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Y, ¿Dónde está la ley?

Por: Carlos Santamaría El Día Miercoles 07 de Agosto del 2019 a las 17:35

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A pesar de todo lo que vemos, al parecer en Victoria no hay ley que valga, ni autoridad que la haga valer. Prueba palpable de ello es el enjambre que se conforma todos los días frente a las instalaciones de la Clínica Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, allá en “la Loma”, y que configura todo tipo de negocios… y arbitrariedades.

Sin el menor asomo de higiene podemos visualizar puestos de tacos, gorditas y todo tipo de fritangas malolientes, llenas de grasa y de quién sabe qué cosas más, propiciando un ambiente insalubre, antihigiénico, hediondo y por supuesto, ilegal.

Nos preguntamos donde estarán las autoridades que certifican la validez de los métodos sanitarios, o los que evitan que nuestras banquetas se conviertan en restaurantes populares, donde una gran mayoría de trabajadores del IMSS puede comprar sus desayunos o almuerzos, haciendo de estas cosas una actividad más que rentable.

Qué buen que existe, cierto, pero… ¿no podría ser dentro de la legalidad y la higiene necesaria?

Por qué tenemos que soportar la ilegalidad: ¿porque no quiere enfrentar nadie a los rijosos que se ostentan como dueños de estos puestos? ¿Qué trabajo les cuesta vender alimentos, según sus habilidades y preferencias, dentro de un marco de sanidad e higiene, para seguridad de los comensales que acuden por decenas -cientos- a diario a engrosar sus cuentas de ahorros?

Es simplemente aplicar la ley y obligar a los que hacen dinero en la banqueta, un lote que no pagan, por cierto, a que mantengan la higiene de un sitio que es público y que orilla a los que vamos caminando a bajar de la banqueta, cuando un grupo de peseros y muchos salvajes más nos ponen en riesgo cada vez que aceleran sus máquinas vetustas y con placas también ilegales, por cierto.

Nos preguntamos por qué hemos de transitar en la ilegalidad siempre. Si son los peseros, caminan con placas vencidas, sin licencias, infringiendo los límites de velocidad y los ordenamientos del transporte público; si son los vendedores de alimentos, basta ver las calles llenas de manteca que tiran y nunca limpian, pensando que alguien tiene la obligación de hacerlo por ellos. Seguramente muchos de ellos no sabrán lo que es pagar derechos o impuestos, en detrimento de los que procuramos o exigimos una ciudad y un municipio dentro de la ley.

Y nos podemos seguir y encontrando que la mayoría actuamos fuera de la ley, pero somos muy buenos para exigirle al ineficiente Cabildo que actúe con regularidad y legalidad, siendo que, dese el titular del Ayuntamiento no cumple con lo ordenado por la ley, mucho menos sus condescendientes que se sientan en todas las leyes existentes.

El estado de derecho no existe y eso lo sabemos. Cada uno hace de la vida en Victoria lo que quiere y a la hora que quiere, permitiendo que haya esas infracciones a las leyes y orillando a todos a vivir en una anarquía que compromete y que no se puede denunciar porque las represalias están a la orden del día.

Como que ya es tiempo de exigir a las autoridades que se cumplan las leyes; los diputados que tenemos y que están a punto de salir deberían hacer algo por nosotros y exigir a los funcionarios cumplimiento a todo tipo de leyes, y hacer que la ciudadanía complete, entera, en su totalidad cumplamos con las leyes que fueron creadas para dar un orden a la convivencia de nuestro municipio y que no se respeta por ningún motivo, desde quien encabeza la autoridad deficiente hasta el último de los conciudadanos.

Pero si seguimos solapándoles a los legisladores, a los funcionarios, a los servidores públicos, poco podemos esperar de la ciudadanía que, sin cargo alguno busca la manera de convivir sacando una ventaja que da el vivir fuera de la ley, y brincando todo tipo de argumento legal que podría ser la diferencia entre ser una ciudad amable, cuna ciudad dentro de la ley y la vacilada que somos ahora, encabezada por un tipo que lejos de bailar zumba no sirve para maldita la cosa.

Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com

Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.

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