No hay que echar en saco roto la recomendación que el activista Fernando Campos Martínez les hace a los aspirantes a cargos de elección popular, a fin de que se preocupen más por el bienestar de la gente que por intereses personales en el proceso electoral concurrente.

El dirigente del Frente Ciudadano (FC) ha dejado en claro que ninguna prisa tiene en sus aspiraciones políticas y considera que sería correcto que los senadores, diputados federales. alcaldes y legisladores locales cumplan sus encargos para los que fueron contratados, antes de pensar en ‘saltar’ a otras posiciones.

Sobre todo, cuando tras ser electos no regresan a las localidades para dar cumplimiento a sus promesas de campaña.

Dice que le da mucha risa que a estas alturas algunos diputados estén montando sus casas de gestión –aunque tiempo han tenido de sobra en los dos años de su ejercicio-- cuando sólo faltan seis meses para desarrollar la próxima elección.

Habrá, sin embargo, quienes digan que Fernando sangra por la herida, al no haber sido tomado en cuenta por ningún partido para contender por la alcaldía de Victoria –como una iletrada ‘escribana’ que al municipio le llama Ciudad Victoria--, a lo que el activista se adelanta, para responder que: ‘Mi lucha no es por las próximas elecciones, es por las futuras generaciones, al ser éstas quienes se beneficiarían o saldrían perjudicas con la actuación de quienes logren instalarse en el Congreso de la Unión, en la LXVI legislatura del Congreso local y los 43 ayuntamientos en que se divide la geografía del estado.

Reitera que está sufriendo una persecución política, por lo que prepara dos denuncias: 1) Ante instancias federales; y 2) organismos internacionales pues, presuntamente, se le persigue por ser adversario.

“Yo no soy un adversario político, ahí se están equivocando, ya que no soy un adversario político de la administración estatal ni de la municipal. No tengo ningún problema con nadie; soy un ciudadano, nada más, que busca el beneficio de la sociedad, hacer cosas buenas por la gente”, dice.

Igual, confirma que no se ha pronunciado jamás por un interés político.

De cualquier forma, asoman texto servidores pretendiendo manchar su imagen.  

Placeo recurrente

Por lo que respecta a los aspirantes de morena a las candidaturas a cargos edilicios y diputaciones, sé que muchos de ellos acuden ante los ‘mecenas’ sempiternos y los de la nueva ola, para recolectar recursos con qué cubrirle salarios a sus abusivos colaboradores; para sus gastos de representación y propaganda política, pues, se supone, en la campaña proselitista de este proceso más posibilidades tendrían de ganar quienes gasten millonadas de dinero en publicidad, carteles, engomados, espectaculares, plumas, vasos, mandiles, gorras y cuanta artículo les oferten, por lo que se hace necesario traer el morral repleto de billetes.

De cualquier forma, en esta lucha intestina los aspirantes se sacarán los ojos unos a otros, pese a que la dirigencia estatal se ha encargado de advertirles que el juego será sin inclinaciones sospechosa de la balanza.

Y es aquí, precisamente, donde se debe considerar que cuando un ser advierte su impotencia para alcanzar el éxito, pero se niega a admitirlo públicamente, comete todo tipo de tonterías por sufrir alteraciones extremas en su estado anímico, que regularmente rayan en la desesperación.

Este sería el caso de quienes parecen haber perdido totalmente la esperanza de ganar los procesos internos partidistas para designar candidatos.

Por ello recurren a la confrontación. No respetan las reglas del juego –como era de esperarse--, ni asimilan su estrepitosa caída en el ánimo de las bases que al darse cuenta de que sus mensajes son sólo bravuconadas les vuelven la espalda y los dejan solos con su amargura y habladurías, en el mejor de los casos.

Eso acarrearía escisiones en morena, pero los jerarcas partidistas no lo entienden así. Se cierran al diálogo y ya preparan lo que sería su próxima embestida: imponer candidatos, so pretexto de haber sido los más favorecidos en las encuestas.

Es éste su último recurso sucio.

Y todos los perdedores lo saben muy bien. Tanto que sus personeros una y otra vez se han reunido con gente de partidos antagónicos a los suyos tratando de vender su ‘capital político’. Pero sin éxito aparente.

Por lo mismo, no debe extrañarnos si en los días venideros vemos que algunos aspirantes con menos probabilidades de triunfo anuncian que abandonan la competencia.

De ellos todo puede esperarse. Y más por saber que éste, quizá, sea el último tren en sus mediocres carreras políticas.

Cicuta

El berrinche que Maki Esther Ortiz Domínguez hizo, al negársele acceder a la zona vip de ‘El Patinadero’ de Ciudad Victoria, durante la gira de Claudia Sheinbaum Pardo, es muestra clara de que su carrera política va en caída.

Esto, por dos motivos:

1) En morena no la quieren, porque se sospecha que es una ‘infiltrada’ de la ultraderecha; y

2) Por querer medir fuerzas con quien manda políticamente aquí en el estado.

Correo: jusam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.