 3.75 por ciento. Además, la implementación de una nueva práctica de intervenciones discrecionales en el mercado cambiario ha elevado el riesgo de operaciones especulativas en otros mercados con el peso.
Por su parte, en el curso de la semana pasada, se concluyeron las deliberaciones en la reunión del G-20 en Shanghai, sin avances significativos. China hizo una serie de declaraciones de que buscaría restaurar la confianza en su moneda, el yuan, y se comprometió a no devaluarlo y a seguir una política previsible para generar confianza mundial, ya que la inquietud en los mercados sobre sus actuaciones le generaron confusión y desconfianza.
Para México, el papel de la CANACINTRA, anunciado por su nuevo presidente, Enrique Guillén, tiene la intención de promover “la reindustrialización de su sector”. Así el nuevo dirigente del organismo que agrupa 50 mil empresas tiene en la mira romper con la inercia de un bajo crecimiento mediante cambios estructurales.
En otro aspecto, se anunció la semana pasada, con motivo de la 34 Conferencia Regional de la FAO para América Latina, que sesionó en México, que el país se consolida con un sector rural moderno, situación que hace tiempo había perdido.
Finalmente, también se anunció que en enero ingresaron al país 1,932 millones de dólares vía remesas, monto que fue el mayor flujo para un mes. Así, al incorporar el efecto cambiario por el fortalecimiento del dólar, las remesas registraron un “robusto crecimiento” de 42 por ciento anual en pesos. Siendo que en 2015 estos flujos constituyeron la fuente más importante de divisas para las familias, por encima de la generada por el comercio del petróleo, el turismo y la inversión extranjera directa (...) (fin de la cita).
Terminaré mi columna huésped, comentando las afirmaciones desafortunadas que está semana declaró el nuevo director general de Pemex, ante la Cámara de Diputados, afirmando que la empresa se encuentra en quiebra técnica pero que es solvente, para con ello justificar el reciente crédito que Nafin y Bancomext le hiciera por más de 14 mil millones de pesos, para poder abonar parte de sus deudas con los pequeños y medianos proveedores de Pemex con más de un año de espera.
No cabe duda que cada día me es más difícil entender las declaraciones, que mis colegas ex compañeros economistas del ITAM, se esfuerzan para querer justificar el bache económico que nos encontramos en México tanto con la empresa petrolera Pemex, como también se hace con la empresa paraestal de energía CFE.
Similar situación vivimos los mexicanos, cuando en la década de los 90 el gobierno del economista Salinas de Gortari, justificaba la quiebra técnica (SIC) que decían que tenía la telefónica Telmex, que término de ser rematada en venta de garage, al hoy hombre más rico del mundo Carlos Slim. Resulta que Telmex ni estaba quebrada, ni valía la cantidad en que se le remato a dicho empresario.
Esperamos que no se esté preparando la cama posterior a la festinada reforma Energética, y que el actual gobierno no termine rematando o regalando la última empresa que nos queda al patrimonio nacional después de los remates de más de cinco gobiernos neoliberales...
Pemex y CFE ni quiebran, ni se venden, ni se cierran... Sólo se transforman!!
Diría el químico-físico Lavoisier por aquello de "La Energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma".
Fuente (*) Economista @acanovelez (*) Economista Tamps @lera_jorge
