Salvo uno (a) que otro (a) admirador- adorador, pero parece que observamos una tregua implícita entre los integrantes de los bandos MORENA-PVEM-PT y PAN-PRI-PRD respecto de las hostilidades resultantes de la jornada electoral local del 5 de junio pasado.

Las redes sociales y los comentaristas formales paulatinamente le han bajado al tono agresivo-pasivo de sus contenidos políticos; como que les comienza a "caer el veinte" que el proceso electoral sigue su curso constitucional y cubierta la etapa de la jornada electoral todavía pueden ocurrir sorpresas impensables.

Cierto que uno que otro crítico despistado sigue machacando sobre sus frustraciones y todavía no dimensiona que en los casi noventa días para que inicie la próxima gestión del titular del ejecutivo estatal, muchos de los acontecimientos que seguramente están por venir son de características políticas impredecibles.

Sin embargo, los observadores más listos, que NO son pocos, intuyen que en esos noventas días por venir, la clase política estatal y regional necesita administrar las hostilidades; requiere organizar su tiempo y el lugar para reiniciar el "combate".

Por lo pronto poco se puede hacer en la calle o en las redes sociales, en tanto que son los tribunales electorales los que tienen la responsabilidad de resolver en tiempo y forma sobre los recursos e impugnaciones recibidos.

En todo caso lo que sigue sería intentar poner en duda el profesionalismo e integridad política de los cinco magistrados electorales locales que tienen la delicadísima responsabilidad de resolver las controversias presentadas y que tiene cualquiera de estos dos objetivos:

Uno, RATIFICAR la constancia de mayoría que expide el IETAM a Américo Villarreal Anaya y que lo acredita como gobernador electo de Tamaulipas, o dos, revocar dicha constancia anulando su triunfo; eventualidad que nos llevaría a secuelas inéditas y para algunos IMPOSIBLE de que ocurran.

Ya en otras ocasiones y en éste mismo espacio nos hemos referido al actuar de los juzgadores electorales de los ámbitos estatal y federal; la población en general tendemos a poner en duda sus capacidades deliberativas, sin embargo, se trata de profesionales del derecho electoral que, por más torpes que pudiesen ser, habrán de fundar su resolución llegados los tiempos de ley.

Es así que la tregua implícita tiene fecha de caducidad: 20 de agosto en lo local y el 20 de septiembre en lo federal.

En síntesis, la calma chicha por la que atravesamos sólo durará un máximo de 45 días más; luego que cada quién retome sus armas y comience a disparar sin ton no son: sí es la política a la mexicana.

Evaristo Benítez Castro

Nació en Llera Tamaulipas el 26 de junio de 1948. Estudió una licenciatura en la UAT, donde fue catedrático de 1972 a 1980.

Fundador de la revista de la UAT, llamada EDUCIEN, que se publicó desde el año de 1978 a 1981. Ha escrito su columna Faena en Canal en diferentes momentos desde 1991: La Verdad de Tamaulipas, Noticias del Golfo (ahora El Cinco), El Mercurio, El Diario de Ciudad Victoria y El Expreso, además de diferentes portales.

Consejero Electoral del IETAM en los años 2006-2007; autor de 14 libros del tema político-electoral.