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La futilidad

Por: Alejandro de Anda El Día Lunes 09 de Octubre del 2023 a las 09:27

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LO CLARO. La conciencia colectiva se establece a partir de la importancia y la repetitividad con que un hecho de gran trascendencia, se hace preponderante su vigencia.

 

Se han logrado sendos avances sobre todo en el espectro del cuidado de la salud.

 

Vacunaciones y campañas exitosas que lograron erradicar agentes mortales como la viruela negra, hoy la erradicación de la poliomielitis y otros fantasmas mortales que, gracias a la persistencia y cuidados comunes, la batalla la ha ganado la humanidad.

 

La Universidad Autónoma de Tamaulipas suma su enorme capacidad de acompañamiento a la lucha que un día sí, al igual que el que le sigue, emprenden las autoridades salubristas en pro de garantizar el paso firme en contra del cáncer de mama y cervicouterino.

 

En el ‘mes Rosa’ como se constituye precisamente a octubre, encomiamos el esfuerzo colectivo para brindar detección oportuna en correlación de apoyos entre IMSS y la UAT en este caso.

 

Las pruebas gratuitas de Papanicolaou, exploración mamaria y mastografía, son herramientas del mayor alcance para que nuestras mujeres sea una población sana.

 

LO OSCURO. La enorme cantidad de sinónimos y significado que encierra la palabra fútil, nos mueve a pensar que debe tener una gran presencia e importancia en nuestra vida diaria.

 

La realidad de su contenido, es su no-contenido. Es decir; fútil es carente de interés, de importancia, sin utilidad, pamplinadas y otros adjetivos que quizá no debamos traer a esta charla.

 

En 1974 la baladista puertorriqueña Nidia Caro se consagraba en el festival de la canción OTI Internacional con una canción émulo de lo que hoy tratamos “Hoy canto por cantar”.

 

No era una canción de protesta. Era una melodía de hartazgo y sobre el sentido de la responsabilidad en la vida. “Me da pereza abrir la boca, para decir lo mismo que dijeron tantos…”

 

De manera ordinaria el ser humano –según los analistas- ‘gasta’ 7 horas diarias de su vida frente al aparato móvil en su mano. De éstas, seis se dedican a las redes sociales. Quizá la hora restante sea para llamar por teléfono, tomar fotografías u otra de las mil aplicaciones que ya contiene su ordenador portátil.

 

¿Alguna productividad en esa inversión de tiempo? A menos que sea usted desarrollador de softwares o vendedor en línea, la realidad es que tal inversión de tiempo es un total desperdicio o una futilidad. Que nos otorga entretenimiento o quizá alguna disociación de la realidad. El resumen es que no aporta en su generalidad nada a nuestra vida, pero nos resulta grato y lo aceptamos.

 

Ahora vea.

 

Desde el grito de Dolores a cargo del cura Hidalgo (que buscaba con la emancipación de la corona española, subirse a la regiduría de la nación independentista donde seguramente habría jugado un papel preferencial) y hasta la actualidad, habrán transcurrido 213 años aproximadamente.

 

Sólo los cercanos al poder lograron los beneficios de ser encumbrados políticamente y la gran masa restante, obedecemos –hasta la fecha- por consecuencia su mandato.

 

Es decir, le resulta fútil a cada mexicano que no pertenezca a ese selecto círculo, las ambiciones de colores o plataformas políticas, sean cuales fueren.

 

Y es ‘apalancados’ en esa futilidad con que el mexicano vemos a la especie política, que nos desentendemos y optamos por seguir y votar por aquel que ‘más ruido haga’.

 

Con el gran respeto que le merece a este escribano, la clase política neolonesa hace gala de lo expuesto.

 

Varios años atrás, en un total desparpajo y evidenciando que la política no les era trascendente a su productividad y desarrollo, otorgaron las riendas de una de las ciudades más importantes a un joven de capacidades distintas de la mayoría, en siglas del albiazul. Madero era su apellido.

 

No era su capacidad histriónica ni sus merecimientos políticos los que lo encumbraron.

 

Hicieron lo mismo años más tarde, demostrando que los partidos eran lo de menos. Un ‘ranchero’ que hablaba “con franqueza” fue capaz de convencer que habría otros modos de gobernar.

 

Hoy la vida no les resulta distinta. Sin mayores medallas conocidas, LAS REDES SOCIALES hicieron posible que una elección de la mayor importancia diese la oportunidad a un muy joven hombre, con un talento invertido en la popularidad de su bella esposa.

 

Y va de nuevo. Las redes sociales y el total desparpajo o desapego de lo que el mexicano considera como una futilidad (la política) le pone en la antesala de una curul senatorial e inclusive ser nominada a contender como representante de género, por la primera silla del país. La bella esposa del gobernador neolonés.

Y tan despreocupados nos encontramos de tal asunto, que los números de las preferencias podrían comenzar a ascender.

 

Y … ¿qué es la vida, sino un camino de futilidad donde nos lamentamos sin hacer nada para eliminar la causa? Acaso buscar a quién culpar.

 

COLOFÓN: Decía la canción de Nidia Caro “La gente quiere oír canciones para olvidarse del dolor de nuestra Tierra; de nada sirven las ilusiones, si una canción jamás podrá parar la guerra”.

Ya con que haya despensita y una promesa de beca pa’ ponerle más saldo al cel… ¡Pues que vivan nuestros políticos!

 

 

alejandrodeanda@hotmail.com

@deandaalejandro

HECTOR ALEJANDRO DE ANDA CORTEZ

Colabora en medios impresos y en portales informativos electrónicos. La Columna Claroscuro se publica desde 2007

La columna Claroscuro se publica desde el 2007 en los mismos medios, trisemanal.

Especialmente tocamos temas económicos y de política en general.

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