El Papa Francisco llegará a México el 12 de febrero del 2016, para una visita de ocho días, declaró el 1 de noviembre el cardenal Norberto Rivera. El Papa, que visitará México por primera vez desde que fue electo en el 2013, se reuniría con el presidente Enrique Peña Nieto y visitará la Basílica de Guadalupe.
Francisco, nacido en Argentina, realizó su primer viaje al exterior como Papa a Brasil y en julio visitó Ecuador, Bolivia y Perú. En septiembre viajó a Cuba y Estados Unidos. Ahora lo hará en cuatro puntos del país: Chiapas, Michoacán, DF y Ciudad Juárez.
Esta visita ya despierta interesantes temas que por su proclividad a opinar sobre los temas políticos, económicos y sociales del Papa Francisco, con seguridad aquí en nuestro país no será la excepción para expresar su propuesta de cambio del “modelo económico”, el respeto a la naturaleza por el cambio ecológico y los sensibles asuntos de los desaparecidos de Ayotzinapa.
Repasando los antecedentes, el pasado 7 de junio el presidente Enrique Peña Nieto, en una gira por El Vaticano, invitó al Papa, Francisco, a “ponerse la verde”, en referencia a la camiseta de la selección mexicana y el prelado la aceptó y prometió visitar el país.
A través del embajador Mariano Palacios Alcocer, se analizó la agenda de su paso por el país y apareció un “problema”: el Papa quería realizar una misa en La Basílica de Guadalupe para rezar por la aparición de los normalistas de Ayotzinapa, en el primer aniversario de su secuestro.
En ese entonces, los obispos mexicanos le plantearon también un panorama “delicado” en el ámbito social, lo que provocó la inquietud del Vicario de Cristo. Durante su reciente por Cuba y Estados unidos se empalmaba la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y prefirió no tocar territorio mexicano. Además el tema de corrupción política, está en el interés papal.
Ahora con la visita ya confirmada a partir del 12 de febrero de 2016, en la agenda seguramente rezará por la aparición de los 43 jóvenes desaparecidos y por otros miles que sus familias no los encuentran en su paso por la Basílica.
En su pasada visita a Latinoamérica en julio de 2015, tanto en Ecuador, Bolivia y Paraguay, el Papa fue enfático en su discurso de que “Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras", expresado por el pontífice en el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares en Santa Cruz, Bolivia (Fuente: El Comercio, Pe).
[…] "Queremos un cambio de modelo, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco", sentenció.
"Digámoslo sin miedo: queremos un cambio", clamó el Papa tras asegurar que "cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos y la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico", se condena al hombre y a la naturaleza.
¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando el suelo, el agua, el aire y todos los seres de la creación están bajo permanente amenaza? Entonces, digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio", clamó el Papa Francisco en uno de sus discursos más fuertes pronunciado durante su visita a tres países de América Latina.
Francisco exhortó a cada "cartonero, catadora, pepenador, recicladora" a todos los movimientos populares a movilizarse porque "pueden hacer mucho" para cambiar el mundo. "Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos".
Repitió el mensaje que ya pronunció en octubre en el Vaticano cuando se celebró la primera reunión de los Movimientos, donde también como hoy asistió el presidente boliviano, Evo Morales, al pedir "las tres T": trabajo, techo, tierra". "¡No se achiquen!", les animó y les dijo invito "a construir una alternativa humana a la globalización excluyente".
Aunque dijo no tener recetas, Francisco hizo recomendaciones para ese cambio: el primero fue el de "poner la economía al servicio de los pueblos" y oponerse a "una economía de exclusión e inequidad". También abogó por "devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece" y consideró que "la propiedad, muy en especial cuando afecta los recursos naturales, debe estar siempre en función de las necesidades de los pueblos".
También advirtió del peligro del "nuevo colonialismo" que llega de la mano de "algunos tratados denominados de libres comercio y la imposición de medidas de austeridad que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y de los pobres". En otras ocasiones, agregó, "bajo el noble ropaje de la lucha contra la corrupción, el narcotráfico o el terrorismo (...)" para la que se imponen medidas que "poco tienen que ver con la resolución de esas problemáticas y muchas veces empeora las cosas".
Francisco repartió sus críticas en todos los sectores también al hablar de "la concentración monopólica de los medios de comunicación social. Y siguió lamentando: "El colonialismo, nuevo y viejo, que reduce a los países pobres a meros proveedores de materia prima y trabajo barato" […] (Fragmentos de su discurso publicado en el Portal El Comercio. Pe. 9/07/2015).
Este seguramente será el sentido de los discursos que dará en su visita a cuatro puntos del sur, occidente, centro y norte de México, porque aún están frescos los comentarios expresados por el Papa Francisco en el mes de febrero de 2015, cuando el entonces titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), José Antonio Meade, expresó su tristeza y preocupación ante una carta privada del papa Francisco que se hizo pública, en la cual manifiesta una postura sobre el tema del narcotráfico.
El pontífice expresó en una carta enviada al legislador porteño Gustavo Vera, su deseo de que Argentina se encuentre “a tiempo de evitar la mexicanización” de su territorio, en referencia al avance del tráfico de drogas en esa nación sudamericana.
Bienvenida sea la visita de un Papa que está rompiendo esquemas y paradigmas, a una nación que atraviesa por momentos difíciles y que necesita de un análisis profundo y desinteresado para que los mexicanos logremos resolver nuestros problemas de forma armónica pero urgente…
