Desde que entró el nuevo gobierno de la mal llamada 4T, ha habido una serie de cambios tradicionales que se ven en el México nuestro cada seis años, por la egolatría con que se han conducido nuestros gobernantes. Así, unos “mochan” el escudo nacional, otros ponen sus colores, sus logotipos y otros, cayendo en el gran ridículo de hacer cambios prácticamente totales, quitando el nombre oficial de nuestro país a un logot9po oficial.

En materia de salud no es la excepción: quieren poner o imponer su sello a costa de lo que sea, denostando a una institución como el Instituto Mexicano del Seguro Social, que si bien es cierto que tiene grandes yerros, no podemos decir que no ha servido para nada, como acostumbra afirmar el hoy presidente de México López, y que para él lo que vive nuestra nación tiene dos épocas, AP y DP, es decir, Antes del Peje y Después del Peje; pareciera que nunca hubo progreso ni nada por el estilo.

Cuan equivocado está el tabasqueño.

En Tamaulipas hemos tenido muchos gobernantes que han dejado huella, e inclusive los más “malitos” han heredado obras importantes. Así tenemos el acueducto de la presa, los centros culturales, hospitales, escuelas y mucha infraestructura, sin mencionar los servicios de seguridad, salud y más, que, insistimos, si no son suficientes, sí han permitido subsistir con ellos.

Así el IMSS que tanto critica López y que tiene una real problemática que surge hace unos 20 años y es por la falta de capacidad parar hacer frente a la enorme demanda ciudadana, propiciada por una crisis en que se encuentra México que ha orillado a los que iban con médicos particulares a atenderse en el Seguro Social, con la consecuente carga de consultas, estudios y más.

Si usted va al hospital de la Loma, se dará cuenta que hay una sobredemanda de servicios, y humanamente NO ES POSIBLE dar una respuesta mágica a todos.

Quisiéramos llegar y recibir la atención inmediata, pero somos miles los derechohabientes, y el dinero no alcanza para enfrentar los retos de salud que existen hoy en día.

Miles de nosotros tenemos problemas relacionados con la diabetes, que incluyen tratamientos mucho muy costosos, y cada día somos muchos más, propiciados por otros problemas sanitarios que surgen ante la complacencia de una autoridad a medias.

Es cierto que no estamos contentos con que nos den cita con un especialista para dentro de seis u ocho meses, pero ¿qué podemos hacer si no les dan dinero? El gobierno de López recortó presupuestos en salud y ahora es difícil, muy difícil contratar a médicos que hagan frente a las necesidades actuales, por lo que la consulta se retrasa. Los medicamentos con muchos más, y no se les da dinero para comparar, y así podemos ir mencionando cada cosa que sucede en torno el IMSS.

Lo que sucede es que nadie quiere declarar que López nos está recortando y llevando al pozo, porque siendo el presidente, suponen que puede ser algo así como suicidarse o echarse la soga al cuello.

Urge que alguien les diga a los ciegos de la 4T que México es otro, y que dejen de comparar: México enfrentaba sus problemas sanitarios como podía, pero lo hacía. Hoy, los de la 4T no son capaces de comprar una caja de aspirinas sin echar estiércol a “los que estaban antes”, porque es lo único que les preocupa: que se sepa que son incorruptibles, aunque para ello no trabajen y gasten en simulaciones que pretender engañarnos.

Alguien tiene que decirles que en el IMSS hay gente valiosa que no tiene con qué trabajar, y que se requieren fondos para ello, que no es mágico el asunto, y que en lugar de comparar, atiendan la problemática que puede llevarnos a padecer enfermedades sociales muy grandes, caras y de consecuencias funestas, que probablemente no pudiéramos enfrentar si no existiera el IMSS, que por cierto, surge antes de que estos vividores de la política asaltaran el poder.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.