Ciudad Madero, Tamaulipas. - En la misa matutina realizada en la capilla de la parroquia de la Santa Cruz en Madero, el sacerdote Ángel Vargas declaró que cerraba el doloroso capítulo del derrumbe que, hace un año, costó la vida a 12 personas.

En un ambiente cargado de emociones, varios familiares directos de las personas que sufrieron lesiones en la tragedia estuvieron presentes, buscando consuelo en las palabras del sacerdote.

Durante la misa, el padre Vargas recordó que en el momento del derrumbe él oficiaba un bautizo colectivo y enfatizó que, aunque algunos buscan agrandar la herida, él ha mantenido respeto hacia las víctimas y sus seres queridos, dedicando sus oraciones a su memoria.

Lo anterior lo declaró aún existiendo la incertidumbre que rodea el tema, debido a la falta de justicia y ayuda para los afectados, lo que ha dejado a las familias en una situación de desesperanza y sin respuestas claras un año después de la tragedia.

Este acto religioso marcó un intento de cerrar simbólicamente un episodio devastador, aunque la comunidad sigue esperando soluciones y apoyo para las víctimas del derrumbe.

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