Con mucho valor y convencimiento el hermano y la hija de Rosario Robles Berlanga, Francisco con los mismos apellidos y Mariana Moguel Robles respectivamente, anunciaron que iniciarán una “resistencia civil  pacífica” (las que puso de moda AMLO antes de ser presidente de México), con el objeto de exigir la inmediata liberación de doña Rosario quien según su decir permanece presa injustamente desde agosto de 2019; esa resistencia la iniciarían de inmediato para culminar el 15 de diciembre del año en curso. Programan avanzar hasta Palacio Nacional y “tomar” la glorieta de la Palma en la ciudad de México.

No es nuestra intención hacer un análisis jurídico (además de que seríamos incapaces) del caso de doña Rosario; mucha tinta se ha gastado discutiendo la posible arbitrariedad de la autoridad, las trampas legales aplicadas a la dama en comento, la cuestionable vendetta de que ha sido objeto, el sospechoso deslinde que hizo la autoridad exonerando a otros servidores públicos involucrados en “la estafa maestra”, entre otras claras inconsistencias legales  que han escandalizado a la opinión pública; sin que sea nuestro propósito asegurar que doña Rosario está limpia de culpabilidad.

No; nuestro enfoque será sobre el terreno peligroso por el que transitará la familia de doña Rosario; es evidente que la decisión tomada es producto de la desesperación, el fastidio y la desesperanza; están convencidos que por los trámites legales de rutina su defendida seguirá tras las rejas lo que resta del sexenio y si se apendejan podría permanecer en prisión otro sexenio completo más.

Ahora bien “la resistencia civil pacífica” es un instrumento político sordo  que se brinca las trancas de la ley y que tiene como condición involucrar a sectores de la sociedad que simpaticen con la causa del agraviado, agraviada en este caso concreto; puede ser el inicio de una contaminación política contra MORENA en momentos nada oportunos, pues recordemos que en las elecciones concurrentes de junio pasado los candidatos de MORENA perdieron la mitad de la Ciudad de México.

Luego entonces  el ambiente político-social-económico no es precisamente el mejor para el presidente AMLO y su partido político; el terreno está resbaladizo y por tanto puede ser un catalizador para que otros adversarios se sumen con sus propias exigencias y agendas rijosas.

Ya parece que vemos como al pasar de los días se pueden ir sumando sectores radicales que son en realidad profesionales de la protesta callejera y  sistemática; porros de la UNAM, precaristas, tianguistas, obreros desplazados, burócratas federales despedidos después del primero de diciembre de 2018, entre muchos otros segmentos de la sociedad capitalina, expertos en subirse a cualquier vehículo que se les acomode para sus fines particulares.

A éste terreno peligroso nos referimos; la acción desesperada de los familiares de doña Rosario Robles Berlanga es claro que tiene por objeto llamar la atención del presidente AMLO sobre el juicio en lentísimo proceso jurídico; y el arma usada, “la resistencia civil pacífica” es un instrumento de protesta social que el señor presidente usó mucho en su camino hacia la presidencia de la república; entonces… ¿cómo satanizarla, cómo descalificarla, cómo ignorarla?.

En menudo lío se meterán las autoridades capitalinas; usar la fuerza bruta para contenerlos, así fuesen solamente cuatro familiares de doña Rosario los protestantes, sería negar el pasado de crítico social que tiene el señor presidente. Sería aceptar que su gobierno es insensible a la protesta social, en suma seria dar la razón a sus adversarios cuando lo acusan de intolerante, radical y misógino.

Por eso le insisto  amable lector que los familiares de doña Rosario Robles Berlanga transitarán  por terreno peligroso, por arenas movedizas, por terreno minado; el problema es que ya comenzando a caminarlo no hay vuelta atrás; se camina en un solo sentido y no hay espacio para dar la vuelta y regresar al punto de partida; en suma es el todo o nada.

Evaristo Benítez Castro

Nació en Llera Tamaulipas el 26 de junio de 1948. Estudió una licenciatura en la UAT, donde fue catedrático de 1972 a 1980.

Fundador de la revista de la UAT, llamada EDUCIEN, que se publicó desde el año de 1978 a 1981. Ha escrito su columna Faena en Canal en diferentes momentos desde 1991: La Verdad de Tamaulipas, Noticias del Golfo (ahora El Cinco), El Mercurio, El Diario de Ciudad Victoria y El Expreso, además de diferentes portales.

Consejero Electoral del IETAM en los años 2006-2007; autor de 14 libros del tema político-electoral.