Obispo de Tampico encabeza fiesta de San Isidro en El Mante; oran por las lluvias
Tampico, Tamaulipas. - Para pedir por las anheladas lluvias, la comunidad católica de la Diócesis de Tampico estuvo orando en la parroquia de San Isidro Labrador, ubicada en El Mante, en cuya fiesta patronal se pidió de manera tenaz porque acabe este prolongado estiaje en el noreste de México.
Es así que en el marco de la fiesta de San Isidro Labrador se oró por el buen temporal en el ejido Celaya, en El Mante, hasta donde llegaron pobladores y productores pecuarios y agrícolas, pues es clara la desesperación de todos los habitantes por haberse prolongado este escenario de insolación.
Durante la homilía, el obispo de la Diócesis de Tampico José Armando Álvarez Cano reflexionó sobre la ausencia grave de las lluvias en prácticamente todo el país, siendo este un panorama completamente adverso para las actividades agrícolas de los ejidatarios del país.
Monseñor pidió durante la misa que la tierra sea bendecida por Dios, que las lluvias empiecen a caer en Tamaulipas, y que no sólo los agricultores tengan agua, sino que también los habitantes de las principales ciudades de la entidad tengan el abasto suficiente del vital líquido.
"Queridos hermanos muchos de ustedes al igual que yo sorprendidos por la falta de lluvias que hay en nuestro país, a lo largo de nuestros años faltaba agua en una parte, faltaba agua en alguna otra, se escaseaba en una presa, pero hoy qué tristeza que en toda la mayor parte de nuestro país estemos viviendo una crisis tan grande, y como decíamos al inicio de nuestra celebración no solamente para nuestros campos sino especialmente para las personas", precisó.
"Tener que estar desde un día antes en la fila para lograr una barrica en muchos pueblos, tener que recorrer kilómetros para conseguir una cubeta de agua y mantenerla, quizá nuestra región especialmente por estar cerca del Mante, tener este ojo, nacimiento de agua, no vemos la necesidad y la gran carestía que hay, en mi Estado de Michoacán atravesar los lagos caminando es sin duda un motivo de tristeza y de dolor por nuestra tierra, y es precisamente lo que eso hoy nos reúne para pedir al Señor la lluvia para nuestros campos, pero también para tomar conciencia de la importancia que está adquiriendo el agua en la vida de la humanidad", completó.
Al término de la ceremonia religiosa, Álvarez Cano se colocó en un lado de la vía principal del ejido para bendecir el paso de todas las unidades vehiculares, de trabajo y tractores de los comuneros, así como de los mismos ejidatarios, arrojándoles agua bendita y pidiendo a Dios la pronta presencia de las lluvias.
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