Es claro que, en la política por la naturaleza de la competencia, siempre van a existir posturas encontradas y confrontaciones, eso tan predecible como añejo. La cuestión es que pareciera que al paso de los años en lugar de tratar de crear un ámbito de mayor civilidad y respeto, se generan ámbitos muy ríspidos y de mucho golpeteo.

Con la proliferación de las redes sociales esto se ha magnificado, ya que se utilizan medios electrónicos y plataformas para difundir, calumniar, desacreditar, etc. Después pareciera una carrera de haber quién es capaz de generar mayor contenido con efectividad demeritoria para debilitar a sus adversarios. De ida y vuelta se ponen los fregasos y se vuelve en una lucha constante para denostar.

Entre la búsqueda de información entre contrincantes, la invención de notas, creación de chismes y de diferentes métodos para desestabilizar. Ya a estas alturas uno sabe que eso sucede y que inclusive se contratan a personas especializadas para la generación de campañas negras, como lo fue el caso en su momento de la que fue objeto el actual presidente de la república, cuando fuertemente sus antagónicos pagaron y promocionaron la campaña que pregonaba que él era un peligro para México.

Dicha campaña por cierto creada por un consultor que ni mexicano era, Antonio José Solá, de origen español. Solá utilizó entonces la estrategia del contrataque, pero sobre todo el miedo, contra López Obrador que en ese entonces lideraba distintos sondeos de opinión.

Ahora, Solá, considera que López Obrador ya no es un peligro para México, pero hace 12 años fue visto como el artífice de la campaña panista que ayudó a llevar a Felipe Calderón a la Presidencia. Y aunque en aquellos años ni él mismo creyera todo el contenido que generó, pero cumplía con su tarea de ser un agente contratado para llevar a cabo la encomienda que le pidieron.

En la actualidad seguimos viendo todo eso, con él y con muchos, simplemente hay que voltear a ver lo que está sucediendo en nuestro propio estado. Cuando los argumentos o la capacidad de mostrar resultados se acaban, se recurre a todo este tipo de métodos de descredito y desinformación. Puede ser algo tan previsible como común, pero habría que preguntarnos a estas alturas, ¿Quien realmente sale ganando con la proliferación de todo esto?

Si analizamos los países y/o las sociedades con mayor estabilidad social y económica en el mundo, vemos que entre más avanzan cualitativamente, menos se dan este tipo de cosas. La conciencia humana y espiritualidad puede llegar a ser la herramienta más valiosa y poderosa de todas, pero hasta estos tiempos la mayoría simplemente decide por no armonizar la fraternidad con nuestras acciones.

Podemos resumir esto en dos ejemplos claros, Mahatma Gandhi dijo que “La violencia es el miedo a los ideales de los demás” y que si asi actuamos, que “ojo por ojo, el mundo acabara ciego”, o como tan preciso y claro afirmó Isaac Asimov:

“La violencia es el último recurso del incompetente.”   

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)