Gasolinazos e inflación acumulada

El sábado 1 de febrero, se aplicó el segundo gasolinazo del año al precio del litro de las gasolinas, por lo que el litro de Magna ya cuesta 12.41 pesos, la Premium 13.01 pesos y el Diésel 12.84 pesos. Cabe recordar que a partir de este 2014 el incremento mensual para la gasolina Magna es de 9 centavos y para la Premium y el Diésel de 11 centavos.

El primer ajuste del año al precio de las gasolinas se aplicó el 1 de enero, junto con el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) sobre combustibles fósiles que aprobó el Congreso de la Unión. Así los precios de los combustibles tuvieron un incremento de una sola vez reflejando el monto de dicho impuesto ambiental.

Explica la SHCP que el aumento que se aplica cada mes desde 2009 busca “reducir de manera importante el subsidio que otorga cada año para mantener estable su precio en el mercado doméstico”. De enero a diciembre de 2013, el subsidio a las gasolinas y el diésel sumó 105,287.5 millones de pesos, cifra superior a lo previsto originalmente por este concepto pero menor al monto destinado en 2012.

De acuerdo con datos de la SHCP, el monto del subsidio a estos combustible fue superior a lo previsto de manera inicial en 56 mil 393 millones de pesos o 115.3 por ciento más que los 48 mil 895 millones de pesos presupuestados originalmente a este rubro para todo 2013.

A lo largo de 2013 los precios de las gasolinas Magna y Premium y del Diésel aumentaron cada mes en 11 centavos, lo que implicó 1.32 pesos por litro o 12.2 por ciento respecto a 2012. La inflación anualizada en todo 2013 en frutas y verduras fue de 12.4%, y en energéticos, de 9.67 por ciento.

Los analistas de Credit Suisse detallan que los precios públicos, que son los que se determinan por decisión oficial, han venido presionando desde el año pasado. Específicamente en el lado de los energéticos, están los de electricidad al frente de las desviaciones a la alza.

Detallan que la inflación de energéticos (combustibles como las gasolinas, diésel, gas y luz) continuarán presionando la trayectoria general de precios, específicamente en los de la electricidad. Este hecho ya había sido consignado por la OCDE, que desde hace dos semanas evidenció que México tiene la segunda mayor inflación de energéticos.

La inflación de arranque del año 2014, fue consecuencia de la entrada en vigor de los nuevos impuestos para bebidas y alimentos de alto contenido calórico, como en el refresco y el pan dulce. También por el aumento adicional mensual de la gasolina que se aplicó al inicio del año, lo que provocó una variación quincenal mucho mayor que la observada en el 2013, así como por el aumento en las tarifas eléctricas.

A partir de enero 2014, los refrescos, pan de dulce, cigarrillos, energéticos y el IVA homologado en la frontera llevaron a la inflación a 4.63% a tasa anual en la primera mitad de la cuesta de enero.

Este disparo inflacionario se debe al efecto de los cambios fiscales aprobados en la reforma hacendaria. Esto provocó que las loncherías, torterías y restaurantes ajustaran el costo del menú que ofrecen para los que comen fuera de casa.

Así, la canasta básica se disparó en la primer quincena de enero de 1.33 y 6.46% en variación anual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El refresco envasado fue el que tuvo la mayor incidencia sobre la inflación general por ser uno de los productos que más se consume en nuestro país, aunque también destacó por ser el segundo que más subió de precio (11.40%) después de la cebolla (17.69 por ciento).

El jitomate junto con el tomate verde y el chile poblano no pudieron contrarrestar ese impacto con la baja que presentaron en su precio.

Analistas expresaron que los alimentos, bebidas y tabaco explican casi la mitad de la inflación reportada y que todavía falta ver los efectos indirectos y secundarios.

Otro impacto importante lo impacta la homologación del IVA fronterizo, por lo que las ciudades de la frontera fueron las que tuvieron la mayor inflación por localidades.

En el norte, destaca Matamoros, Nuevo Laredo y Reynosa con 2.35%, Ciudad Acuña, Coahuila, con 2.34%, y en Baja California, Tijuana, con 2.12%, y Mexicali, con 1.66 por ciento. En el sur sobresalió Chetumal, Quintana Roo, con 2.16%, y Tapachula, Chiapas, con 1.62 por ciento.

Lo lamentable es que los más afectados son los que ganan un salario mínimo porque destinan la mayor parte de su ingreso a los alimentos, en los últimos años la pérdida del poder adquisitivo no había sido tan fuerte como ahora.

Recordemos que en enero la Comisión Nacional de Salarios Mínimos autorizó un leve aumento de $2.50 diarios, lo que deja al salario mínimo en promedio de 65 pesos diarios.

Comparativamente en 1976 un trabajador podía comprar 106 tortillas con lo que percibía de salarios mínimos, hoy sólo puede adquirir 27 tortillas con el mismo salario depreciado por la inflación acumulada desde 1976 al 2014.

Esos impactos son la pauta para que las autoridades hacendarias informen a la ciudadanía de a pie, cuando se registrarán los impactos favorables de las recientes reformas estructurales, en el bolsillo de los mexicanos, que es realmente lo que a la mayoría de los 55 millones de mexicanos en pobreza patrimonial interesa.