Ayer jueves, por la tarde, la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades (UAMCEH) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), tuvo como conferencista magistral invitado, al Dr. Olac Fuentes Molinar, para hablar sobre su especialidad: “Experiencia Escolar y Logros Académicos Fundamentales: El reto de la congruencia".
De acuerdo a la directriz que ha impulsado el rector Enrique Etienne Pérez del Río, para pasar los programas de estudios de la matrícula académica de todas las Unidades y Facultades, iniciando con la reforma curricular de los programas de estudio, mediante una combinación de mejora continua del contenido teórico-práctico y la aplicación de áreas por competencias, el Mtro. Obidio Sánchez López encabeza lo correspondiente a las acciones de la UAMCEH.
Por ello fue de gran interés para los alumnos, profesores, investigadores y administrativos de los siete programas que se imparten en la UAMCEH, escuchar los conceptos sobre los logros académicos y evaluaciones sobre las pruebas PISA, Ceneval y Enlace del nivel medio superior y superior de la educación en México.
El Profesor Fuentes Molinar, tiene Maestría en Enseñanza de la Filosofía por la Universidad Autónoma de Chihuahua; es profesor en varias instituciones de educación superior. Fue investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, rector de la Universidad Pedagógica Nacional y subsecretario de Educación Básica y Normal de la Secretaría de Educación Pública. Actualmente es investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM.
El Dr. Fuentes Molinar explicó que el esfuerzo que se ha realizado para medir la calidad de la educación en México no es nuevo, ya que desde hace tres lustros se han empleado con este fin instrumentos como las pruebas estandarizadas.
Sin embargo, ante los resultados mixtos de esta labor, ha sido necesario buscar nuevos modelos, exponiendo que como parte de la reforma educativa, se creó en 2013 el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, cuya coordinación está a cargo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Comentó que cuando se propuso la evaluación en la educación, se propuso una reforma educativa que evidentemente no lo es, que él espera que del proceso de consulta sobre el modelo educativo salga una propuesta nueva de estructura curricular y de contenidos, que es mucho más una reforma educativa.
Podemos evaluar en términos de muchas cosas, pero una que es fundamental es cómo se desempeña un maestro frente al modelo de trabajo que se deriva de un currículum. Si no tenemos un currículum mucho mejor, mucho más sensato del que tenemos ahora, esto va a dificultar más adelante la evaluación, piensa que a los maestros hay que evaluarlos principalmente mirando su desempeño con un método y una técnica eficaces.
En el aspecto particular de pruebas que son más convenientes para el nivel de la educación en México, se refirió particularmente sobre la conocida como “Programa para la Evaluación Internacional del Estudiante” (PISA, por sus siglas en inglés), que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Explicó que es una prueba muy importante, y es muy relevante que México haya participado desde el principio en ella, y que lo haya hecho, además, con una muestra mucho más grande que la que se utiliza en los demás países. Nuestra muestra es del orden de 30 mil estudiantes desde 2003, frente a los 3 o 4 mil que hacen falta para tener resultados válidos. Pero en México esa muestra más grande nos permite distinguir resultados por entidad federativa y por modalidad educativa.
Lo más importante que nos dice PISA. Los medios se van siempre sobre el punto de qué lugar ocupamos y, como estamos en la cola permanentemente, esa es la nota. Eso tiene interés, pero no es lo principal, que es ver en qué nivel de aprendizaje están nuestros estudiantes, y en ese sentido PISA es muy útil.
Al presentar una comparativa de la última prueba PISA aplicada en México en el año 2012 (se aplica cada tres años), seleccionó países con diferentes grados de desigualdad y desarrollo, entre ellos: EUA, Brasil, Polonia, Turquía, entre otros.
Comentó que la mitad de nuestros estudiantes están terminando secundaria o empezando la preparatoria. En promedio, de las tres áreas que se evalúan, la mitad de ellos están en el nivel más bajo. Los niveles se definen por cierto tipo de capacidades, que se traducen en puntos; pero lo importante no son los puntos sino qué capacidad indican.
Por ejemplo, estar en el nivel 1 o por abajo del nivel 1 en matemáticas quiere decir, según lo define el examen, que el estudiante solo es capaz de aplicar una operación fundamental cuando se le solicita o cuando la situación lo define claramente, y con números enteros. Su nivel de razonamiento en términos matemáticos es así de bajo.
En lenguaje, el nivel 1 quiere decir que lo máximo que puede hacer un estudiante es, en un párrafo, localizar información literal de una sola fuente. Si lo ponemos a trabajar con dos fuentes distintas o contradictorias, no sabe qué hacer. No puede identificar sentidos no literales. Entonces, tienen niveles muy bajos, y así aparece desde la primera vez que se aplicó el examen.
Eso indica problemas muy importantes pero obvios: tenemos que trabajar de otra manera con la lectura, con las ciencias. No se trata de atiborrar de contenidos a los alumnos sino de que comprendan y de que puedan hacer mentalmente cosas con lo entendido.
Los estudiantes pueden pasar los exámenes de memoria pero, como no comprendieron nada, no tienen las estructuras del conocimiento y no pueden seguir construyendo sobre ellas. Esto es lo fundamental en las tres áreas. Si bien hay diferencias entre los estados de la República, eso no hace que los más avanzados estén bien: están mal.
Con este tipo de reflexiones, se espera que en la UAT sigamos avanzando en la comprensión del tipo de programas de estudios debemos impulsar en la mejora curricular para seguir avanzando en una educación de calidad con valores…
