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Sección: Editoriales / Opinión Económica

Agricultura regional y nacional sufre grave crisis

Por: Jorge Lera Mejía 24/03/2015 | Actualizada a las 22:16h
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Citando extractos de la nota publicada el 23 de marzo, por Felipe Martínez Chávez y Vicente González Martínez, en la Gaceta.mx, nominada “Menonitas de Tamaulipas empiezan a hacer maletas… la crisis les cae encima”, nos encontramos con una cruda realidad que está afectando a los agricultores de Tamaulipas y de todo el país.

[…] Villa de Casas, Tamaulipas.- En tres años agrícolas “malos”, el mundo se les vio encima a los menonitas de esta región. El problema es tan grande que, muy a su pesar, comienzan a emigrar hacia otras latitudes. Primero fue una prolongada sequía, luego el exceso de humedad y, en la temporada, es el “pulgón amarillo” del sorgo el que los mantiene en jaque. No cosecharon ni para pagar la semilla.

…Son hombres de trabajo, mecanizados y con tecnología de punta, pero lo incierto del cielo los ha hecho hacer un alto y reflexionar. Dice el líder patriarca que 22 familias, entre ellas cuatro de sus hijas y yernos, tomaron camino rumbo a Chihuahua y a Campeche en busca de mejores oportunidades para desarrollar la agricultura, lo que saben hacer y muy bien. Ya ni quesos producen. La gente no los compra.

…En busca de cultivos de alternativa, algunos han sembrado girasol. Y se enfrentaron a algo nuevo para ellos: Los pájaros y urracas como voraces depredadores, a los que se enfrentan desde el amanecer hasta que el sol se va, todos los días de la semana. En Villa de Casas hay cuatro campos menonitas con una población promedio de 550 habitantes, según los censos del 2010.

…Son alrededor de 150 productores que año con año siembran hasta 15 mil hectáreas de sorgo y maíz. La mitad de la tierra es propiedad de ellos y la otra la rentan al sector ejidal. Tienen algo de ganado pero no suficiente para explotarlo a nivel comercial. Su vocación es eminentemente agrícola.

…Villa de Casas tiene una superficie agrícola de 36 mil hectáreas, de las cuales ocho mil pertenecen a las colonias (campos) menonitas, dice el jefe del CADER (Comité de Desarrollo Rural), Isael Beas Gámez, quien acepta que han sido tres años pésimos para la agricultura. El tiro de gracia fue el “pulgón amarillo” que en el último ciclo echó por tierra los proyectos menonitas. Son tierras de temporal, los rendimientos de sorgo son del orden de dos toneladas por hectáreas. Les ha bajado hasta en un 50 por ciento y se quedaron endeudados.

…Los campos menonitas están altamente tecnificados. Cada quien tiene sus tractores y trilladoras, rastras y sembradoras. Fácil se diferencian de las comunidades ejidales donde luce el abandono de parcelas. Parte de los males económicos los generó también la caída del precio del sorgo. De tres ml 600 se desplomó a mil 600 pesos.

Por cada hectárea sembrada, el gobierno federal, a través de PROAGRO, entrega un apoyo económico de 963 pesos “con el compromiso de que siembren”, dice Beas, el jefe del CADER. Los menonitas trabajan sus tierras y rentan muchas parcelas más. Si el área de cultivo en Casas anda por las 34 mil, ellos siembran casi el 50%. Representan la unidad productiva más eficiente del municipio y toda la comarca […] (fin de la nota).

Estas experiencias e historias de vida, nos muestran claramente el tiempo difícil que sufren los campesinos tamaulipecos y mexicanos, tanto agricultores, ganaderos, pescadores como silvicultores. Así como los trabajadores rurales conocidos como Jornaleros agrícolas.

La crisis en el campo mexicano inició a formarse a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que a la par permitió por los cambios en el artículo 27 constitucional, que el ejido colectivo pudiera legalmente rentarse y/o venderse. Esta situación permitió que los antiguos trabajadores del campo colectivo, abandonaran sus parcelas al realizar este tipo de transacciones, para con unos centavos en el bolsillo emigrar a las ciudades o a los Estados Unidos en calidad de braceros.

Las mejores tierras agrícolas fueron poco a poco concentradas en manos de agricultores comerciales, y otra gran parte de los suelos de más baja calidad, fueron abandonados permitiendo que la agricultura de subsistencia se cayera y la producción de autosuficiencia de granos básicos, como el maíz y frijol, cayera al grado que de ser exportadores, ahora México importa más del 35% del consumo de granos básicos y más del 50% de la leche que consumimos.

Agricultores trabajadores como los de Colonias de Menonitas, han sido por muchos años hombres y mujeres de trabajo calado y eficiencia organizativa en nuestro país, por lo que al citar las experiencias recientes que sufren estas colonias de trabajadores del campo, nos muestran claramente el grave deterioro que está surcando actualmente el campo mexicano.

Tierras agotadas y desgastadas por el monocultivo, cambio climático que ha trastocado los tiempos de lluvias y de secas para los periodos de siembra,  extensión de la temporada de fríos fuera de temporada así como de extremo calor y sequías. Además ahora las lluvias se presentan en forma de tormentas y trombas, muchas veces acompañadas de granizadas, lo que afecta terriblemente a la agricultura y ganadería.

Por otra parte los créditos al campo de por sí caros y escasos, se convierten en contra de los acreditados perdiendo sus cosechas, tierras y enseres agrícolas al ser impagables. Ahora con los recortes al presupuesto de egresos en más de 124 mil millones de pesos, se empiezan a notar menos subsidios para el sector agropecuario.

Se sabe que el sector agropecuario, uno de los sectores más olvidados de la economía nacional aplicará un recorte de 7 mil millones de pesos en su presupuesto, es decir un 7.8% del total asignado, y aunque aún no son señalados cuáles serán los programas del campo que se verán afectados, la tendencia al alza en los insumos para la producción y de los costos de los servicios, contra la baja de los precios finales de las cosechas,  prevén una situación de riesgo sobre todo para los pequeños productores campesinos.

La producción campesina de alimentos se mantiene únicamente con programas asistencialistas por parte del gobierno federal; la mayor parte de estos productores dependen mayoritariamente de los recursos de estos programas, y aunque al parecer se mantendrán intactos programas como el de ingreso objetivo –encargado de equilibrar los ingresos de agricultores de alimentos básicos ante la caída internacional de los precios de los granos-, el recorte crea incertidumbre entre los agricultores. El ajuste en el sector agropecuario repercutirá en su capacidad para hacer frente a los cambios climáticos y para satisfacer la demanda de alimentos, lo que podría encarecerlos.

Este es el grave destino al que enfrentan nuestros campesinos en pleno siglo XXI, así como los agricultores más organizados como este caso de las Colonias de Menonitas…

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT). Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas. Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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