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Sección: Editoriales / Opinión Económica

Desigualdad en España y México según Piketty

Por: Jorge Lera Mejía 30/04/2015 | Actualizada a las 22:00h
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A partir del 18 de mayo, cumpliré estancia de movilidad posdoctoral en la Universidad de Burgos (UBU) España, para llevar a cabo una investigación sobre las coincidencias y diferencias en la desigualdad del ingreso entre España y México, de acuerdo a las propuestas del economista francés Thomas Piketty, autor del libro “El capital en el siglo XXI”.

Este artículo será elaborado en coautoría con el Dr. José Luis Peña Alonso, Vicerrector de Economía de la UBU, y se propone publicar en el próximo número semestral 50 (junio-diciembre), de la prestigiada Revista indexada y arbitrada SOCIOTAM de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), que es dirigida por el Dr. Héctor M. Cappello García, coordinador del CeMIR.

El rector de la UAT, C.P. Enrique Etienne Pérez del Río, se propuso a partir de 2014 incrementar la  investigación de calidad, así como la edición de libros y artículos científicos, para ser publicados en editoriales de prestigio, dando prioridad a la propia Dirección Editorial UAT. Para ello se creó la Comisión Editorial, que preside el propio rector, y respalda el Secretario de Investigación y Posgrado, Dr. José Luis Pariente y coordina la secretaría Técnica, el Dr. Cappello García.

ENSAYO SOBRE DESIGUALDAD ESPAÑA Y MÉXICO: Volviendo al estudio sobre la desigualdad, parece que los indicadores estadísticos oficiales que se usan para medir los ingresos (rentas) no son adecuados, esto es lo que nos dice el economista Thomas Piketty, en su Best Seller, El Capital en el siglo XXI, cuando advierte que la forma en que se intenta medir la desigualdad nunca es neutral.

Según Piketty los indicadores sobre desigualdad de rentas que utilizan las oficinas estadísticas, como el coeficiente de Gini o los ratios interdeciles, son herramientas muy pobres porque no explican los entresijos de la desigualdad. Su propuesta es ampliar la información ordenando la población por su nivel de renta, o patrimonio, y observar lo que ocurre en los distintos deciles y percentiles. También advierte Piketty que la desigualdad de las rentas del capital es siempre mayor que la de las rentas salariales, lo que deviene en una tendencia hacia una mayor desigualdad de los patrimonios.

ESPAÑA: Siguiendo ese enfoque estadístico propuesto por Piketty, y con los últimos datos publicados por Credit Suisse, se puede componer el siguiente retrato de la desigualdad en España (Luis Molina Temboury, Economistas frente a las crisis. 19/11/2014).

Para Piketty hay tres zonas que tienen una especial relevancia en el estudio de la desigualdad. Una de ellas es el último decil, ese diez por ciento de la población que más tiene, que en España detenta una amplia mayoría del poder económico: el 55,6% de la riqueza total. Ascendiendo hacia arriba dentro de ese decil, la absorción de la riqueza crece de manera exponencial: el 1% de la población posee el 27% de la riqueza conjunta.

Es decir, que el diez por ciento del diez por ciento más rico acapara cerca de la mitad de la riqueza de ese subgrupo, y así hacia arriba progresivamente. En esas zonas se mueven quienes controlan el poder económico en España, a través de participaciones estratégicas y representantes bien pagados en los consejos de administración, y también -gracias a mecanismos como las puertas giratorias o financiando medios masivos de comunicación, laboratorios de pensamiento neoliberal y grupos de presión- quienes acumulan un poder político creciente que sigue alimentando sus inmensos patrimonios.

Una segunda zona de interés, para Piketty, sería observar el ingreso de los cuatro deciles centrales, ese 40% que podría considerarse representativo de una amplia clase media. En España poseen el 19,9% de la riqueza, casi la mitad de lo que les correspondería si se repartiese equitativamente, lo que viene a demostrar que las clases medias no son tan medias como muchos piensan, incluidos ellos mismos.

Finalmente, la tercera zona propuesta por Piketty serían los cinco primeros deciles agregados, porque es significativo dividir la población en dos partes y saber qué proporción se lleva cada una. En España, esa primera mitad no llega siquiera al diez por ciento (el 9,7%).

Y echando un vistazo a lo que ocurre en los tres primeros deciles de abajo, que por lo exiguo de los datos se han representado juntos en el gráfico, al primer diez por ciento le corresponde esa riqueza negativa antes comentada que, siendo deudas, es importante, el -0,3%. El segundo decil se reparte el 0,6% de la riqueza conjunta, y el tercero un 2%. Entre los tres, el treinta por ciento de la población, sólo tocan al 2,3% de la riqueza conjunta.

Según la ONG Oxfam Intermón, en la Unión Europea, Letonia y España son los dos países con una mayor desigualdad económica. También ha señalado que España cuenta con el sistema fiscal "menos efectivo" para reducir el problema. "El 1% de la población española concentra más riqueza que el 70% más pobre", explica el comunicado español de Oxfam. También asegura que "las políticas actuales refuerzan esta concentración de riqueza en manos de unos pocos".

MÉXICO: En México la desigualdad podría estar subestimada, porque los datos conocidos sobre el tema se basan en encuestas de ingreso y gasto y no en fuentes fiscales, afirma el economista francés Thomas Piketty. Aclara que no trató el caso de México, porque México y Brasil aparecen como casos de grandes desigualdades en las comparaciones internacionales, pero hay que estar conscientes de que las medidas disponibles tienen, sin duda, una tendencia a subestimar las desigualdades, puesto que están fundamentadas en datos de encuestas (que tienen como base la autodeclaración) y no en fuentes fiscales.

Por lo tanto, En México la desigualdad podría estar subestimada, porque los datos conocidos sobre el tema se basan en encuestas de ingreso y gasto y no en fuentes fiscales. Sin embargo, de acuerdo a datos oficiales del INEGI (cuestionados por el mismo Piketty), el decil más pobre concentra tan sólo el 1,6% del total de los ingresos, mientras que el más rico, registra el 36,4% del total. Más de la mitad de la población en situación de pobreza (45.5%), aproximadamente 54 millones de mexicanos y 9.8% en condiciones de pobreza extrema, cerca de 13 millones (Coneval).

Por su parte el decil con ingresos más altos, dispone del 38.6%. En esta décima parte de los hogares mexicanos se concentra más de una tercera parte del ingreso total. Las fuertes y marcadas disparidades en el ingreso prácticamente han permanecido sin modificaciones significativas a lo largo del tiempo. La diferencia entre el decil más rico con relación al más pobre es de cerca de 23 veces.

De acuerdo con el informe “Panorama de la sociedad” publicado por la OCDE (19/03/2014), México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con el ingreso familiar más bajo, cuatro mil 500 dólares en 2010 frente a los 20 mil 400 en promedio en los 34 países miembros, y el segundo por las desigualdades entre ricos y pobres, sólo después de Chile. México también destacó por la desigualdad en términos de ingresos entre 10% de la población más rica y 10% más pobre, con un coeficiente de Gini de 0.47 únicamente superado por el de Chile (0.50) y muy superior al de la media de la OCDE (0.31).

SOLUCIONES PARA DISMINUIR LA DESIGUALDAD: A partir de 1980, la gráfica de concentración del ingreso hace una “u”, de acuerdo con Piketty, los rendimientos del capital se han vuelto inalcanzables para los asalariados, como ocurría en el siglo XIX. “Si se prolonga la tendencia actual. Hacia 2040 o 2050 las desigualdades serán insostenibles”.

Como solución propone Piketty para cerrar la brecha a través de una medida sencilla y polémica: “gravar no solamente los ingresos sino el patrimonio”. La principal fuerza de reducción de las desigualdades es la difusión del conocimiento, la capacitación y la educación. Pero eso exige que haya instituciones sociales y educativas muy inclusivas y bien financiadas, lo cual también requiere un sistema fiscal justo y eficaz.

Afirma Piketty que Necesitamos, al mismo tiempo, un impuesto progresivo sobre el ingreso y un impuesto progresivo sobre las herencias y el patrimonio. En cuanto a las tasas de gravamen, todo depende al ritmo que progresen los diferentes grupos de ingreso y patrimonio. Si las más grandes fortunas progresan de 7% a 8% anualmente, entonces eso sugiere que es posible pedirles más.

Una desigualdad razonable puede ser útil para el crecimiento, pero no una desigualdad extrema. Es por eso que la transparencia es tan importante. “Yo prefiero el impuesto progresivo sobre el capital privado, que es una forma civilizada de inflación, porque permite proteger a los de menores ingresos.”

EN RESUMEN: Thomas Pikkety considera que el capitalismo ha generado grandes brechas de desigualdad. El capitalismo tiende a la desigualdad y el salario no puede competir con el capital en reproducción de riqueza. La concentración de la riqueza puede terminar por poner en riesgo la democracia si el Estado no toma medidas intervencionistas contra esa tendencia.

El capitalismo actual no puede cumplir su promesa de generar prosperidad para todos. Bajo ese sistema, la meritocracia (cada quien tiene lo que se merece y por lo que ha trabajado) es sencillamente una mentira. Sobre la democracia, sostiene que se ha vuelto esclava del capital, cuando tendría que ser al revés.

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT). Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas. Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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