Tampico, Tamaulipas.- Ser enfermera y madre no es nada fácil, pero ante una contingencia por el Coronavirus es todavía más, así lo reconoce Paola, quien por amor a sus hijos busca a toda costa evitar ser contagiada en el hospital donde trabaja desde hace más de una década.

Es licenciada en enfermería y trabaja en uno de los hospitales llamados "Covid" de Tamaulipas, pero su más grande labor es ser madre de dos varones y una señorita, a quien además le pone mayor atención por una enfermedad neuromotora.

"Mi trabajo me apasiona, tengo vocación y ética profesional, sin embargo y pese al COVID-19 soy madre, tengo una niña con una discapacidad neuromotora y tiene afectado su sistema inmunológico. Mi más grande miedo es llevar el virus a mi casa", declaró.

En entrevista para HOYTamaulipas, Pao, como le dicen sus amigos y familiares, reconoce que pese al temor sale de su casa portando su uniforme con orgullo, para llegar al nosocomio donde labora a atender a pacientes de riesgo por sus padecimientos crónicos degenerativos.

"En mis actividades como mamá es como ama de casa, atiendo mis hijos, a mi esposo y en estos tiempos el aseo es más profundo por mi hija, tengo que tener más cuidado con el acceso de personas a la casa. En mi trabajo mis pacientes llevan un tratamiento y trato de ser efectiva, afectiva, del cuidado porque son pacientes de mayor riesgo al ser portadores de enfermedades crónicas degenerativas", detalló

La madre de familia, pide a la población aplicar las medidas sanitarias, lavarse las manos, los zapatos con agua y cloro, además de no usar la misma ropa, así como tener limpia su casa.

Para finalizar, y aunque sabe que será un 10 de mayo totalmente diferente, Paola tiene un gran ánimo y el deseo de un regalo "abrazar y besar a mis hijos y familias el que todo esto acabe, que el virus desapareciera y que la gente pueda retomar su vida normal", concluyó.