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Sección: Editoriales / Opinión Económica

“Sociología Historia y Economía en la UAT”

Por: Jorge Lera Mejía 07/10/2015 | Actualizada a las 13:32h
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En la reciente revisión de la Reforma Curricular, la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) ha estado actualizando y revitalizando atinadamente las diversas vocaciones, interpretando y diagnosticando a las diferentes profesiones que se imparten en la misma. Esto se conoce como una labor de reingeniería.

La tendencia universitaria es ajustar las carreras profesionales hacia un mercado de trabajo que cada día es más selectivo y exigente (universidad-empresa). Esto es, un mercado laboral por “competencias”; pero por otra parte, registra una tendencia hacia la especialización dentro de la llamada “Era del Conocimiento”.

Una de las virtudes (activo) de esta nueva concepción, se deriva hacia la adaptación de las ciencias en la etapa del mundo global, hoy día el mundo moderno se rige por las señales que las grandes empresas y corporativos transnacionales, que marcan al resto del mercado.

Sin embargo, un pasivo que esta concepción viene arrastrando, es hacia la masificación de las profesiones, orientadas cada día más a las ciencias de la ingeniería, las TIC´s y las ciencias exactas, y presionan a una menor expresión, a las llamadas ciencias sociales, como las citadas sociología, historia y economía.

El mercado laboral global, por ello es un mercado de grandes especializaciones y de menos ciencias sociales del conocimiento. Por ello, nuestra universidad deberá estar atenta, ante el peligro que este fenómeno de “masificación profesional” trae consigo.

El ejemplo más latente del peligro de la especialización y tendencia de las profesiones por especialidad y las llamadas carreras certificadas (competencias), es que se demandan cada día más por los estudiantes las profesiones como las ingenierías, carreras técnicas, derecho, contabilidad y administración, entre otras, y es menos la demanda para estudiantes de profesiones como la sociología.

El mercado laboral no está tomando en cuenta, que el mismo fenómeno requiere de profesiones de soporte intelectual y conductual, que estudie y se aplique en el mismo resultado de la masificación profesional, como sería el impacto de las ciencias de la conducta, de la psicología social, de las relaciones sociales de producción, los antecedentes históricos y su interpretación al futuro, entre otros temas de importancia que contrae las nuevas enfermedades de la era global, como son los suicidios, estrés, cansancio, pérdida de identidad y de valores. Resultando en una mayor infelicidad e insatisfacción del “yo” propio.

Para esos fenómenos se especializan las profesiones citadas, que sin ellas nuestro país y nuestro estado, absorberán altos costos sociales, contra los costos privados que significan mantener las carreras de sociología, historia y economía en la currícula de los campus UAT.

Un ejemplo de ello, es la reciente cancelación del semestre 2015-3 de las carreras de sociología e historia en la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades (UAMCEH), donde solamente se presentaron 17 alumnos para estudiar sociología y 12 la carrera de historia.

Asimismo se registra la misma tendencia en la demanda actual de la carrera de economía en el campus Reynosa Rhode y de Tampico de la UAT, donde cada día son menores los grupos de estudiantes que se inscriben para estudiar esta importante y trascendente profesión para el estado de Tamaulipas.

Una explicación que se presenta por las autoridades, es que el costo-alumno es superior al ingreso que se obtiene por la matrícula escolar de cada carrera citada, por lo que se requiere al menos grupos de 20 alumnos por cada nueva inscripción/generación. Sin embargo existen otras profesiones, como el caso de las cuatro opciones de la carrera de Licenciados en Ciencias de la Educación de la misma UAMCEH, donde al contrario existe sobredemanda de estudiantes.

Por lo anterior una explicación científica que desde mi “Opinión Económica” expreso con todo respeto, es que se debería analizar desde otra óptica este fenómeno de pérdida de demanda escolar, vs. exceso de demanda de otras profesiones.

Una primera respuesta está en la llamada orientación vocacional desde las instituciones de educación media superior, donde los directivos no orientan a sus alumnos preparatonianos, de la existencia de ciertas profesiones sociales que son útiles e indispensables para la sociedad y comunidad.

Termina ocurriendo lo que expresó recientemente una joven líder de ciudad Victoria, que lamentablemente pero con mucha razón, opino que los jóvenes de ahora “no tienen imaginación, y pretenden estudiar carreras para trabajar en el gobierno”.

[…] La dirigente estatal de la Red Jóvenes por México del PRI, Mayra Benavides, aseguró que la mayoría o casi todos los jóvenes sólo quieren trabajar en áreas del gobierno estatal, por ser más cómodo para ellos. “Lo que pasa es que todos quieren trabajar en el Gobierno del Estado y eso no se puede”, dijo la también regidora integrante de la Comisión de la Juventud en el Cabildo de Victoria.

Asimismo, la regidora criticó que hoy en día los jóvenes no tienen esa visión de buscar empleos y se van por la fácil de trabajar en áreas del Gobierno del Estado, además de que lamentó aquellos que buscan apoyos económicos para emprender negocios como de restauranteros o de tecnologías, cuando hay muchos proyectos que pueden abordar debido a la falta de imaginación […]

Por lo aquí expresado, propongo una medida intermedia que logre rescatar y mantener en la currícula profesional de la UAT las profesiones sociales que representan un activo para nuestra sociedad intelectual.

La propuesta es calcular los resultados económicos que dejan profesiones con mayor demanda, y que estas subsidien al resto de carreras que no tiene  alta demanda. En las holding empresariales se trata de pagos indirectos entre negocios de alto impacto hacia los de bajo impacto. También se les conoce como transferencias internas contables vía subsidios.

Termino afirmando, que en profesiones sociales el criterio que debe imperar es el del valor social contra el costo social. Contrario al criterio economicista de 2 más 2 es igual a 4. El criterio deberá ser de 2 más 2 es igual a 5. Un modelo holístico y de sinergias en nuestra universidad del futuro. O sea “Hacer más con menos”, o “Más con lo mismo”.

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT). Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas. Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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