Matamoros, Tamaulipas. - A los 72 años algunas personas padecen una serie de enfermedades y otras hasta caen en cama, sin embargo, a esta edad Irma Nora Cantú “muere” pero por danzarle a la Virgen María y a Dios, y con su sonrisa pintada en su rostro y su vestimenta de matachín danza por todas las calles de Matamoros mostrando su alegría y juventud que lleva por dentro.

Con sus cascabeles en los pies, su vestido de manta, en la parte inferior la imagen de la Virgen de Guadalupe, en su cabeza un penacho y en su mano una sonaja, Irma danza frente a la imagen de la Virgen durante una peregrinación realizada por la Diócesis de Matamoros.

Desde hace 20 años doña Irma inició con esta actividad motivada por sacerdotes, pero sobre todo por su mismo espíritu de servir y danzar a la Virgen y a Dios.

“A mis 72 años sigo danzando porque María es quien mueve todo, yo de esta manera la venero y agradezco todo lo que hace por nosotros”, expuso.

Irma pertenece al grupo de matachines Nikte-Ha, en donde todos sus integrantes son mujeres, quienes se preparan de manera constante para este tipo de actividades que realiza la iglesia en esta localidad.

“Nosotros siempre nos mantenemos haciendo ejercicio, necesitamos estar activos, hay que moverte, no nos podemos quedar sentados porque no te va a ir bien, tienes que estar haciendo ejercicio, caminando, queriéndote a ti mismo”, comentó.

Destacó que desde los 50 años inició en esta actividad con la idea del padre Marcos, “quien nos invitó a crear este grupo y fue conformado por puras mujeres y somos quienes danzamos en este tipo de actividades, siempre acompañados de la Virgen”.