El gobierno federal de López Obrador lo anunció con bombo y platillo.

Tras aprobar el Senado de la República la desaparición del Seguro Popular para dar paso al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), han surgido serias dudas en torno a la eficacia del nuevo plan de la 4T.

Todo en palabras suena dulce: Y es que, de acuerdo con el Gobierno de AMLO, “para alcanzar el acceso universal a la salud para toda la población es imprescindible transformar e integrar el sector, por lo que el Insabi buscará superar la inequidad, además de mejorar la calidad y eficiencia en la atención, con seguridad y humanismo”.

Se pretende garantizar la salud de 71 millones de mexicanos que no tienen IMSS o ISSSTE, cuenten con atención médica y medicamentos.

Hasta aquí suena bonito.

Lo cierto, es que llevar al terreno de los hechos estos decretos es otra cosa. Mientras el gobierno no combata la falta de personal médico y de medicamentos y, sobre todo, mientras no acabe con la mafia que existe en el seno del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales al Servicio de los Trabajadores del Estado, en donde grupos de médicos y trabajadores saquean las bodegas de medicinas, se roban los instrumentos quirúrgicos, y cobren por un trabajo que debería ser gratuito, el destino del Insabi es de todos conocidos: Fracaso, al igual que su antecesor, el Seguro Popular.

Los institutos de salud son rebasados por el número de pacientes. Ningún estado escapa a los hospitales que carecen de personal médico y de medicina. Tamaulipas está ubicado en un cuarto lugar en donde existen más quejas por la mala atención o nula atención a los pacientes, sean clínicas de salud, Hospitales del Estado o el IMSS, ISSSTE.

Con la entrada en vigor de la nueva estrategia para garantizar la salud de los mexicanos, las cosas siguen tal y como han permanecido por años. Por decreto, la corrupción y negligencia en esos hospitales no se terminan.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador debió comenzar por limpiar las entrañas de los hospitales y hasta de sus sindicatos., antes de anunciar su proyecto, porque todo indica que tendrá un destino incierto, ya que no se sentaron las bases para un viraje de fondo.

Y mientras el gobierno se aplaude solo, en la región cañera, aumenta el número de decesos por la falta de médicos en la zona, tanto en el Hospital General como en el Seguro Social, a punto tal, que familiares de los fallecidos han acudido a Derechos Humanos y a los tribunales.

Apenas ayer, documenté la queja de la familia de Miguel Ángel García, quien lleva cinco días internado en el IMSS y no ha sido revisado por un especialista tras presentar coágulos en su cabeza que ponen en riesgo su vida.

Migue fue atropellado y un estudio en una clínica privada determinó que presenta coágulos. El Doctor Jesús Almazán, responsable del paciente, no se presenta a la revisión y las enfermeras no se dan abasto y son ellas, las que reciben los reclamos de los familiares.

La familia de Miguel Ángel García está desesperada, tienen miedo de que ocurra algo peor.

Sus temores están fundados por el hecho de que al menos seis pacientes del Seguro Social han muerto por la falta de atención de especialistas.

El IMSS Mante sigue sin doctores. Andan de vacaciones.

La muerte recorre los pasillos del hospital y el gobierno de AMLO festeja su nuevo plan de salud.

PATRAÑAS CON LA AUSTERIDAD

Ayuntamientos que se caracterizaron por su nulo trabajo en obra pública, no dudaron en “lavar” su buen nombre con tremendas ferias.

En Ocampo, Chuy “lagrimitas” Puente, siempre se quejó de la falta de recursos para cumplir su palabra con la ciudadanía, mientras las quejas por la falta de agua potable y los pésimos servicios públicos eran el pan de cada día.

Desde la comodidad de su oficina, Chuy Puente le reprochó al gobierno federal los constantes recortes que hacían al presupuesto, pero queda claro, que el alcalde sólo justificaba su mediocridad. La pasada feria del pueblo, dejó de manifiesto que el edil buscó una forma cómoda para quedar bien con sus paisanos, por eso, no escatimó en gastar casi un millón de pesos en un evento ferial, echando abajo la teoría del recorte y de que primero el bien de las comunidades.

Mientras el gobierno del estado suprimió las actividades navideñas para evitar el dispendio, presagio de lo que viene, los municipios como Ocampo se fueron por el derroche. Habrá que ver de dónde se obtuvo los recursos para la feria y sobre todo, cuánto recuperaron.

EL BUEN CARLOS

Hasta pronto, amigo.

Fuiste ejemplo de profesionalismo desde las mismas aulas escolares en las que coincidimos.

Para muchos, verte en su trabajo era un deleite.

Fotógrafo excepcional, articulista contumaz.

Un fuerte abrazo para tu familia y a la espera de pronta resignación.

Compañero, maestro, amigo, Carlos David Santamaría Ochoa.

Gastón Espinoza
Es egresado de la facultad de Derecho y Relaciones Públicas, donde obtiene el título de Licenciado en Relaciones Públicas por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Además realizó diplomado en Mercadotécnica.
Desde hace nueve años es autor de “Posdata” que se publica en medios electrónicos de Ciudad Victoria, Tampico y El Mante.
Ha sido director de Comunicación Social en algunos ayuntamientos de la región cañera, así como jefe de prensa de varios candidatos a puestos de elección popular.
Además dirige un negocio dedicado a la edición e impresión de periódicos y revistas en El Mante.