El gobierno pudo negociar.

En el tema de la migración, es claro que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, halló la oportunidad perfecta para justificar su nulo actuar contra la lucha al narcotráfico.

Primero fue la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán Quintero, hijo del Chapo Guzmán, bajo el pretexto, -según el gobierno federal- de evitar un derramamiento de sangre. Ese personaje fue tema central en los últimos días, al asistir sin pudor alguno a la boda de una de sus hermanas celebrada en Culiacán, sin inquietarse por la existencia de una orden de aprehensión en su contra.

Por otro lado, el narcotráfico sigue actuando a sus anchas y con más saña, en estados como Jalisco, Veracruz, Guerrero y Michoacán, en donde cada día se registran más atentados contra la población civil.

Y mientras esto ocurre, el presidente levanta polémica en el país al declarar que ya no hay guerra contra el narcotráfico: “No hay guerra”. “Oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz”. Entendible cuando él envía a su Guardia Nacional a combatir a los migrantes.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, está decidido a tolerar los temas del narcotráfico mientras el gobierno del presidente Donald Trump se lo siga permitiendo, porque el acuerdo parece tomado; la prioridad será la migración y para ello, se han destinado recursos y agentes en un papel de policía migratoria, que para eso de abusos y excesos se está pintando sola, han superado a la propia Border Patrol.

El tema medular para el gobierno de la Cuarta Transformación se encuentra en la frontera de sur en donde miles de centroamericanos avanzan diariamente hacia el norte, por eso, en un gesto de sumisión que ayude a menguar el fracaso en la lucha contra la delincuencia, el gobierno federal ha actuado como un vecino grotesco con los países del centroamericanos, conteniendo con murallas, golpes, zancadillas, gases lacrimógenos, y otros elementos, la migración.

Narco por Migración, esa es la moneda de cambio. Y así los dos gobiernos se toleran…mientras que el narco festeja a fuego y sangre.

NADA LE SALE BIEN A CHUY

No da una.

Cuando se le aplaudía por la pronta respuesta a una familia que perdió su vivienda en un incendio, la gente notó que la construcción que mandó realizar no contaba con “cimientos”, “cadenas”, detalles importantes a la hora de levantar una casa.

La mala obra podría venirse abajo, advirtieron usuarios en una publicación oficial del ayuntamiento, comentarios que más tarde fueron borrados.

Es claro que a Chuy Puente nada le sale bien.

Primero los excesos a su paso como presidente municipal de Ocampo, el desabasto de agua potable que no le impidió irse de vacaciones con su familia a una conocida playa del estado, una feria en la que se cobró hasta por respirar y de la cual no se ha rendido cuentas, y ahora las graves carencias en los servicios públicos.

Y para empeorar la situación, ahora que se le aplaude por un beneficio, resulta que lo están haciendo mal.

Gastón Espinoza
Es egresado de la facultad de Derecho y Relaciones Públicas, donde obtiene el título de Licenciado en Relaciones Públicas por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Además realizó diplomado en Mercadotécnica.
Desde hace nueve años es autor de “Posdata” que se publica en medios electrónicos de Ciudad Victoria, Tampico y El Mante.
Ha sido director de Comunicación Social en algunos ayuntamientos de la región cañera, así como jefe de prensa de varios candidatos a puestos de elección popular.
Además dirige un negocio dedicado a la edición e impresión de periódicos y revistas en El Mante.