Recordé estas palabras de la película El Padrino pronunciadas por el actor Al Pacino caracterizando al hijo de Marlon Brando, justamente El PADRINO. Las mencionó para evitar reclamos de sus asociados, por las masacres que tuvieron que hacer para sobrevivir como clan dominante, si bien mafioso. La gota que comenzó a derramar el vaso fue el asesinato de su propio cuñado (esposo de su hermana) dado que traicionó a la familia Corleone, pues era informante del grupo mafioso  rival. Las argumentaciones para matarlo fueron muy contundentes: tratándose de negocios, toda acción se justifica y no deben de tomarse las cosas de manera personal.

Precisamente esto se me ocurrió al leer detenidamente las reacciones de los colegas de oficio, tanto en redes sociales como en los medios de información tradicionales, en cuanto a los actos políticos que llevó a cabo hoy César Augusto Verástegui Ostos, tanto en las oficinas estatales del PRI como del PRD, formalizando su pre- candidatura coaligada con el PAN para competir por la gubernatura de Tamaulipas.

Desde las opiniones que celebraron favorablemente ambos actos de proselitismo político, hasta las opiniones que satanizaron esos eventos partidistas; líderes, analistas, comentaristas, editores, en fin, todo aquel que quiso opinar (y tiene foro para expresarse), se tomó la libertad de opinar; a favor o en contra de que César Augusto Verástegui Ostos sea el pre- candidato formal del PAN-PRI-PRD para competir por la gubernatura de Tamaulipas.

Buscando entender las motivaciones de todos esos comentarios intentaré explicarme. Me parece (quizá por la formación médica de su servidor) que pueden resumirse así: las críticas tienen orígenes en el cerebro, en el corazón, el hígado y el estómago como vamos a describirlo.

Tienen su origen en el cerebro las críticas centradas, objetivas, evaluables y con argumentos creíbles.

Tienen su origen en el corazón todas aquellas que se hacen sólo por amor al adversario de César Augusto; pocos argumentos y muchos juicios de valor.

Tienen su origen en el hígado, todas aquellas críticas a César Augusto que se formulan por odio, tanto hacia su persona como hacia su partido base, el PAN; incluso un odio hacia el gobernador FJGCV que se hace extensivo hacia su ex Secretario General de gobierno.

Y por último tenemos las críticas cuyo origen es el estómago; es decir que su motivación es únicamente la necesidad de obtener beneficios materiales de corto plazo: comprar la tortilla para llevar a casa.

(Quizá haya una quinta opción: críticas como la mía, que no tiene pies ni cabeza)

Parece entonces que la idea podemos entenderla; los políticos criticados, ya saben con suficiencia que los madrazos en la prensa son parte del "juego democrático mexicano"; nada de que espantarse.

Nada personal, sólo son negocios, como dijo mi compadre Al.

Evaristo Benítez Castro

Nació en Llera Tamaulipas el 26 de junio de 1948. Estudió una licenciatura en la UAT, donde fue catedrático de 1972 a 1980.

Fundador de la revista de la UAT, llamada EDUCIEN, que se publicó desde el año de 1978 a 1981. Ha escrito su columna Faena en Canal en diferentes momentos desde 1991: La Verdad de Tamaulipas, Noticias del Golfo (ahora El Cinco), El Mercurio, El Diario de Ciudad Victoria y El Expreso, además de diferentes portales.

Consejero Electoral del IETAM en los años 2006-2007; autor de 14 libros del tema político-electoral.