Nuevo Laredo, Tamaulipas. - La pandemia del COVID-19 ha repercutido en pequeños que están acostumbrados a tener una agenda con actividades extraescolares, frenando su desarrollo artístico o deportivo, pero también tiene una gran repercusión emocional, según estimó la psicóloga, Paula Pérez.

Comentó que esta situación en la que los pequeños no salen de sus casas y no tienen el mismo contacto con otros menores, daña mucho emocionalmente a los niños.

“Los niños pueden sentirse ansiosos, se sienten solos, hay niños que empiezan a echar de menos su vida cotidiana, empiezan a extrañar salir, el hecho de acudir a la escuela, ver a sus amiguitos ir a las actividades que por lo regular hacían como deporte”, dijo.

Y es que el tener actividades lúdicas, fuera de la escuela ayuda a reducir los niveles de estrés que muchos menores suelen manifestar por la presión de los deberes académicos, por lo que un tiempo dedicado a actividades artísticas o deportivas ayudan a que el menor encuentre un nicho social distinto al escolar.

“Estas actividades muchas veces les beneficia en que pueda ser una actividad relajante, en donde ellos pueden canalizar el nivel de estrés que tengan en donde ellos pueden socializar y donde pueden encontrar actividades placenteras”, explicó.

La psicóloga indicó que es por eso importante que los padres de familia enseñen a los menores que esta es una situación pasajera y deben programar actividades en casa de todo tipo.

Explicó que se debe echar mano de los recursos tecnológicos que se tienen al alcance, los que ofrecen diversas opciones.

Comentó que en estos momentos difíciles se debe hacer el esfuerzo y aprovechar para sacar ventaja del confinamiento que se está viviendo.

Paula Pérez es psicóloga, terapeuta y tiene experiencia en el trato tanto adultos como menores de edad.