Con toda la discreción que el caso requiere vamos a comentarle a usted algo muy delicado sobre un brote epidémico en ciudadanos tamaulipecos, que deja como secuela que el paciente resulte tuerto, sea del ojo izquierdo o del ojo derecho; veamos en detalle.

Los primeros enfermos se detectaron a  finales del año 2016, casi al mismo tiempo que inició su gestión constitucional el gobernador FJGCV; ciudadanos que antes veían bien con ambos ojos, resultaron tuertos del ojo "izquierdo" y sólo visualizaban lo que sucedía en su ángulo derecho. Así pasaron un par de años.

No había distingos en el origen del ciudadano pues lo mismo afectaba a jóvenes como adultos e incluso a los de la tercera edad; si se detectó que todos los tuertos tenían credencial de elector vigente.

Llega el primero de diciembre de año 2018, arriba a la presidencia de la república AMLO  y ocurre un evento extraordinario pues todos los pacientes que sólo veían con el ojo derecho de inmediato recuperan la vista de su ojo izquierdo pero la ceguera emigró....¡ a su ojo derecho!!. Tuertos otra vez.

¿Cómo es posible este evento patológico excepcional?.

De inmediato se integra un equipo de profesionales de la medicina y lo encabeza un notable epidemiólogo conocido coloquialmente como "El Chato" Gójon.

Pronto se toman miles de muestras de los pacientes tuertos con el ánimo de encontrar algún micro organismo causante de la ceguera parcial.

No detectan virus, bacterias, riquetsias, protozoarios o germen alguno capaz de producir tan extraña sintomatología.

Si fue posible llegar a algunas conclusiones parciales; por ejemplo que los pacientes ahora tuertos del ojo derecho (desde el primero de diciembre de 2018) agudizaron la vista del izquierdo y proyectaban asumir responsabilidades en el servicio público tan pronto y su partido de izquierda arribase al poder en Tamaulipas; presumiblemente en octubre de 2022.

Otra conclusión fue que la pérdida de la vista se correlaciona con una pérdida parcial de la memoria; los pacientes ahora izquierdosos  fueron servidores públicos en gobiernos derechosos que ahora niegan sin recato.

Se estableció también que la enfermedad del tuerto no es de transmisión por contacto con pacientes enfermos sino más bien se parece al COVID-19, pues el aire contaminado es la fuente del mal.

En cuanto al universo de los paciente se detectó que sólo son susceptibles los mayores de 18 años; niños y adolescentes parece que tienen una inmunidad de rebaño que los hace resistentes al mal de ojos.

Se considera que la mejor vacuna son las encuestas; solo podrán verse las se  acomodan para el ojo izquierdo pues con el derecho el paciente ya no puede leerlas desde el primero de diciembre de 2018.

El equipo médico investigador del problema de los tuertos, del ojo derecho y del ojo izquierdo, fue acucioso y se remontó a cinco siglos atrás.

Descubrieron que en el viejo continente se presentó un problema similar en algunos sectores críticos de la sociedad parisina en 1948; sin necesidad de un tratamiento especifico los facultativos de la época sólo esperaron que pasara el proceso electoral de ese año y vieron como los tuertos, tanto del ojo izquierdo como del ojo derecho, comenzaron a recuperar su capacidad visual y su vida volvió a la normalidad.

La conclusión de la OMS (Organización Mundial de la Salud) se inscribe en varias recomendaciones concretas para el mal de ojos:

Primero reconocer su entorno...¿Es conveniente  seguir fingiendo la dolencia ocular?.

Segundo...¿ No será una ceguera psicológica más que una lesión física la que me tiene tuerto?.

Tercero ..... ¿ No corro el riesgo de quedar ciego de ambos ojos, porque ayer fingía no ver con el izquierdo y ahora finjo no ver con el derecho?. O por el contrario es real mi ceguera...¡¡¡¡Oh my God!!

La conclusión que se me ocurre amable lector es sencilla; debemos consumir harta vitamina A para reforzar nuestra capacidad visual, aunque seamos tuertos: del ojo izquierdo o del ojo derecho. Ademas ya nos dijo la OMS que el problema es temporal.

Evaristo Benítez Castro

Nació en Llera Tamaulipas el 26 de junio de 1948. Estudió una licenciatura en la UAT, donde fue catedrático de 1972 a 1980.

Fundador de la revista de la UAT, llamada EDUCIEN, que se publicó desde el año de 1978 a 1981. Ha escrito su columna Faena en Canal en diferentes momentos desde 1991: La Verdad de Tamaulipas, Noticias del Golfo (ahora El Cinco), El Mercurio, El Diario de Ciudad Victoria y El Expreso, además de diferentes portales.

Consejero Electoral del IETAM en los años 2006-2007; autor de 14 libros del tema político-electoral.