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Es sólo una pequeña fiesta

Por: Gastón Espinosa El Día Lunes 29 de Junio del 2020 a las 16:58

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Lo sabía, pero fingía no saberlo.

La primera en ser detectada con COVID-19 fue su esposa, luego sus hijas.

Aún y cuando las expectativas de que estuviera contagiado eran muy altas, él siguió despachando en su oficina de la COEPRIS en El Mante.

En el transcurso de esos días tuvo contacto con trabajadores, comerciantes y otros funcionarios estatales y municipales, en pocas palabras, tuvo la misma actitud que la comadre que sabedora de coronavirus acudió a esa fiesta.

De esa fiesta salieron contagiados poco más de diez personas. Hoy los números que emite la Secretaría de Salud en Tamaulipas son altísimos en El Mante tras la nueva normalidad y tras el relajamiento en las medidas de prevención, como fueron el pulular de las fiestas.

Alberto Medina Trujillo, quien en regla debería ser el ejemplo de lo que no se debe hacer en la pandemia acudió a un convivio que tuvo serias repercusiones ya que en redes sociales se dio a conocer que usó la “charola” de funcionario estatal para impedir que la policía terminara con el ágape; “es sólo una pequeña fiesta”, dijo a las autoridades policiacas. Las consecuencias de ese evento son el incremento en el número de casos de sospechosos y de portadores de COVID-19, la mayoría empleados de COEPRIS y contertulios de esa polémica fiesta.

Cuando las autoridades de salud quisieron conocer cómo se había contagiado la familia del titular de COEPRIS y empleados hubo una serie de pretextos que no fueron creídas, incluso, Medina Trujillo no tuvo empacho en acusar al titular de la jurisdicción sanitaria número seis en El Mante, Abraham Benavides González, de no tomarle con puntual importancia el llamado a que le practicaran a él y su personal las pruebas de COVID-19, lo que fue desmentido de inmediato.

Trujillo no fue capaz de aceptar la responsabilidad de sus actos.

Quiso llevarse de encuentro a un funcionario de salud cuya labor no está en discusión. Abraham Benavides y personal a su mando han sacrificado tiempo y familia para monitorear, prevenir y atender a los pacientes, incluso sin descuidar otro frente de batalla como es el dengue.

Trujillo en cambio ha tenido serios altibajos en el desempeño de sus actividades como titular de la COEPRIS, recordando sus encontronazos con los comerciantes que en su momento le pidieron el aval para abrir sus negocios, lo que él aprobó. En ese diálogo se vio la inexperiencia y capacidad para enfrentar una decisión de esa naturaleza, ya que el alcalde Mateo Vázquez Ontiveros, tuvo que corregirle la plana al señalar que no era tiempo de relajar las acciones de prevención.

Al ser evidenciado públicamente, Trujillo se dedicó mejorar a desinfectar los vehículos de transporte público, olvidado hacerlo en lugares públicos, bibliotecas, salas de cine, presidencia municipal.

Halló en los carritos de ruta el mejor lugar para encontrar algo de reconocimiento público.

Ahora, sólo resta orar para que la salud de Trujillo y su familia mejore. Ya después habrá tiempo para que el responsable de la COEPRIS en Tamaulipas evalúe el actuar de Alberto Medina y considere si debe permanecer o no.

PD: Alberto Medina Trujillo salió negativo. No tuvieron la misma suerte su mujer y dos de sus hijas, así como un empleado de la COEPRIS.

EL BUEN MOTA TURRUBIATES

Marco Antonio Mota llegó a la Comapa en un momento complicado.

Ocupó el cargo cuando ya gente como Clemente Gómez se saboreaba el cargo para dos amigos y compadres. Fue tanto el coraje del entonces diputado local Clemente Gómez Jiménez, que salió echando pestes de aquella reunión en la que se acordó que fuera Marco Antonio quien se encargara del despacho de la gerencia de la Comisión municipal de agua potable y alcantarillado en El Mante. Con ello, el estado tendría el control de ese organismo cuyas finanzas estaban en bancarrota.

Mota Turrubiates tomó medidas extremas y lo primero que hizo fue librar a la Comapa de elementos de confianza que eran nocivos, además de suprimir gastos superfluos y pagos injustificados.

Quiso actuar contra un sindicato voraz que cada día pedía más y que estaba lejos de ser productivo para la Comapa. Lo frenaron, pero tampoco se doblegó ante las exigencias de los sindicalizados.

En los últimos meses ya no estaba contento. Ya no se le veía esa chispa en sus ojos, no disfrutaba su estancia en la ciudad, extrañaba a la familia, deseaba volver a sus quehaceres en la CNA de ciudad Victoria.

Una penosa enfermedad lo postró encama y sumado a la pandemia de COVID-19 decidieron que era tiempo de abandonar la tarea de la gerencia de Comapa pese a que fue ratificado en el cargo. Sus logros están a la vista de todos. Pudo levantar un organismo que estaba condenado a caer, en base a disciplina, trabajo y buenos resultados. Se ganó así la confianza del gobernador, del alcalde y de sus superiores en la CNA.

Semanas atrás le había entregado su renuncia al presidente del Consejo de Administración de la Comapa, Mateo Vázquez Ontiveros. Una intervención quirúrgica le hacía imposible estar al pendiente de sus actividades, hasta en eso fue honesto.

La noticia de su muerte cayó como balde agua fría.

Aquí además de amigos, dejó una lección clara. Con disciplina y honestidad es posible sacar adelante a la Comapa. Más administradores y menos políticos en la Comapa.

Descanse en paz.

PD: Luego de la renuncia de Marco Antonio Mota a la Comapa Mante, su función fue ocupada por el Contador Gastón Infante, a la postre Comisario de ese organismo. Gastón tiene toda la confianza del presidente municipal Mateo Vázquez Ontiveros, y su buen actuar empieza a ser digno de comentarios.

“CACHO”, GOLPES DE PECHO EN MORENA

Se llenaron los bolsillos como priistas.

Fue presidente municipal de González, pero su gobierno fue calificado como el más nefasto en la historia de esos lares.

Juan Rafael Osorio Garza vio extinguirse su buena estrella como priista y decidió buscar camino en Morena, en donde fue candidato a la presidencia municipal en el 2018, cayendo en las urnas con Memo Vergale, del PAN. Los de Morena se quejaron de que “Cacho” era un cartucho quemado y que la ciudadanía no lo aceptaba y eso se reflejó el día de las votaciones.

Para variar, se acaba de filtrar un documento en el que presuntamente aparecen Juan Rafael Osorio Garza y su hijo Juan Rafael Osorio Velez, como beneficiario de recursos de programas sociales. Ambos recibieron recursos federales por 9 mil 600 pesos. No cabe duda, Juan Rafael no cambia, sigue privilegiando a la familia en el presupuesto.

Los de Morena están hartos de soportar a esa estirpe de oportunistas que en nada beneficiando al gobierno de López Obrador, que se cansa de presumir de tener gente honesta. “Cacho” cambió de camiseta, pero sigue con las mismas mañas.

Gastón Espinoza
Es egresado de la facultad de Derecho y Relaciones Públicas, donde obtiene el título de Licenciado en Relaciones Públicas por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Además realizó diplomado en Mercadotécnica.
Desde hace nueve años es autor de “Posdata” que se publica en medios electrónicos de Ciudad Victoria, Tampico y El Mante.
Ha sido director de Comunicación Social en algunos ayuntamientos de la región cañera, así como jefe de prensa de varios candidatos a puestos de elección popular.
Además dirige un negocio dedicado a la edición e impresión de periódicos y revistas en El Mante.

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