El estilo personal de gobernar
Ya han pasado casi dos años del gobierno presidido por Andrés Manuel López Obrador, tiempo en cual, parte de nuestra sociedad no se acostumbra a su muy personal manera de administrar los asuntos públicos del país.
Su carácter férreo y determinante alimenta una realidad distinta a lo que veníamos percibiendo en pasados gobiernos.
Para nadie es un secreto que el Presidente mantiene un enfoque claro de aquello que debe hacerse, y así está procediendo
No en balde fueron muchos años de campañas electorales donde conoció la verdadera realidad de lo que es el poder y como ejercerlo.
Desde su particular visión política, vio el faraónico escenario del desenvolvimiento gubernamental en el poder, y fue ahí donde concibió la idea, hoy materializada de una administración pública, si es que la llegaba a obtener, como sucedió en la tercera elección, totalmente distinta, donde se privilegiaría a la clase más necesitada, tal y como está sucediendo en su administración…
Peo además en el pensamiento del tabasqueño, que se hizo obsesión, estaba la idea de desterrar la corrupción que permeaba todas las tres órdenes de gobierno y que tenía al país en una situación de lamentable pobreza.
La animosidad de políticos, ex presidentes y funcionarios de otras administraciones pasadas, llámense Salinistas, foxistas, calderonistas o la última de Peña Nieto, se sienten agraviados por el carácter rígido que está imponiendo a sus decisiones de erradicar la descomposición oficial, precisamente anidada en esos regímenes que se distinguieron por altos grados de fermentación, según las informaciones mediáticas que aparecen día a día.
Hoy el Presidente se propone adecentar la administración pública a través de la Ley de Austeridad
Para el Estado y sus Municipios y con ello pretende erradicar los privilegios de los funcionarios, las remuneraciones desproporcionadas y gastos excesivos en las administraciones públicas tal y como anteriormente se venía procediendo a través de negocios en lo obscurito, obras sin licitar, y en fin, una serie de anomalías que hoy, tienen a los ex mandatarios en la mira de del pueblo cuando se realice la consulta para enjuiciar a los ex mandatarios ello desde luego, en caso de que se compruebe su implicación en algún delito.
Sin embargo, pende la Espada de Damocles sobre los cuellos de los ex presidentes, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari los que han sido mencionados en la declaración del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya y están en la mira del pueblo esperando las promesas de justicia.
Y glosando el estilo personal de gobernar del presidente López Obrador, este nos muestra que vive en un contexto cambiante con opiniones tan fijas como a veces extraviadas, pero aún en estas, tiene una visión clara de aquello que debe hacerse, y así está actuando, inflexible.
La certeza de que está en lo correcto lleva a que las disputas con la realidad pocas veces tengan consecuencias, y ello es lo más preocupante, a no ser que después de su segundo informe, concrete sus decisiones y las haga realidad.
En fin, es un estilo nuevo de gobernar al que no estamos acostumbrados habida cuenta la forma personal y patriarcal con la que el presidente actúa en consecuencia, donde todos los casos que se le reportan en su administración, corren el riesgo de regresar a los viejos tiempos “de lo que usted sugiera o mande a consulta popular, señor presidente.
Esperemos que este eslogan haya pasado a mejor vida habida cuenta que lo que se ve y se comprueba no se juzga, se actúa en consecuencia
Tito Reséndez Treviño
Licenciado de Derecho por la UNAM
Diputado Local 1984-1986
Presidente Municipal de Victoria 1987-1989
Director de la Biblioteca Marte R. Gómez
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