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Buena actitud de gobernadores norteños con el presidente electo

Por: Carlos Cortez El Día Jueves 11 de Octubre del 2018 a las 08:09

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Si bien es cierto que ser un político antisistema, en la actualidad, es una estrategia de campaña, es una moda, aprovecha las crisis del sistema de partidos o todas las anteriores, también es cierto que el prometer no empobrece y el dar es lo que aniquila.

Alrededor del mundo vemos ejemplos de que presentarse ante la opinión pública como un político antisistema, o un antipolítico, es la forma de abrirse camino en el campo electoral.

Son numerosos los ejemplos de discursos antiestablishment o contra sistema que han ganado el apoyo o el voto de los ciudadanos en campaña, pero a la hora de gobernar entran en una profunda crisis de identidad y credibilidad. Y muchos se quedan, lamentablemente sin saber qué hacer.

En Perú, Alberto Fujimori llegó al poder en 1990 sin experiencia política previa pero sólo dos años después impulsaría un autogolpe de Estado, con la bandera de sentar las bases de un Nuevo Perú y romper con la partidocracia. Y hoy es juzgado por los delitos de usurpación de funciones, secuestro, corrupción y peculado, entre otros.

En Venezuela, Hugo Chávez, llegó con un discurso semejante en 1998 cuando ganó por primera vez las elecciones presidenciales con la promesa de romper con el duopolio partidista que dominó ese país por más de cuarenta años.

En Europa, Jeremy Corbyn, líder del partido laborista, ha mantenido un discurso anti-Unión Europea desde la década de los 70s. También Emmanuel Macron, prácticamente un desconocido, pero que, en las elecciones presidenciales francesas de 2017, logró hacerse de la victoria como candidato de su movimiento En Marche!.

En Estados Unidos está Bernie Sanders, el Senador por Vermont que le disputó la candidatura demócrata a Hillary Clinton, con un discurso autodenominado “socialismo democrático” y que logró ganar gran popularidad entre los jóvenes. Y desde luego, tenemos el caso de Donald Trump, quien probablemente mejor representa esta disrupción de la política tradicional, con un discurso abiertamente racista, sexista y xenófobo no solo como candidato sino ahora como mandatario.

Recientemente en las elecciones presidenciales de Colombia, Gustavo Petro irrumpió la escena política con una serie de propuestas de gobierno contrarias al establishment tradicional y tras la segunda vuelta, puso a los electores en la encrucijada de elegir entre dos opciones políticamente opuestas.

Y más recientemente, Jair Bolsonaro se habría llevado la victoria de la elección presidencial de Brasil, si no hubiera segunda vuelta electoral en aquel país, a pesar de su retórica abiertamente homofóbica, racista y misógina.

La cosa pública, los asuntos del gobierno, no son acción de un solo hombre ni ocurrencias. Eso queda más que claro. Sin embargo, cuando hay claridad de pensamiento, cuando quien ejerce el poder y el gobierno lo entiende, cuando sabe que hay que sumar a las acciones públicas a los mejores hombres y mujeres, independientemente de ideologías y partidos de origen, entonces, se lograrán los mejores resultados para la comunidad.

No podemos perder de vista a la política como la ciencia y el arte de gobernar, como la ciencia y el arte que trata de la organización y administración de un Estado en sus asuntos e intereses.

Todo esto lo pongo en el tapete de la discusión debido a que en México pasó algo similar. Durante más de veinte años, Andrés Manuel López Obrador llevó su discurso antisistema por todos los rincones de México. Y tras tres elecciones presidenciales no logradas, el primero de julio pasado ganó la presidencia de México. Y así, golpeando a la mafia del poder, criticando a los señoritingos, hablando de la prensa fifí y acusando a Riky Rickin Canallín, entre otros argumentos de campaña con los que recorrió el país, finalmente López Obrador obtuvo el triunfo electoral. Sin embargo, y como del dicho al hecho hay mucho trecho, López Obrador ahora tendrá que empezar a cumplirle a los mexicanos.

Él, Andrés Manuel, sabe que no podrá hacerlo sólo; sabe también el presidente electo que tiene que sumar a quienes le ayuden a concretar los proyectos y tiene muy claro que ganas más con una gota de miel que con un barril de hiel, a pesar de que haya personajes en su equipo de trabajo que insistan en que el tabasqueño se ponga los guantes y se faje con más de uno, lo que no sólo le va a dar muchos dolores de cabeza, sino que también podría terminar con más de uno de sus proyectos fracasados.

En al caso de la frontera de México, donde estaría construyéndose la Zona Franca, el presidente electo debe echar mano de la astucia, del conocimiento local, de los poderes estatales y municipales, desde Tamaulipas hasta Baja California, y, por supuesto, de los actuales mandatarios locales, que son quienes conocen el territorio, problemáticas, a la gente y todo lo que sume a la hora de consolidar la zona franca.

Y así, ayer, Andrés Manuel López Obrador se reunió con los gobernadores de los estados fronterizos y algunos alcaldes, en la que me confiaron fue una reunión muy constructiva y con un muy buen ambiente de trabajo. Fue, según quienes estuvieron presentes en esa reunión, un buen ejercicio de cordialidad entre el presidente electo y los gobernadores, que promete llevar este barco a buen puerto, aunque será algo sin duda complejo, pero cuando hay voluntad política de las partes, hay lo necesario para obtener los resultados deseados.

A la reunión asistieron el Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca; la Gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano; los Gobernadores de Coahuila, Miguel Riquelme Solís; de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid; de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón; y de Chihuahua, Javier Corral Jurado.

  1. 1. Por cierto, le comento a Usted que el Presidente Municipal de Ciudad Madero, Adrián Oseguera Kernión, declaró a los medios de comunicación que se lleva muy bien con los alcaldes de la zona conurbada.

Textualmente, Oseguera dijo que “con Jesús Nader he hablado tres veces en una semana, cuatro veces; he hablado con el Gobernador de Tamaulipas también, hay excelente relación. Yo me llevo bien con todos. Yo no sé hacer enemigos y yo creo que no estamos en condiciones de pelearnos con nadie. Se deben tumbar esas barreras que se construyeron durante varios años entre nosotros los municipios y el Gobierno del Estado. Con el Gobierno del Estado va a haber una excelente relación, porque yo te puedo asegurar, te lo firmo, que al Gobernador -García Cabeza de Vaca- le interesa que le vaya muy bien a la zona conurbada, y a nosotros también. Entonces ya estamos de acuerdo. Aparte, el Gobernador y yo somos virgo”.

  1. 2. Mañana le voy a platicar con lujo de detalle de la comparecencia del Secretario de Educación de Tamaulipas, Héctor Escobar Salazar, ante los diputados del Congreso Local, en donde por cierto le fue muy bien. Sin embargo, en los mentideros políticos, se dice con mucha insistencia que quien encabeza la campaña en contra del Secretario Escobar es Mario de Jesús Leal Rodríguez, titular de la Unidad Ejecutiva de la Secretaría de Educación, quien no se cansa de buscarle problemas a sus dos jefes.

Gracias por recibirnos. Sus comentarios son bien recibidos en nuestro correo electrónico hipodromo.politico@gmail.com. Y también estamos en twitter @CarlosCortesMX.

Columnista en HOYTamaulipas 

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