Cada Diciembre es una fecha muy especial para las familias, es el mes donde se reúnen el mayor número de sentimientos del año en cada uno de los integrantes de la sociedad, es el tiempo que concentra las memorias del año, los buenos deseos del siguiente, la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, el día de la aparición de la Virgen de Guadalupe, mexicana y ya universal y las reuniones familiares únicas en torno a nuestra religión, la familia y los buenos deseos. Diciembre es mágico, nostálgico, litúrgico, romántico y algunas veces lamentablemente trágico por los excesos. 

Todos esperamos esta fecha del año para reunirnos con nuestras familias, para hablar con los amigos, para hacer recuentos de los logros y de nuestras siguientes aspiraciones. Son los tiempos de las alegrías, de las lágrimas, de las sonrisas, de los recuerdos, de las nostalgias, de las añoranzas, de los abrazos, de la música, de los sonidos, de las fotos, de las comidas familiares, de los recalentados, de los juegos pirotécnicos, de los silencios cortos y de los suspiros largos, es la Navidad.   

La Navidad te da descanso y aliento, te da evocación, es decir, te trae recuerdos con sentimientos, te da el empuje para iniciar de nuevo. Es el ciclo perfecto que cierra un año para abrir otro, es el invierno con su frio que cerro el otoño y que precede a la primavera, es el clima que invita al descanso y a la reflexión, al calor de hogar a mirarnos de nuevo  a los ojos, para ver cómo estamos de salud, como seguimos con nuestros problemas, como  vamos con nuestros proyectos, es el tiempo del recuento para emprender de nuevo el vuelo.    

La naturaleza es muy sabia, correcta como sus estaciones, sus ciclos de lluvia, sus amaneceres, sus demandas de cuidados continuos y sus gritos desesperados a través de sus volcanes, terremotos, maremotos, cambios bruscos de temperatura, ciclones y sequias. Por eso hay que entenderla, comprenderla y caminar con ella porque solo somos pasajeros de su milenario viaje. Y los fines de año sirven también para ello, para valorar tiempos y condiciones de nuestro hogar familiar y el hogar universal que al fin de cuentas es uno solo.

Las mejores navidades son las de los encuentros y reencuentros de la familia, son las que se aprovechan esos minutos, horas y días para volverse a ver todos, para contarse, para ver lo que han crecido, lo nuevo que han aprendido, los logros estudiantiles y laborales, la llegada de la familia extendida, los cuñados, suegras, primos, sobrinos, en fin todo lo que solo las familias de México, tenemos esa unidad familiar ampliada que nos hace  ser uno de los países con los mejores indicadores mundiales de felicidad.

También son los tiempos de recordar a los que no están los que hace algunos meses o días o años se fueron físicamente pero que están y estarán siempre en nuestras mentes, en fotografías, videos, relatos, ellas y ellos que estuvieron con nosotros muchas navidades que se sentaron a nuestra mesa a comer, que nos dieron el abrazo de año nuevo, la palabra de aliento, el consejo oportuno, la caricia en nuestros tiempos difíciles, que compartieron muchas alegrías con nosotros estos días de navidad se nos hacen presentes con más fuerza en nuestros pensamientos, eso solo pasa en estos días de fin de año.

La navidad es compartir, es escuchar o lo que es lo mismos oír con atención, es tiempo de abrazarnos y decirnos lo mucho que nos queremos, es llorar y reír, es aquilatar y añorar, todo es posible, ¡es Navidad! Es el Nacimiento de Jesucristo, nuestro Padre, nuestra guía, nuestra inspiración y ejemplo para hacer y tener un mundo mejor. Disfruten la Navidad con todos sus seres queridos, reúnanse, quiéranse y sigamos todos preservando el mejor sentimiento que tenemos los seres humanos, el amor, feliz navidad a todos y bendiciones siempre. Face: @RamiroRamosSalinas, Twitter: @RamiroRamosSal, Instagram: @ramiro_ramos_salinas