Cuando se acercan las elecciones, aparecen con una sonrisa bobalicona, francamente  tirando a estúpida, donde mediante una caminata diaria, una abracito, el beso a ancianos y niños, crean un sentimiento de solidaridad con los menos favorecidos y salen estos a votar por quienes, una vez en el poder, se despojan de su disfraz y se convierten en el verdugo de sus representados, de aquellos que prometieron proteger y brindar las condiciones de seguridad, convivencia y darle las herramientas necesarias para provocar el despegue económico de la ciudad, región o país, según quien sea el elegido.

¿En qué cabeza, de qué tipo de economista, cabe pensar que los recortes al presupuesto destinado al campo van a favorecer la producción agroalimentaria? ¿Quién puede pensar que la liberalización del precio de la gasolina no va a afectar los precios al consumidor, sea esta un ama de casa o un empresario? La escalada de precios llegara al mismo tiempo que hay que pagar predial, tenencias, inscripción de hijos en escuela, y seguramente los controles de Lolita se endurecerán buscando obtener más recursos de quienes son sus clientes cautivos.

¿Qué va a hacer un padre de familia ante la disyuntiva de alimentar, proporcionar a sus hijos y esposa casa, vestido, entretenimiento y educación, con el mísero aumento al salario que le recetaron a la clase trabajadora, mientras los elegidos se dan la gran vida y se recetan sueldos de primer mundo en una economía complicada, en franca caída y sin una persona que pueda explicar claramente qué demonios está pasando en México? Porque seguir achacando a factores externos los problemas de este país nada más habla de una falta de conocimiento, de previsión, de capacidad para llevar las riendas administrativas: Estos políticos, si fueran empresarios, quiebran.

Carecemos de un líder visionario, que pueda ver las bondades productivas del país, su capacidad en cuanto a mano de obra y condiciones de producción, para alimentar a su población y exportar los excedentes, como algunas economías y regiones menos favorecidas lo hacen; pareciera que el interés es lentamente destrozar la planta productiva y convertirnos en un país maquilador e importador de bienes de consumo necesarios para nuestra supervivencia-

La verdad, nos la volvieron a hacer, como en aquella docena trágica, cuando entre 1970 a 1982 nos llevaron de la monotonía a lo chusco, al soñar con administrar la riqueza y despertar con una brutal devaluación, la creación del mex dólar, de ahí volar a la renovación moral de la sociedad (MMH) para continuar con nuestro TLC (CSG) y finalizar con el famoso error de diciembre y, además de otra brutal devaluación, el rescate de Clinton por más de 40 mil millones de USD

No podrá haber una economía fortalecida mientras el sector primario no sea entendido como una prioridad nacional; mientras a los agricultores y ganaderos no se les trate como lo que son, los motores y generadores del alimento de todas las familias de México y mientras nuestras autoridades no entiendan que la raza de bronce aguanta, pero todo tiene un límite y no despierten al México bronco que ahí sigue, latente, escondido, acechando.

Porque también, si como sociedad nos quedamos callados y a la vez, no hacemos nada por privilegiar el consumo de bienes nacionales, de comprarle pollo al ejidatario que lo hace con cariño y esfuerzo y preferimos comprar el pollo congelado americano de dudosa calidad, pues en las siguiente elecciones mejor vayamos a votar encuerados, por los mismos que nos ofrecen su sonrisa bobalicona y su frase hueca de apoyo, al fin y al cabo, que nos la volverán a me…

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Editorialista en HOYTamaulipas