Hoy es Viernes 03 de Mayo del 2024


¿Por qué estudiar filosofía?

Por: Ricardo Hernández El Día Lunes 13 de Julio del 2020 a las 08:40

La Nota se ha leido 812 veces. 1 en este Día.

En estos días en que no he escrito ni una sola línea, me he dado la gran oportunidad de reflexionar en lo que he estado leyendo sobre filosofía, especialmente lo relacionado con el uso de la luz de la razón para llegar a conocer la verdad.

Quiero recordarme, antes de continuar, aquello que leí hace días con respecto a que una persona a la que todo le parece más que obvio, no sirve para ser filósofo.

Hay algo más que descubrí y que viene en el tema sobre “El eclecticismo”, del libro Historia de las doctrinas filosóficas, de Raúl Gutiérrez Sáenz. Es con respecto de lo que se dijo de Marco Tulio Cicerón (106-43 a. J.C.):

“De él se comenta que sería más filósofo si hubiera leído menos, y meditado más”.

¿Por qué menciono lo anterior?

Bueno, porque no tiene caso estar leyendo y leyendo sin darse la oportunidad de meditar lo que se ha leído con tanto interés.

Nosotros como seres humanos, a diferencia de las plantas y los animales tenemos un instrumento muy importante que es la razón, el pensamiento, y ese apreciado instrumento no siempre lo llegamos a aplicar como debiera ser, porque a veces actuamos sin pensar, y muchas de esas ocasiones no nos detenemos a reflexionar por qué hacemos lo que hacemos, o por qué creemos en lo que creemos.

No nos cuestionamos, no hay preguntas, y todo pareciera indicar que no hay dudas en la vida.

En estos días en que le he dado duro a las lecturas de filosofía, me surgió de pronto una inquietud, sólo que lo que les voy a comentar es para compartirles mi punto de vista, no es ningún consejo y tampoco es para que alguien se ofenda, pues nunca será mi intención.

Bueno, la cuestión está en que cierto día pensé en que si yo, Ricardo Hernández, creo en Dios, en realidad ¿en quién estoy creyendo? ¿Quién es ese Dios del que pienso está tan lejano de mí?, puesto que no sé nada de Él, o lo que sé no me satisface por completo.

¿Por qué creer en algo o en alguien de lo que no se tiene una conciencia verdadera sobre su existencia? ¿Por qué no comenzar a negar su existencia y de existir Él, no sería bueno encontrarlo en el camino? ¿No sería una experiencia agradable encontrarse con lo que se busca?

Porque negar algo no quiere decir precisamente que no se crea en ello, sino más bien se puede tener la disposición abierta de ir en busca de ese algo o alguien.

Muy a la manera de Sócrates quien, refiriéndose a las virtudes, a la conducta del hombre para que pudiera practicar conceptos puros y perfectos, pensaba que el que es malo es porque no sabe.

Yo podría decir que Dios no existe en tanto no conozca nada de Él. Y a partir de ese instante, comienza la mente a buscar respuestas.

Muchas veces hemos llegado a “creer” que creemos, sólo que en la práctica pensamos una cosa y hacemos otra.

Los filósofos de la antigüedad, es decir, antes de Jesucristo, se formularon tantas preguntas acerca de la existencia de un Ser Superior, del hombre y del mundo. Y visto desde el ángulo de la filosofía, el pensamiento del hombre ha ido mejorando a lo largo del tiempo.

Estuve tentado en escribir la palabra ‘evolucionando’, en lugar de ‘mejorando’, sólo que pensé en la posibilidad de una confusión con respecto a la palabra ‘evolución’, por aquello de la teoría de la evolución, pues con ello prácticamente se descarta la existencia de Dios o la ‘Creación divina’. 

En la actualidad, la palabra ‘evolución’ adquiere un sentido de ‘cambio’, ‘madurez’, ‘creatividad’, incluso está muy cerca de la palabra ‘éxito’.

En el sentido de que una persona que evoluciona es una persona inteligente, que trasciende, que ha logrado sus objetivos.

En este caso, en el terreno de la filosofía, los términos o conceptos deben ser tal como son, con un sentido filosófico. Por eso, he preferido la palabra ‘mejorando’, porque las ideas de los filósofos de la antigüedad se han ido perfeccionando, se han ido mejorando.

Por ejemplo, de los mitos (historias, leyendas, cuentos) el pensamiento del hombre pasó a la filosofía, al amor al saber, aprendió a usar la razón; posteriormente fue la ciencia.

Que una persona se pregunte en estos tiempos actuales por la existencia o la no existencia de Dios, no creo que sea un delito, y si un niño preguntara, por ejemplo: ¿me puedes comprobar Su existencia para creer en Él? Y si dándole una respuesta que creemos adecuada no le satisface al niño, ¡qué podríamos hacer!

Si fuera mi caso con el niño, creo que me sorprendería por la pregunta, por su curiosidad, por esa inquietud de saber lo que a su corta edad no alcanza a comprender lo que se le dijo.

Finalmente, ¿por qué estudiar filosofía? O, mejor dicho: por qué no seguirle.

Es mejor continuar estudiando filosofía, porque como bien ha dicho André Comte-Sponville al interpretar a Malraux:

“De manera similar, ¡es en los libros de filosofía donde uno aprende a filosofar!”

Este fue el apunte de hoy. ¡Nos vemos pronto!

¡Comparte la experiencia!

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.

DONA AHORA

Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ


DEJA UN COMENTARIO

HoyTamaulipas.net Derechos Reservados 2016
Tel: (834) 688-5326 y (834) 454-5577
Desde Estados Unidos marque: 01152 (834) 688-5326 y 01152 (834) 454-5577