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“Tronó” AMLO en Tamaulipas, Coahuila e Hidalgo

Por: Marco Antonio Torres El Día Martes 15 de Diciembre del 2020 a las 08:18

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Cuando más resalta la imagen de Francisco García Cabeza de Vaca por buenas acciones que aplica y ejerce en su gobierno, más a merced queda de ataques mediáticos teledirigidos desde el centro del país.

Pero acostumbrado a remar contra corriente como los salmones, especie de peces de ríos helados que nadan cuesta arriba siempre, y habituado a avanzar a pesar de ir contra toda esperanza, el gobernador tamaulipeco no se echa para atrás. 

Tampoco se acobarda.

Su intuición le hizo saber que desde que empezó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no estaría contado entre los amigos cercanos de la 4ª T.

 Aún y cuando no pertenezca a MORENA sino al PAN, García Cabeza de Vaca pudo haber sido un amigo del presidente, pero por alguna razón la química entre ambos no fraguo.

Al menos en ese momento histórico que vivía el país no hicieron química. Pero tal vez después, más adelante quizás se dé. 

A fin de cuentas, el presidente tiene presumibles amigos políticos en el PRI, por citar tres diremos que entre ellos están Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, Claudia Pavlovich, de Sonora y Juan Manuel Carreras, de San Luis Potosí.

A esta triada nunca les ha manifestado rechazo. 

Pero lo anterior no quita el sueño a un gobernador que destaca muy por encima del resto de gobernadores provenientes del PAN y que se han querido trepar a la palestra nacional como por ejemplo, Francisco Domínguez de Querétaro, Diego Sinhue de Guanajuato y Javier Corral Jurado, de Chihuahua.

Estos tres se estancaron abruptamente y cayeron en un bache profundo e insondable, donde palpablemente perdieron la brújula.

El único que se mantiene vigente en el escenario nacional es Francisco García Cabeza de Vaca, pese a la intensa artillería pesada que desde el centro del país le mandan. 

Artillería que más que debilitarlo acaba por hacerlo más fuerte.

En Cabeza de Vaca sí que aplica bien el adagio, golpe que no mata fortalece.

Desde que la 4ª T llegó al poder comenzaron a hostigar al mandatario tamaulipeco.

Quizás no sea directamente Andrés Manuel López Obrador, pero sí uno o dos de sus allegados, en este caso Ricardo Monreal y Alejandro Díaz Durán.

Los perros de rancho se soltaron mostrando sus fauces sin control.

Y nadie sabe el por qué.

Por ejemplo, y sin mediar palabra, desde que AMLO comenzó a gobernar, si bien no habían transcurrido ni siquiera dos meses cuando Ricardo Monreal mandó a Tamaulipas a su sicario de cabecera, Alejandro Díaz Durán.

Este llegó a espetar sandeces absurdas contra el mandatario tamaulipeco, mismos ataques verbales que a decir verdad se salían de la sana cortesía y respeto político que debe prevalecer, tan necesario en un mundo moderno y formal, pero no en el submundo cavernícola donde – al menos a juzgar por sus acciones—tanto Monreal como Díaz Durán viven.

Y llegaron a Tamaulipas apenas a dos o tres meses de iniciado el mandato de Andrés Manuel, y vociferaron a más no poder pretendiendo con eso ensuciar el ambiente y generar así la falsa idea de que en la entidad prevalecía el desgobierno, la soberbia gubernamental y la anarquía.

Cosa más alejada de la realidad, a decir verdad.

Esa visión sin embargo es –y ha sido desde hace 4 años—equivocada.

La verdad a los enemigos del gobernador les salió el tiro por la culata.

Y lo que pretendían que acabara en linchamiento, acabo siendo un punto a favor del gobernador, quien se creció evidentemente al castigo y subió en popularidad.

Hoy por hoy el gobernador tiene bajo control el problema de la inseguridad y la narco violencia, mismos flagelos que ha sido reducidos al nivel más ínfimo.

Hoy mismo el gobernador tiene el control total de lo que antes – en los tres últimos sexenios—fue un infierno.

La inseguridad le creó tanta negra fama a Tamaulipas que todo mundo llegó a pensar que si un foráneo pisaba este territorio, en automático morían a merced de las balas.

Hoy es otro Tamaulipas, por fortuna.

Se ha ido diluyendo marcadamente el fantasma de la muerte de las carreteras tamaulipecas, por suerte.

La policía estatal es más profesional pues se formó en las aulas de lo que hoy se conoce como la universidad policial, egresando de ella un alto porcentaje de profesionistas de la seguridad pública.

Así pues, nada de lo que ocurre en Tamaulipas es obra de la casualidad.

La causa por la que los índices de violencia hayan bajado a casi 0 por ciento es esa, la obligatoriedad que Cabeza de Vaca les dio a los cuerpos policíacos desde su llegada al poder.

Aunque es pertinente decir que en este bumerán tiene mucho mérito, además del gobernador Cabeza de Vaca, el secretario general de Gobierno, César Augusto Verástegui Ostos, quien es el brazo operativo de la estrategia de seguridad que ciertamente se está volviendo un referente y un ejemplo nacional, tanto para los gobernadores panistas como para la 4ª T.

Bien, por ahora es todo, nos leemos en breve.

Marco Antonio Torres de León

Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en CUTM, laboró en diarios como El Sol de San Luis. Inició en el diario La Opinión de Matamoros como reportero de deportes. Posteriormente trabajó como reportero de información general en Expreso de Mante en 1999, en Noticias del Sur (hoy Cinco Noticias, El Signo de Mante, El Matutino)

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