A lo largo de mi carrera de reportero y encargado por décadas de un importante noticiero de la televisión regional, me tocó conocer a muchos funcionarios, entre ellos a gobernadores, desde el Dr. Emilio Martínez Manaotou, cuando vino a Tampico a inaugurar la mayor tienda departamental de la región en la zona dorada y a todos los que lo sucedieron, hasta el penúltimo, Francisco García Cabeza de Vaca.

Hablar de los gobernadores es recordarlos sobre su aspecto general y comportamiento público. Martínez Manaotou, por ejemplo, era un mandatario serio, un tanto inconforme con el cargo, que regularmente, según la vox populi, era seducido por el “Baco Frances” y luego vino el Ingeniero Américo Villarreal Guerra. Hombre educado y formal que sin aspavientos llevó su gestión a la obra pública, enfocado más a lo hidráulico.

Le siguió Manuel Cavazos Lerma, matamorense de cuna humilde, pero de mente brillante y estoica, y con creencias paranormales y en ocasiones supersticioso. Cavazos creyó en verdad poder hacer un canal intracostero que uniría las lagunas de México, en especial las de Tamaulipas, con ríos y esteros de todo Norteamérica, sueño, que con tan solo su estudio de impacto y construcción, nos costó una fortuna.

Y llegó el momento de otro nacido en Matamoros, el joven ex campeón de oratoria, Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien bajo el ´padrinazgo de Rodolfo Montemayor fue escalando posiciones hasta llegar a la gubernatura de Tamaulipas, convencido de que podría ser presidente de México, pero el destino lo alcanzó y con procesos internacionales a cuestas la cárcel lo ha cobijado por años. 

Y vino el corazón de Tamaulipas, el oriundo de la capital, Ciudad Victoria, Eugenio Hernández Flores, hombre con facilidad de conquistar a la gente y quien con rollo y astucia llevó a sus amigos a la quiebra, a la cárcel y al auto exilio, pero también a otros a la riqueza económica inagotable. Geño, hoy candidato del Partido Verde a una senaduría quiere venganza tras su encierro en el sexenio de su archi enemigo Francisco Cabeza de Vaca y es por ello que anda en la grilla.

De Egidio Torre Cantú hay poco que contar, él llegó por la trágica muerte de su hermano Rodolfo, asesinado a la salida de Ciudad Victoria, cuando un grupo bien organizado de sicarios le cerraron el paso dándole muerte, junto con otros acompañantes. Fue entonces Egidio quien lo relevo sin mucha trascendencia.

Y después le llegó la hora al panismo, Cabeza de Vaca, con una campaña bien planeada por años logro posicionar la marca de los cuernos largos y arribo al palacio de gobierno llevando consigo a un reducido grupo de gente de Reynosa, desplazando a los del centro e inclusive a los del sur. Su poder solo lo compartía con sus hermanos y unos pocos más y hoy con la justicia acechándole busca un cargo con fuero, pero que al parecer se le derrumbó.

Y apenas hace un tiempo llegó un nuevo partido, el de la cuarta transformación, donde el Dr. Américo Villarreal Anaya, configura sus estrategias para darle su sello a las regiones de Tamaulipas, que esperan ansiosas el despegue verdadero con la ayuda de quien sea presidente, que demuestre que el que quiere lo puede. 

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Guillermo Gutiérrez González

Matamorense de nacimiento, adoptado hace 40 años en Tampico, ex Director de Noticieros de Televisa del Golfo por 37 años, autor de la columna “Vientos del Sur” con temas políticos y sociales del acontecer del país, pero con enfoque a Tamaulipas y en especial al Sur de la entidad.