Para nada irritado, pero su voz sonó fuerte del otro lado del auricular, como para definir que ese es su estilo, su forma de hablar y para demostrar que es ducho en el arte de enfrentar a la prensa.
De pocas palabras, pero cada una muy precisa, él no se inhibió para identificar a aquellos que lo atacan, que se resisten a cumplir con las reglas y que desde que tomo posesión han ocupado su tiempo en recurrir a los medios para despotricar sin razón, para desprestigiar, y para colocarlo en el banquillo de los acusados, como se hace con quién comete un delito.
“Le llamo con base al espacio que usted me ofreció en su columna para defenderme, para aclarar situaciones y para demostrar que no he incurrido en falta alguna, porque los 20 puntos que marca Protección Civil estatal y federal para el funcionamiento de negocios, no los inventé yo”.
Se trata de Humberto García González, Director de Protección Civil de Matamoros, a quién los restauranteros de esa frontera lo tacharon como “Don Perfecto” y quién fue la figura central de una colaboración reciente en la que lo ubican como inflexible, déspota, intransigente y quien los pretende tratar como si fueran escolapios.
“Para nada. Ningún restaurante de Matamoros ha sido clausurado porque no es mi función, pero sí se han realizado inspecciones y saltan a la vista algunas faltas que esos señores tienen que cubrir, igual que lo hacen las empresas extranjeras que, esas sí, se ajustan a las reglas en la materia”.
El, quien fue Director de la Policía de Matamoros con Ramón Sampayo, le puso nombre y apellido a aquellos que lo agreden y dice que es la Canaco de Matamoros la que saltó de inmediato, porque algunos de sus agremiados se resisten a cumplir con los reglamentos.
“Aquí se va a poner orden, porque yo no creo en eso de que después de ahogado el niño se tape el pozo, cuando un accidente se registre”.
Pero también aceptó hablar sobre cierta polémica que se desató en aquella frontera y se refirió a una acusación que se hizo en el sentido de que uno de sus elementos -un muchacho- trato de extorsionar a los empresarios y que él lo había enviado. “Puras mentiras, solo mentiras”.”Soy ganadero y comerciante y sería un iluso si caigo en esa falta”.
Y Don Humberto, con el mismo vigor, ubicó a las gaseras como las que más deficiencias registran, a diferencia de las empresas extranjeras que operan en Matamoros, que en realidad ponen el ejemplo.
“Basta señalar que son 70 las empresas de alto riesgo que funcionan en Matamoros y es mi obligación evitar accidentes”.
Y advirtió:“Ahora vamos contra los bares y cantinas, las que tienen que cumplir con los dictámenes de Protección Civil, en materia de buenos extractores, extinguidores, salidas de emergencia y tanques de gas adecuados, como lo marca la norma”.
“Se van a tener que ir alineando, como lo hacen las empresas de Monterrey y de otros lugares que accionan aquí, porque así debe ser”.
¿Y sobre lo que argumentan los restauranteros que los quiere tratar como escolapios y les pretende dar clases?. “No soy profesor, pero soy capaz de darles una cátedra”.
En resumen, el titular de la dependencia insistió en que la Canaco de Matamoros intenta convertir esto en un asunto político, lo cual es lógico por el color azul que pinta a esa frontera.
“No soy un peligro para el crecimiento económico de Matamoros”, les contestó a los restauranteros.
Polémico, se torna el asunto y por lo pronto, Don Humberto, ya tuvo Usted sus cinco minutos de fama.
Ojala y, que no le resulte contraproducente.
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