Silvestre Dangond, el famoso cantante vallenato colombiano, lo describe así: "cada quien tiene en la vida su cuarto de hora,

que lo motiva, que lo entusiasme a ser triunfante; es un momento de buena suerte que uno lo adora, es mi momento, esa es mi estrella y voy pa’lante".

Pues bien, así como Dangond se describe a sí mismo como triunfador, así igual describimos a César El Truco Verástegui como un hombre afortunado, que goza -en este momento- su cuarto de hora.

No estaba, a saber, en la trama original, no destacaba sino como actor de reparto, con papel secundario.

Todos los reflectores apuntaban al libanés, al árabe, al hombre que vino del oriente medio, a Jesús Nader Nashrall, el tampiqueño que venía construyendo un andamiaje engañoso y chapucero, aunque andamiaje al fin.

Porque aunque la comunidad libanesa pesa, lo cierto es que Chucho no andaba sino con  estatura y tez morena, pero hasta ahí.

Cómo buen porteño cercano al mar, nada por aquí, nada por allá, y nada más allá.

A decir verdad el peso específico lo traía El Truco, no Chucho ni tampoco Ismael García Cabeza de Vaca, mucho menos Gerardo Peña, este último nunca probado en urnas.

Por eso se preguntarán, cómo es posible que teniendo tantos factores en contra, elementos tan notorios (en la mayoría de casos a un Secretario General de Gobierno lo suelen tener como chacha de la casa, como adorno para la foto, bis, formalidades, etc, etc, máxime en casos de sucesión gubernamental) para este tipo de cosas.

Difícil por tanto es que pase pruebas del fuego tan duras y que su siguiente paso sea convertirse en estrella del acto.

La política es como un circo de tres pistas, la primera, la segunda y la tercera. ¡Qué maravilla de descubrimiento!

Y los co-protagonistas casi siempre juegan un papel pequeño, dónde su nivel de importancia generalmente no trasciende.

El hecho de constituirse en protagonista de su propia historia y hacer converger a todos alrededor suyo, como ayer, dónde Marko "con K" Cortés, Alejandro Moreno y Chucho Zambrano (oscuro hombre de izquierda que cometió la descortesía de relatar desde el templete la casi desaparición del PRD en el espectro electoral, no centrandose en el caso que ocupaba, referirse con su narrativa cansada a la asunción a rango oficial del precandidato César Verástegui Ostos), significa muchísimo en la carrera de El Truco.

El xicotenquense es la antítesis de la formalidad religiosa de Américo Villarreal Anaya, un hombre cuadrado para el que no existen segundas oportunidades en materia de rostro...ni lado uno, lado dos ni lado tres.

Es lo que hay y hasta ahí.

Solo tiene una cara y ya.

Por eso Truco dijo ayer en su discurso.

"Yo no vengo de padre gobernador", sino, prosiguió palabras más palabras menos, mi padre me enseñó a respetar, a luchar y a trabajar.

Refería -sin decirlo claramente- a qué Américo Villarreal Anaya sí gozó del privilegio de haber crecido en un ambiente de poder político absolutista, porque en aquellos años el PRI era el gran monstruo, la.gran ramera, desde donde se deslizaban los hilos del destino manifiesto de todo un país. Y Tamaulipas no era la excepción.

El destino quiso que 40 años después surgiera como un milagro, gracias al movimiento Andrés manuelista, un personaje prácticamente olvidado que nunca alzó mano para decir, quiero brillar en política y seguir la carrera de mi padre.

Y de buenas a primeras convertirse en Senador y de ahí en precandidato a gobernar todo un estado.

Pero así le irá, sin experiencia en urnas ni en el crisol de la prueba dónde se prueba el oro más brillante.

Como ayer dijo El Truco: No son enchiladas.

Luego Silvestre Dangond entonaría la segunda estrofa:

"Por eso yo soy como soy, el amigo de siempre pa’ ti, y si tengo un momento de gloria yo sé que en el triunfo hay dolor, yo no le hago dos cara a ninguno por eso la gente cree en mí,

y me fían me prestan me dan por eso soy rico en amor".

El Truco Verástegui va en caballo de hacienda rumbo a la cima.

Cómo lo dijo ayer en su emotivo discurso:

Si me adelantó es pa' jalarlos, si me atraso es pa' empujarlos y si me pongo a su lado es para alentarlos.

Pareceria ser que Truco tiene en un puño a Tamaulipas. Da esa impresión.

Así que, que arranque en fa.

Pero nada es a la fuerza porque la política es como el amor, no se quiere nunca a la fuerza.

"No quiero amores a fuerza cuando ya no hay voluntad, a mí me gusta que me hablen con la purita verdad, no me andén sacando vueltas que no soy perro del mal".

Y aunque lo que vemos en en entramado político tamaulipeco es lo que hay, tampoco es para rechazarlo.

Así que, a darle.

Bien, hasta aquí por ahora.

Nos vemos en breve.

Marco Antonio Torres de León

Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en CUTM, laboró en diarios como El Sol de San Luis. Inició en el diario La Opinión de Matamoros como reportero de deportes. Posteriormente trabajó como reportero de información general en Expreso de Mante en 1999, en Noticias del Sur (hoy Cinco Noticias, El Signo de Mante, El Matutino)