En éste último mes hemos sido testigo de fenómenos democráticos y electorales inverosímiles. En su mayoría han sido afectados por dos cuestiones indiscutibles: el hartazgo social y el populismo.

Es más que evidente el fastidio que se encuentra latente a nivel global en contra de las élites políticas y económicas, lo que también se conoce como -establishment- político. Es manifiesta la inconformidad social con respecto a problemas como: la corrupción, la impunidad, la concentración y distribución de la riqueza (de los sistemas políticos y financieros), el corporativismo, el clientelismo, la herencia y tráfico de posiciones (tanto en el ámbito público y privado), los espacios plurinominales (o de fórmula, lista nacional o cualquiera de sus derivados) y la incapacidad de la globalización de impactar positivamente a todos los niveles sociales (cuestión que debemos reestructurar urgentemente).

Estos ciudadanos hastiados, han pasado de la apatía política a la participación radical. Personas molestas que culpan en general a los gobiernos de su situación económica (que en gran parte sí lo serán), y en su frustración pierden la confianza en los partidos tradicionales tanto de izquierda o derecha.

Ejemplo de estos fenómenos son la alternancia en los gobiernos estatales priistas, el referéndum que decidió la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), el ungimiento de Donald Trump como candidato republicano para la presidencia de Estados Unidos y el crecimiento del partido MORENA en México.

¿Por qué ha resultado más atractiva el área popular derecha? A pesar de apelar al nacionalismo, racismo y proteccionismo, sus acciones son ligeramente moderadas en comparación a la actividad de los grupos de izquierda radical. Asimismo la derecha en teoría resulta responsable con las finanzas públicas.       

Prueba de ello es el comportamiento delictivo que presenta la CNTE, que independientemente de los objetivos de su lucha, es inaceptable que reaccionen con incesantes marchas, robos, secuestros, bloqueos, humillaciones y hasta torturas. Recordando que Andrés Manuel López Obrador, presidente plenipotenciario de MORENA los apoya, al menos de manera unilateral.

Históricamente, los gobiernos emanados de movimientos populistas han demostrado una y otra vez ser autoritarios, irresponsables con las finanzas públicas, opresores, violentos y segregadores. Además en una economía interconectada a nivel global, causan velozmente desconfianza en los mercados.

Prueba reciente de ello son los efectos negativos inmediatos que ha tenido la decisión de los ciudadanos británicos con respecto a la salida del Reino Unido de la UE. Caída de la libra frente al dólar y el euro, inflación y retroceso de los mercados. El gobierno británico afirma que dicha salida de la UE costará en promedio 4,300 libras (105,000 pesos aprox.) anuales por persona. Asimismo el ministro de economía, George Osborne, ha dicho que Gran Bretaña será más pobre y deberán enfrentar recortes y ajustes.

Han sido tan evidentes las consecuencias contraproducentes, que estudios sociales han demostrado que gran parte de las personas que votaron por abandonar la UE, hoy muestran arrepentimiento.

El futuro político/económico mundial tiene una tendencia irreversible de interconexión global, consecuencia  de la apertura económica liberal. Intentar evadir este hecho tendrá repercusiones funestas, igualmente confiar el futuro de las naciones a líderes populistas demagogos. No lo digo yo, lo dicen los hechos históricos.

Es importante dirigir el destino político mediante el voto racional, no comprar ilusiones irrisorias y buscar ofertas de gobiernos moderados, tolerantes, responsables, abiertos, plurales, incluyentes, austeros, honestos y con perspectiva al mérito. Todo ésto de manera legítima y probada. Sobre todo evitar líderes políticos que no permiten colaboradores que puedan hacer sombra y solo toleran en sus equipos a subalternos. El culto al ego ha muerto.

Cenizas de la revolución: Mientras en el PRI Estatal se continúa hablando de reestructura, y sus jóvenes “herederos” consideran que es cuestión generacional, el gobernador electo nombró su equipo de transición con al menos un perfil proveniente de la cultura del mérito y la honestidad, ajeno a los ejercicios de administración pública pero con amplios conocimientos y experiencia en su área de responsabilidad.

Sandro Cappello

Es Director de Investigación Político Sociales en Consultores y Asociados ESTATAM, con presencia en el noreste de México. Además es docente a nivel Maestría.