Unos amigos igual de vejetes hace unos días comentábamos lo que podríamos INTENTAR hacer, si fuésemos alcaldes, en funciones, de la capital del estado; cada uno expuso su parecer sin alguna restricción pues sólo estamos platicando y la única limitante sería o es, la imaginación de cada actor.

Ahí le van algunas reflexiones de su servidor a manera de lluvia de ideas:

En la primera semana de integrarse el cabildo electo para ser constitucional, asignaríamos las comisiones a cada regidor (a) con la instrucción precisa de que para cobrar sus respectivas quincenas, tendrían que entregar un informe de las actividades realizadas en las áreas sujetas a sus responsabilidades orgánicas: si no hay informe de actividades no hay dinero a cambio.

Los convenios de publicidad serían con TODOS los profesionales de la información, bajo el argumento de que cada quién obtendría lo que su peso informativo posea; ni portales balines preferidos, ni "analistas" iluminados.

El gasto que ahora se destina a comprar medallas vendidas por empresas gandayas, como lo son las de "mejor evaluado", "más sobresaliente" y falsos similares méritos, lo reorientaría a arreglar las escuelas primarias del municipio pues muchas de ellas ni luz eléctrica poseen.

Ordenaría el diseño y aplicación de un programa conjunto entre Obras Públicas, Servicios Públicos y Tránsito municipal con el objetivo de limpiar las calles de chatarra vehicular y reordenar las respectivas vialidades; programa similar para la limpieza de solares baldíos y regularización de casas habitación abandonadas o semi abandonadas.

En terrenos municipales de la periferia de la ciudad capital, ubicaríamos un terreno de no menos de 20 hectáreas para la construcción de una central de abasto en co -inversión con la iniciativa Privada.

Establecería un programa de estímulos y recompensas para los 1450 empleados sindicalizados y 820 de confianza, a efecto de incrementar la productividad y eficiencia laboral: nada de usar el poder de alcalde para desintegrar sus dirigencias e imponer líderes para regalar plazas a los amigos, socios y cómplices.

Estableceríamos una campaña de difusión de las obras y servicios ofertados afín de convencer a la ciudadanía de que no queremos ROBAR su dinero y motivarlos a ponerse al corriente con la COMAPA, su impuesto predial y demás servicios en los que por ahora la ciudadanía tiene negligencia o de plano se niega a pagar y en consecuencia las arcas municipales están magras y raquíticas.

Al no tener su servidor una pretensión política por delante (ni por detrás), pues debemos de recordar que esta plática fue entre vejetes, el alcalde de referencia no tiene miedo a que se enojen los políticos y /o adversarios partidistas e impidan que gane otras elecciones en el futuro: imagínese a Juan Sin Miedo.

Ya más encarrerado su servidor con esas ideas locas, recordemos que éramos varios amigos en la plática, uno de ellos me dice...¡Basta, por eso nadie te quiere y dudo que voten por tí!.

En efecto se trata de seguir jodidos y no de componer las cosas en los asuntos públicos; seguiremos con la política ficción, en mi caso hasta que el Señor me llama a su lado, lo que espero que esté muy, pero muy distante.

Felicidades a los que si son muy amados y queridos por las autoridades constitucionales; de ayer, hoy, mañana y pasado mañana.

Evaristo Benítez Castro

Nació en Llera Tamaulipas el 26 de junio de 1948. Estudió una licenciatura en la UAT, donde fue catedrático de 1972 a 1980.

Fundador de la revista de la UAT, llamada EDUCIEN, que se publicó desde el año de 1978 a 1981. Ha escrito su columna Faena en Canal en diferentes momentos desde 1991: La Verdad de Tamaulipas, Noticias del Golfo (ahora El Cinco), El Mercurio, El Diario de Ciudad Victoria y El Expreso, además de diferentes portales.

Consejero Electoral del IETAM en los años 2006-2007; autor de 14 libros del tema político-electoral.